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L. Ubago y M. Navarrete
Martes, 29 de abril 2025, 07:44
El apagón noqueó al comercio que abrió sus puertas como un lunes normal sin saber que no podrían volver a cerrarlas. Después de que se produjese el fundido a negro los viandantes empezaron a desaparecer como en un domingo pandémico. Tan solo se veía a gente intentando volver a casa o a padres acudiendo a los colegios a por los niños. Los clientes quisieron seguir con la normalidad pero se vieron en seguida extraños de comprar cuando todo el mundo estaba paralizado.
Un día angustioso para los comerciantes, según explicó María Castillo, presidenta de la Federación Provincial de Comercio, que resaltó la impotencia de las tiendas cuyos cierres son solo eléctricos al no poder echar la persiana. «Los comerciantes con negocios que dependen de la electricidad han tenido que quedarse», apuntó Castillo. En las tiendas se veía a los dependientes pegados a la puerta para evitar que los clientes entrasen porque también han temido por robos y saqueos al no tener barreras de seguridad activadas.
En este punto de desesperación al no poder cerrar, pequeños comercios del entorno de Trinidad llamaron a empresas y conocidos para que les ayudaran con algún tipo de generador porque eran las cinco de la tarde y no habían podido cerrar. El miedo también estuvo en los que sí pudieron cerrar porque los negocios sin alarma se sintieron indefensos. Algunos también optaron por atender. «Con la luz solar algunos comerciantes han tenido suficiente para atender a la antigua usanza, en efectivo, apuntando en un bloc. Ha habido un ratito que seguían funcionando los datáfonos pero el público se ha ido marchando a casa», explicó la presidenta de la federación. En general, las ventas fueron nulas ya que justo cuando se fue la luz era cuando el día arrancaba para los negocios. Castillo reconoció que lo han pasado mal y que sí se había producido miedo a los robos. «Claro que ha habido. Si tenemos robos y destrozos de escaparates día sí, día también pues temíamos por hoy y por irnos sin alarmas», resaltó la presidenta de los comerciantes.
Las grandes superficies de Granada fueron los que mejor lidiaron con el apagón nacional, gracias a sus grupos electrógenos que les permiten mantener la actividad. Desde Mercadona informaron que sus 39 supermercados en la provincia de Granada funcionaron con normalidad, pese a la incidencia, gracias a sus sistemas de emergencia.
También en los dos centros de El Corte Inglés de Granada y en Alcampo y Carrefour tiraron de sus sistemas electrógenos propios que les permitieron seguir atendiendo a sus clientes, dentro de las dificultades. «Estamos intentando atender con la mayor normalidad dadas las circunstancias», explicaron desde El Corte Inglés. En el Nevada tan solo estaban abiertos Primark e Ikea y el resto de tiendas apagadas, con los empleados vigilando en la puerta y buscando una escalera para echar el cierre de forma manual. Desde Covirán indicaron que la sede central de Atarfe pudo funcionar con normalidad gracias a grupos electrógenos. Se dieron instrucciones para reducir al máximo el consumo energético para alargar el servicio de los mismos el máximo posible, con un uso responsable en las cámaras refrigeradas.
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