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Cinco negocios centenarios en Granada

Un paseo de la mano de Ideal por los barrios de la ciudad para conocer algunos pequeños comercios de toda la vida que sobreviven generación tras generación

Sara Bárcena

Miércoles, 15 de febrero 2023, 16:33

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El cierre de negocios locales se ha convertido en un goteo constante en la ciudad de Granada. Frente a los que van cayendo, sin embargo, aún quedan unos pocos que desde hace cincuenta años o más siguen levantando la persiana cada día en los distintos barrios de la capital. Churrerías, anticuarios, pastelerías, librerías, tiendas de ropa… Todos ellos tienen enemigos en común: la inflación, las grandes superficies y, cómo no, la venta online. Por suerte, gracias al relevo generacional, a su experiencia y buen hacer, consiguen sobrevivir. Son la resistencia y, por supuesto, son historia de Granada.

Mítico quiosco de churros En pie desde hace 40 años

El secreto mejor guardado de los tejeringos de La Caleta

Es el caso de Tejeringos Cantos, el mítico quiosco de churros de La Caleta. En pie desde los años 40, este negocio familiar está hoy en manos de la tercera generación. José Luis Fernández Cantos regenta ahora el establecimiento que sus abuelos levantaron de la nada y su esperanza es que, dentro de unos años, sea su hija la que tome el testigo. «De vez en cuando viene a echarme una mano y ya está aprendiendo a hacer los churros con la receta familiar, que ha trascendido de generación en generación», cuenta José Luis, convencido de que la fórmula secreta es lo que durante décadas ha marcado la diferencia. «Como Tejeringos Cantos no hay otros», afirma con salero este granadino. Algunos de sus clientes más habituales recuerdan pasar por este pequeño puesto cuando eran pequeños y comer churros con sus padres. Ahora, vienen con sus hijos y algunos, incluso con sus nietos. «Los tejeringos ya son parte de nosotros y siempre serán parte de Granada», apunta José Luis.

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El Anticuario Ruiz Linares, una cueva del tesoro en Granada

Antigüedades y objetos Desde finales del siglo XIX a los pies de la Alhambra

El Anticuario Ruiz Linares, una cueva del tesoro en Granada

Otro ejemplo de éxito y continuidad es el Anticuario Ruiz Linares, una auténtica cueva del tesoro en el corazón de la capital granadina. Pinturas, muebles y otros objetos milenarios se esconden tras las puertas de este céntrico negocio, ubicado en la calle Estribo y cuya historia se remonta a finales del siglo XIX. «En 1883, mi bisabuelo montó una humilde tienda de antigüedades y souvenirs a los pies de la Alhambra. Años después, la familia abrió una pequeña sucursal en el centro, donde nosotros hemos abandonado por completo lo turístico para dedicarnos exclusivamente a objetos de coleccionista», explica Fernando Carnicero, cuarta generación del clan y actual director de este espacio. Según él, expertos y aficionados de todo el mundo viajan cada año a la capital nazarí en busca de un nuevo y emocionante viaje al pasado. Emocionante es, precisamente, trabajar en un anticuario porque «nunca sabes qué te vas a encontrar o de qué te vas a desprender». «Igual vendes algo pensando que nunca volverás a dar con nada tan especial, pero -relata Fernando-, cuando menos te lo esperas, llega a tus manos un nuevo tesoro».

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Negocio familiar Todo un referente de la pastelería granadina

Casa Pasteles, el rincón más dulce del Albaicín

De generación en generación han trascendido también las recetas más dulces del Albaicín. En un rincón de Plaza Larga, Casa Pasteles se mantiene en pie desde 1928, cuando Ángel Vilchez y Ángeles Fernández plantaron la semilla de lo que hoy es un prestigioso y emblemático comercio local, famoso por sus roscones de Reyes y sus cuajadas de Carnaval. Actualmente, el negocio lo dirigen Isa, nieta del emprendedor matrimonio, y su marido, Javier Cobo, quien relata la aventura: «Todo empezó con una pequeña tienda improvisada en la vivienda de Ángel y Ángeles. Luego, se trasladaron a la plaza y abrieron un obrador en la Calle Horno». Con el paso de los años, su éxito ha derivado en una extensión natural de la cafetería albaicinera y en la apertura de otro local en Bola de Oro. La famosa confitería se ha consolidado así como un referente de la pastelería granadina. «¿La clave? El control del dulce», asegura Javier, aunque para esta familia lo verdaderamente importante es esa gente que forma parte del negocio. «Sin buenos profesionales, no hay nada que hacer -señala Javier-. Ellos son la esencia de Casa Pasteles».

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Medio siglo dedicado a la lectura en el Zaidín

Librería Mesa La más antigua de Granada

Medio siglo dedicado a la lectura en el Zaidín

Precisamente porque la profesionalidad es imprescindible para dejar huella en el cliente, la Librería Mesa es ya la más antigua de Granada. Nada más y nada menos que 55 años de vida avalan su compromiso con la difusión de la cultura y la transmisión del conocimiento en el popular barrio del Zaidín. José María Mesa regenta hoy el negocio que su hermano abrió en 1968. Aquí creció y aquí, aprendió el oficio: «Veía cómo mi hermano atendía a la gente, cómo elegía qué libros pedir a las editoriales… El trato, el cuidado, es lo que ha hecho que tengamos un público fiel». Para este consagrado librero, trabajar en una librería «es muy bonito, aunque hay que echarle muchas horas». En un intento por que aquellos con menos recursos también tengan acceso a la lectura y el aprendizaje, José María colabora en su hermandad y con asociaciones de la zona y dona libros a centros educativos. Esa es, sin duda, la seña de identidad de un histórico establecimiento en el que aún, a día de hoy, perdura el olor a vieja escuela.

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El titán que resiste en La Chana tras 50 años

David Modas Emblemática tienda de ropa

El titán que resiste en La Chana tras 50 años

En esa lucha constante contra las dificultades que amenazan al pequeño comercio se encuentra también una mítica tienda de ropa del barrio de La Chana: David Modas. Corría el año 1976 cuando Juan e Inmaculada, con apenas 17 y 16 años, levantaron la persiana en la Calle Sagrada Familia, que por aquel entonces se constituía como el núcleo comercial de la zona. «Éramos dos críos cogidos de la mano intentando salir adelante», recuerda Juan, que desde hace un tiempo ha dejado el negocio familiar en manos de su hija Inma y su marido, Fernando. «Yo estoy fuera de servicio. Se lo he dejado todo, el local y una clientela antigua, y ella es una buena profesional -señala como padre orgulloso-. Mi hija tiene que hacer de dependienta, de psicóloga, de estilista… Acompaña a los clientes en todos los sentidos, por eso vuelven». Y es que en David Modas el trato al cliente está lleno de cariño. «Atendemos con otro primor, otra forma de ser. El 'tú a tú' es muy importante», insiste Juan. Lo cierto es que no podría ser de otra manera. Las tablas que Inma tiene en el mostrador, desde donde durante años ha aprendido de sus padres, han hecho que vecinos y vecinas del barrio sean más que fieles clientes. «David Modas no es solo una tienda de ropa; hoy, somos todos una gran familia».

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