Zona Norte de Granada
La clase de las segundas oportunidades de NorteTres docentes del centro Luisa Marillac desarrollan un programa para escolarizar a chavales que abandonaron el instituto para que consigan el título de la ESO
Cuando Rosario habla de su profesor Rafael se le ilumina el rostro. Expresa, con timidez, que le faltará vida para agradecer lo que el docente ... ha hecho por ella y por otros muchos compañeros. Juanjo comparte este mismo testimonio mientras mira el reloj porque tiene que volver al trabajo. Actualmente, es guarda de seguridad y no quiere ni imaginar lo que habría sido de él si Rafa, Basilio y Miguel Ángel, también profesores, no se hubiesen cruzado en su camino. «Toparme con ellos significó empezar una nueva vida», declara. Estos profes, también 'héroes', como ellos mismos los llaman, crearon hace ya más de 10 años un programa que pretende reescolarizar a todos aquellos adolescentes que abandonan el instituto por diversos motivos para que puedan obtener el título de Secundaria y esto les abra las puertas del mundo laboral.
'Atrévete y Atrevidos', como se llama el proyecto, surgió de la inquietud y la observación de estas personas, que llevan más de 25 años trabajando en el centro concertado de la zona Norte. «Percibimos que había un gran absentismo cuando estos niños terminaban el ciclo de primaria, pero que a las niñas, de etnia gitana en su mayoría, no se les ponía falta porque se habían casado muy jóvenes o se habían quedado embarazadas. Se veía como algo normal», explica Basilio Granados, director del Luisa Marillac desde hace 30 años. Esta preocupación que compartía con Rafael Funes, actual responsable de educación compensatoria y profesor de los chavales, fue lo que hizo que naciera su necesidad de mostrarle a los jóvenes que hay una vida mas allá de estar en casa y del barrio. «Se nos dio la oportunidad desde la Delegación de Educación y nos pusimos manos a la obra», cuenta. Comenzaron solo con grupos de chicas y, posteriormente, lo ampliaron a los varones. Ahora disponen de dos clases en las que preparan a los jóvenes para graduarse y en las que les enseñan las asignaturas fundamentales de educación Secundaria. «Hay que tener en cuenta las circunstancias personales y el entorno de cada uno de ellos», expone.
Actualmente, unos 25 alumnos forman parte del programa, aunque su objetivo es que esta cifra aumente año tras año.
El día a día
Los adolescentes miran con atención las explicaciones de lengua, matemáticas e historia de sus profesores. Reconocen que ya han pensado qué les gustaría hacer cuando terminen el instituto. María quiere hacer un ciclo medio de auxiliar de Enfermería, mientras que Carmen prefiere algo relacionado con el cuidado de la imagen y peluquería. «Hay que ser constantes», les aconseja Rosario, que cuando se graduó hizo un curso de maquillaje.
Al igual que ellos, otros antiguos alumnos han conseguido labrarse una nueva vida y disponen de un trabajo. Entre ellas, Carmen, que a día de hoy trabaja en el mismo centro en el que estudió. El principal objetivo de los profesores, además de conseguir su formación e independencia, era luchar contra los prejuicios y handicap a los que se enfrenta el pueblo gitano. Creemos que es fundamental empoderar a la etnia gitana», señala Rafael. Él mismo cuenta que, cuando llegó al colegio Luisa Marillac, fue porque otras dos personas habían aceptado el trabajo. «La gente me decía que ya saldría algo mejor, pero yo quisé probar», expone. Más de 20 años después, su rostro muestra que está encantado. No solo conoce la historia que hay detrás de sus alumnos, también la de sus padres y el barrio. Y espera seguir haciéndolo porque no concibe terminar su carrera en otro colegio que no sea el suyo de toda la vida.
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