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Niños de la escuela de verano juegan al fútbol con el alcalde, Francisco Cuenca.

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Niños de la escuela de verano juegan al fútbol con el alcalde, Francisco Cuenca. ALFREDO AGUILAR

150 niños del distrito Norte disfrutarán de las escuelas de verano de Granada

«Muchas veces los niños te preguntan '¿por qué comemos tantas veces?' Están acostumbrados a comer solo una vez al día y ellos mismos se sorprenden», manifiesta la directora del campamento del centro Juan Ramón Jiménez

P. GARCÍA-TREVIJANO

GRANADA

Martes, 10 de julio 2018, 00:21

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El curso escolar finalizó hace un par de semanas, pero en el colegio Juan Ramón Jiménez todavía se puede escuchar a los niños jugar en el patio. Más de cincuenta menores corren de un lado para otro, bailan y, sobre todo, aprenden en los campamentos matinales que se desarrollan durante los meses de julio y agosto. Se acerca el mediodía y estos niños, provenientes en su mayoría de zonas desfavorecidas, podrán disponer de tres comidas diarias, algo a lo que no están acostumbrados.

«Aquí desayunan, comen y la merienda se la llevan a casa. Muchas veces los niños te preguntan '¿por qué comemos tantas veces?' Están acostumbrados a comer solo una vez al día y ellos mismos se sorprenden», manifiesta Sarai Holguera Gómez, directora del campamento del centro Juan Ramón Jiménez. La responsable asegura que los campamentos «más que un recurso son una necesidad para muchas familias que no pueden cubrir las necesidades básicas de sus hijos». El proyecto, que arrancó hace solo dos años en el colegio Juan Ramón Jiménez, lleva dos décadas prestando servicio en otras zonas del barrio, entre ellos el colegio Andalucía. Holguera conoce bien los campamentos, primero asistió cuando era una niña, más tarde comenzó como monitora y ahora es la directora de las actividades. Junto a ella, trabajan nueve educadores y más de quince voluntarios que preparan a diario gymkanas, talleres, manualidades, plantaciones en la huerta y excursiones a las distintas zonas del barrio.

Los recursos son limitados pero no falta la voluntad del personal. Ana Martínez, educadora, afirma que «las actividades les da opción a desarrollarse, oportunidad que muchos de ellos no tienen por las dificultades de su entorno», señala. Ali, un niño de 9 años, coincide con su monitora: «Nos enseñan a estar con otros niños y me gusta porque haces amigos en verano».

El centro aboga por la inclusión y, entre los alumnos asistentes, se encuentran niños con necesidades especiales como Julio, que padece parálisis cerebral, o José Luis con síndrome de down. Los niños son los primeros que tienen interiorizado este valor y la directora confiesa que durante una excursión, uno de los alumnos sufrió una crisis y, ante las miradas indiscretas de los viandantes, ellos mismos han salido en defensa de sus amigos con un «¿es que nunca has visto a un niño enfadado?».

La escuela de verano, gestionada por la Asociación Padre Manjón, cuenta con una lista de espera de una centena de menores. Durante la visita al centro, que tuvo lugar ayer, la consejera de Igualdad y Políticas Sociales, María José Sánchez Rubio, acompañada por el alcalde, Francisco Cuenca, manifestó que continuaría trabajando para que los niños tengan garantizada la alimentación durante sus vacaciones.

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