Los estudiantes acatan el toque de queda con críticas
«Somos un 4% de los universitarios: cerrar a las diez no soluciona nada», recuerdan los alumnos que viven en colegios y residencias
Javier Morales
Granada
Viernes, 16 de octubre 2020, 01:37
El Campus Universitario de Cartuja es sombra y silencio pasadas las nueve de la noche. Hay facultades que apenas se distinguen entre las ramas de ... los árboles. Los autobuses giran vacíos. A estas horas, en el primer día de cierre de la Universidad y a unos minutos del 'toque de queda', la vida se concentra en las residencias y colegios mayores. En el recinto hay cuatro: la Carlos V, las nuevas Amro y Livensa Living y el colegio mayor Jesús-María. Todas tienen que cerrar a las diez de la noche, por orden de la Junta.
Celia y Raquel suben las escaleras que llevan a la entrada de la Jesús-María. «Nos parece bastante mal, la verdad. No va a servir para nada. Los compañeros cumplirán, sí, aunque hay de todo, pero si no les dejan entrar no se van a quedar durmiendo fuera». Diego, Lucía, Celia, Andrés y Javier llegan pocos minutos antes de las diez. «Somos un 4% de los universitarios. Cerrar a las diez no va a solucionar nada. Esto se ha hecho para tranquilizar a la población, pero no será efectivo. El ocio nocturno sigue igual y las propiedades privadas no se pueden controlar». Asumen que los jóvenes tienen parte de la culpa de la expansión del virus, pero vienen del Centro y aseguran que las terrazas de los bares están llenas de gente de más de 30 años.
Insisten en que los alojamientos universitarios son los lugares en los que mejor se puede prevenir el contagio. Todos llevan mascarilla en las zonas comunes, mientras juegan al futbolín, por ejemplo. En el comedor guardan las distancias.
Las residencias y colegios mayores acatan la orden de la Junta, pero no la comparten. María Rodríguez, directora del Jesús-María y portavoz de los colegios mayores, se reivindican como «parte de la solución, no del problema». Insisten en que han puesto todos los medios posibles para evitar contagios. Son muchas las dudas que no aclara el BOJA. ¿Qué sucede con el personal de estos centros? ¿Puede entrar y salir? Y si un universitario tiene academia o deporte y no llega antes de las diez, ¿no puede entrar? «Estamos indefensos e impotentes», señala Rodríguez.
Desde la calle se observa el trasiego en el comedor de la Carlos V. Una pareja se despide en el último minuto a las puertas de Amro. Detrás llegan tres chicas, sin mucha prisa. Nadie vigila si cierran o no.
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