'El Chelines': «El arma se disparó accidentalmente»
«No lo tenía pensado ni nada», ha asegurado el acusado, que ha aclarado que cogió el arma para su seguridad, porque vive «en un barrio muy conflictivo»
Yenalia Huertas
Granada
Lunes, 1 de abril 2019
L. C. E., alias 'el Chelines', acusado de matar hace dos años de un tiro en la cabeza a su sobrino político, ha asegurado que « ... accidentalmente el arma se disparó» y que no tenía intención de hacer daño a la víctima, que se le abalanzó, dijo, «como un lobo».
Durante su interrogatorio, que ha comenzado sobre la una de la tarde, el acusado admitió que, pese a no poseer permiso de armas, tenía «un revólver» y lo cogió aquella noche del 22 de febrero de 2017 tras recibir «una pila de mensajes» de gente informándole de que la víctima había dado «una paliza» a su mujer y su hija.
«No lo tenía pensado ni nada», ha asegurado 'el Chelines', que ha aclarado que cogió el arma para su seguridad, porque vive «en un barrio muy conflictivo». Ha explicado que cuando se dirigió en un vehículo al lugar donde estaba su sobrino político, este se levantó de un banco de la calle Soto de Rojas, en el barrio de Cartuja, y se fue hacia él. En ese momento su reacción fue «darle un golpe en la cabeza» con la pistola, pero el arma se golpeó en el hombro del fallecido al moverse este y se produjo el tiro.
«Yo pido perdón», ha llegado a decir justo antes de acabar la sesión, que ha contado con numerosos agentes en la sala de vistas para evitar altercados. Los murmullos del público han sido constantes.
Frente a las peticiones de prisión de las acusaciones pública y privada, que reclaman 22 y 27 años, respectivamente, la defensa pide cinco años de encierro por un delito de homicidio con las atenunates de arrebato y confesión. Al inicio de la vista, la abogada del acusado ha indicado al jurado que se ha hecho un ingreso de 10.000 euros a la madre de la víctima para reparar en parte el daño causado.
«¡Perro!, ¡asesino!»
Los familiares y allegados del fallecido han despedido al 'Chelines' con gritos de «perro y asesino». El acusado ha salido del edificio custodiado por numerosos agentes para evitar posibles altercados. Además se ha montado un cordón policial en Plaza Nueva para que las personas del entorno del fallecido no pudieran acercarse al furgón en el que el acusado ha sido conducido a prisión de nuevo. Los gritos e insultos se han sucedido hasta que el vehículo se ha perdido de su campo de visión. Este martes continúa la vista.
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