Edición

Borrar
Mateo Ortega posa con su guitarra junto a un camión del Parque Norte de Bomberos de Granada. Blanca Rodríguez

El bombero granadino que apaga fuegos por la mañana y da conciertos por la tarde

Mateo Ortega combina su trabajo en el Parque Norte con su otra pasión, la música, a través de una banda que acaba de sacar su segundo EP

Laura Velasco

Granada

Jueves, 17 de abril 2025, 00:51

Mateo no puede evitar sonreír cuando le preguntan por sus dos pasiones. Y, al hablar de ellas, un profundo brillo resalta en sus ojos. Es plenamente feliz, y se nota. A sus 31 primaveras, es de esos afortunados a los que se les puede aplicar la frase: 'Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida'. Ama con todo su corazón ser bombero, tiene vocación por ayudar a los demás. Pero, además, en su tiempo libre alimenta su alma con una faceta más artística, la música. Pasa horas cantando, tocando la guitarra, componiendo y buscando un hueco en la escena cultural granadina. «Soy el 50% del tiempo una cosa y el 50% otra. Y las dos las disfruto igual», admite con ese brillo de ojos que mencionábamos al principio. Él es Mateo Ortega Flores, el bombero cantante de Granada.

Natural de Granada, lleva seis años en el Cuerpo. No es casualidad que eligiera esta profesión. Su padre era bombero y siempre se sintió atraído por ello. «Hubo un momento en el que mi hermano y yo dijimos: queremos hacer lo que hace papá». Así fue cómo, con veintipocos, ambos se sacrificaron hasta obtener su plaza. Durante cuatro años, padre e hijos fueron compañeros de trabajo. «Soñaba con compartir esto con ellos y se hizo realidad. A mí me encanta tanto lo que hago que, desde que aprobé, siento que no trabajo más. Es mi pasión, sales de aquí pensando que has hecho algo bueno por alguien y eso es lo que te llevas a casa», recalca Mateo.

Cualquiera que haya opositado sabe el inconmensurable esfuerzo que supone. Implica dedicar muchísimo menos tiempo del que nos gustaría a familiares, amigos y aficiones. A él le ocurrió con su principal hobby, la música, a la que se acercó siendo muy pequeñito. «En casa siempre había discos de blues. Se escuchaba a Pink Floyd, a Led Zeppelin, a un montón de artistas, tanto mi padre como mi madre eran muy frikis de esto. Yo me sumé y hubo un punto de mi vida en el que incluso me planteé dedicar mi vida a la música», rememora.

«A veces estoy tocando y, un minuto después, estoy en un camión que va a toda velocidad a un fuego»

Tonteó con su primera guitarra a los 12 años, nada serio. Fue a los 17 cuando realmente se interesó por aprender a tocarla. «Eché tres años y medio de aprendizaje y grabé algunas cosas, pero tenía que poner toda la carne en el asador con la oposición, así que lo dejé en stand-by. Eso sí, siempre me repetía: cuando tú termines, vas a compaginar las dos cosas que más te molan», reconoce.

Hace un par de años, Mateo empezó a actuar en jam sessions -reuniones improvisadas de jazz-. Aquello le marcó: «Yo quería formar parte de eso». Se fue dando a conocer a nivel local y, un buen día, Pepe Castro, el bajista de la Blues Band de Granada, le ofreció montar una banda juntos. «Me quedé mudo. ¡Si uno de los primeros discos que escuché en mi vida era de la Blues Band!», recuerda emocionado. A partir de ese 'sí, quiero', conoció al batería Antonio Valero y al guitarrista Juan Justicia y los cuatro forman actualmente Mateo Ortega & The Sugar Daddies. Hace dos años grabaron su primer EP, con cuatro canciones, y ahora acaban de estrenar el segundo, con nueve temas. Su single, 'Close to me', ha recibido una acogida magnífica.

Un aire fresco

En su discografía cuentan tanto con temas propios como versiones, pero este último trabajo ha explorado terrenos inhóspitos para ellos. «Nosotros somos muy 'blueseros' pero también queríamos darle un aire fresco y acercar esta música a la gente cree que el blues es música de viejos. Este disco tiene rock and roll, soul, blues, un poco de todo. Queríamos pasárnoslo bien». La mayor fortaleza del conjunto es su diversidad. Él tiene 31; Juan, 25 años; Antonio, 68 y Pepe 62. «A la gente le impacta mucho la mezcla tan loca que hemos hecho, y tampoco están acostumbrados a ver gente joven en este estilo. A veces me dicen que se sorprenden al escucharme cantar en inglés, porque se esperan que lo haga en español y que sea flamenco», señala entre risas. Una de sus mayores ambiciones es que, precisamente, gente joven que nunca haya escuchado blues se acerque poco a poco a este estilo.

Mateo posa en el Parque Norte de Bomberos con su guitarra. Blanca Rodríguez
Imagen principal - Mateo posa en el Parque Norte de Bomberos con su guitarra.
Imagen secundaria 1 - Mateo posa en el Parque Norte de Bomberos con su guitarra.
Imagen secundaria 2 - Mateo posa en el Parque Norte de Bomberos con su guitarra.

El grupo está en un momento muy dulce. El pasado año ganaron la batalla de bandas Cazorla Blues y desde entonces no han parado. Por delante tienen varios conciertos ya programados; uno de los más especiales será en Planta Baja, el próximo 27 de diciembre. Además, Mateo también actúa en solitario en formato acústico. «Ahora soy 50% bombero, 50% músico», asegura.

Para combinar ambos mundos tiene que hacer encaje de bolillos. Cambia turnos y aprovecha los días libres después de las guardias de 24 horas para combinar sus obligaciones con el arte. Lo hace encantado y, además, cuenta con el apoyo de sus compañeros, que le ponen las cosas fáciles. «Siempre están animándome», agrega.

Le preguntamos si es feliz y responde sin dudarlo: «Totalmente. No le puedo pedir más a la vida. Eran mis sueños y los he cumplido. A veces estoy tocando en alguna habitación, cuando estoy en el parque de Bomberos de guardia y, un minuto después, estoy montado en un camión que va a toda velocidad para llegar a un incendio. Es curioso y me llena mucho», concluye Mateo antes de ajustar el amplificador y dejarse llevar con su guitarra.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal El bombero granadino que apaga fuegos por la mañana y da conciertos por la tarde