Bomberos de Granada han solicitado ir a Turquía en labores de rescate por el terremoto

Noticia Relacionada

Protocolo de emergencias en la UGR para contactar con sus 17 estudiantes en Turquía tras el terremoto

Andrea G. Parra

Treinta y cinco bomberos forman parte del Grupo de Rescate de Personas Sepultadas (Greps), muy cualificado y perfectamente preparado para trabajar en terremotos de magnitud catastrófica como ya lo han hecho en El Salvador, Turquía (en otro terremoto anterior), Lorca o Turín (Italia), por citar solo algunas de las experiencias nacionales e internacionales donde han sido reclamados para intervenir. Cuando la Vega de Granada tembló el pasado 23 de enero de 2021 en el primer terremoto de más de 4 grados de magnitud, ellos fueron de los primeros cuerpos en activarse.

Los miembros de este grupo de bomberos están altamente preparados en áreas de rescate de personas, terremotos, edificaciones, evacuación y búsqueda de víctimas, entre otros. De hecho, de las 140 inspecciones efectuadas en edificaciones en la pasada semana, unas 35 las han supervisado ellos; y los dos edificios con daños en sus estructuras, uno en Maracena y el otro en la zona de Santa Adela del Zaidín, han sido ellos quienes han apuntalado los pilares de estos inmuebles para evitar su derrumbamiento.

La unidad canina está especializada en la búsqueda de personas. «Los perros viven con sus dueños porque es la mejor manera de tener una compenetración perfecta entre el guía y el can. Se conocen perfectamente», apunta el jefe de Bomberos de Granada. Los perros son sometidos a un entrenamiento de dos días por semana con una media de tres a cuatro horas por sesión. «Son perros muy activos, a los que le gusta jugar mucho para obtener su recompensa», advierte Alessandro, componente de la unidad y guía de Apolo, uno de los tres canes de este grupo. Los siete miembros de este grupo no sólo se dedican a su especialidad de búsqueda de personas desaparecidas cuando son requeridos, la mayor parte de su jornada laboral la pasan apagando incendios porque antes que nada son bomberos. «Es un sacrificio, pero lo hacemos porque nos gusta. Conlleva mucha formación y preparación pero es un servicio social muy útil para localizar a personas sepultadas o desaparecidas», matiza Fernando, otro de los miembros.