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Los participantes en el taller de cine adaptado posan en el exterior del Hogar San Juan de Dios, en el barrio de La Chana.

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Los participantes en el taller de cine adaptado posan en el exterior del Hogar San Juan de Dios, en el barrio de La Chana. PEPE MARÍN

Los 'Campeones' de Granada: cine para creer y crecer

Una veintena de jóvenes con discapacidad intelectual del Hogar San Juan de Dios graba dos cortometrajes | Los usuarios se han tenido que preparar para ser cámaras, actores, sonidistas y directores de estas creaciones que ellos mismos han ideado

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Sábado, 20 de julio 2019, 01:34

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Maricarmen quería ser invisible. Que no se le oyera, que no se le viera. Tan tímida era que con sus padres apenas articulaba unas palabras y con sus compañeros del hogar San Juan de Dios para jóvenes discapacitados le costaba abrirse. Pero esta estampa ya es una historia del pasado. Porque Maricamen es una persona nueva, que ríe, habla y discute. Y hasta se pone delante de una cámara a recitar decenas de frases que no pronuncia ella, sino su personaje. Porque el cine la ha salvado. Les ha salvado a todos.

Efrén García, el psicopedagogo y director técnico del hogar, realizaba distintas iniciativas, terapias y actividades, pero no terminaba de conseguir que usuarios tan tímidos como Maricarmen se abrieran. Hasta que se le ocurrió implementar este taller de cine adaptado que ya lleva tres ediciones y que les ha llevado a todos ellos a Madrid a proyectar sus cortos en un concurso.

«Es increíble lo que esto ha supuesto para ellos. Yo ahora les veo y me parece maravilloso todo lo que han crecido. Lo disfrutan y lo viven, pero es que además les ayuda a darse cuenta de que ellos pueden. Porque son capaces de todo», dice el terapeuta.

Han sido 21 los usuarios de este centro que han participado en este rodaje en el que ha habido directores, técnicos de cámara, ayudantes de dirección, sonidistas y actores que poco tienen que envidiar a los que pasean por las alfombras rojas perseguidos por flashes. «Son los 'Campeones' de Granada», afirma el psicopedagogo en relación a la popular película protagonizada por personas con capacidades diversas. «Pero nosotros lo hicimos antes que ellos, tenemos la patente, que este es nuestro tercer año», bromea despertando las risas de sus compañeros de rodaje.

Estos cortometrajes los rodaron en una semana de campamento en Calahonda. Durante tres días, toda la jornada se basaba en grabar estas piezas. «¿No os cansabais de tantas horas de trabajo?», le preguntan a los jóvenes. Y son tajantes: «Se nos pasaba volando. Estamos deseando que llegue el siguiente verano para hacer otro. Nos encanta el cine y nos encanta estar aquí», dice Javier, otro de los participantes.

Con esta actividad, estos usuarios de 21 años en adelante desarrollan sus habilidades artística y sociales a través del cine gracias también a la formación que reciben por parte del equipo cinematográfico de Ariadna Gázquez. Y no solo han adquirido estas destrezas, sino que les ha dado mucho más.

«Nos ha hecho creer y crecer. Nos ha ayudado a crecer porque ahora sabemos hacer cosas que antes no sabíamos y que nos hacen más capaces. Pero también nos ayuda a creer en que podemos. Que preparándonos, luchando y esforzándonos podemos conseguir todo lo que queramos», asegura Elena ante la perpleja mirada de los presentes por lo profundo y certero de sus palabras. Esta no es su primera vez en el terreno de la actuación. Todos ellos cuentan con tres años de experiencia, pero ella, además, lleva años actuando en teatros. «Me gusta, por eso lo hago», dice tajante.

El flamenco vengador

Los participantes del taller cuentan con unas directrices que seguir en el proceso. Tras meter la mano en unos recipientes, eligen al azar un género cinematográfico, un conflicto a tratar y dos objetos que deberán aparecer obligatoriamente en la historia y en pantalla, y ellos se encargan de todo los demás.

El reparto de roles también es tarea suya. Podría parecer una lucha por ver quién quiere los puestos más llamativos, pero entre ellos la pelea no existe, porque «somos una familia». Tal es esa realidad que en uno de los cortos, a Maricarmen le había tocado ser directora y a Belén actriz. «Pero yo tenía interés por ser actriz porque lo necesitaba, quería salir del cascarón, y Belén me dejó porque es mi amiga», indica Maricarmen.

En una de las salas del Hogar San Juan de Dios, los participantes enseñan orgullosos los cortos que han elaborado. Se saben cada diálogo, cada cambio de plano, cada giro en el guión. Y no pueden evitar contar lo que va a pasar antes de que suceda. «No hagas spoiler», le gritan a Elena. Y es que el guión está tratado con esmero, cariño y mucho ingenio. Un talento que hace que ellos mismos no puedan retener las carcajadas en los momentos clave.

El primero de los cortos, 'Deseo fatal', en un drama protagonizado por Belén, que acaba sola en el mundo por una ilusión con trágicas consecuencias. Pero las carcajadas llenaron la sala con 'Flamenco. Servicio de venganza', en la que Adrián contrata los servicios de un flotador con forma de flamenco para perseguir a su cuidador, que hace trampas a las cartas. «Pero es que es verdad que Emilio es un tramposo», afirma sonriendo Rubén, el protagonista de la historia. Los cortos se pueden ver en las redes sociales del Hogar San Juan de Dios.

Esfuerzo y constancia

«Nosotros hacemos talleres, manualidades y más actividades de este tipo, pero necesitábamos algo más. Teníamos que conseguir no solo que ellos se abriesen con el resto y se unieran aún más entre ellos, sino abrir esto al mundo para que la gente sepa que la discapacidad no es lo que creen, que ellos tienen distintas capacidades pero pueden hacer todo lo que se propongan con esfuerzo», dice García.

Para ellos es un aprendizaje, un paso que han dado, que no sabían si serían capaces de superar y que al ver que lo han logrado solo piensan en seguir adelante. «Esto nos gusta mucho. Somos felices aquí», dice Josemi.

«Ahora queremos conseguir financiación para que esto no sea solo una actividad para el verano, sino que se pueda hacer todo el año. Merece la pena por todo lo bueno que entraña», señala el director técnico. Y es que en sus caras se refleja que el objetivo de esta actividad se ha conseguido: que disfruten y se den cuenta de que pueden con todo. Con una cámara siguiendo sus pasos o solos delante del mundo, ellos siguen siendo unas súperestrellas.

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