«Batimos los récords, pero queremos cerrar»

Este jubilado, 23 años a pie de nave, naranjas van, cajas de leche o de pasta vienen, sabe lo que se dice, sabe lo que se tiene entre manos. Sin embargo, a punto de cumplir estas duras bodas de plata con el Banco de Alimentos, Indalecio explica la contradicción, la paradoja de la sociedad en la que hoy en día vivimos: «Alcanzar los objetivos cada año es una buena noticia, porque la gente necesita la comida, los alimentos. Batimos los récords, pero queremos cerrar».

El jarro de agua fría recorre el espinazo de quien escucha la frase. Atención. Kilos y kilos de cajas de comida, de palés con arroz, pasta, leche y demás alimentos no perecederos, que recorren todos los puntos de la provincia de Granada para que lleguen a infinidad de hogares donde hay hambre. «Por eso nuestra gran alegría sería que el Banco de Alimentos no existiera, porque significaría que el hambre, la necesidad en las familias granadinas, ha desaparecido», y le brota una sonrisa comprometida a Indalecio, de las que ahora que llegan las fechas navideñas, recuerdan toda la bondad que encierra el alma humana.

Los datos, son fríos y duros, aunque reconfortan al saber que calientan bocas perdidas en el profundo mar de esta crisis injusta, que a muchos azota. La 'quinta gran recogida' del Banco de Alimentos ha dispuesto de tres mil voluntarios, de tres mil granadinos que se han comprometido con esta causa.

A día de hoy, ya han contabilizado 600.000 kilos de comida, «a falta de contabilizar tres importantes puntos de entrega de paquetes, que son con los que contamos para asegurar que batiremos de nuevo un récord».

Hay más cifras, como que ninguna otra provincia española tiene una ratio como la que hay en Granada. Es decir, la provincia de Granada recoge en esta quinta campaña más de 600.000 kilos de comida y tiene 900.000 habitantes, «lo que nos coloca en el primer puesto en esta ratio de kilos de comida por habitante», explica Indalecio García Sánchez, quien recuerda que «en provincias como Málaga o Sevilla, con el doble de población que nosotros en Granada, recogen la misma cantidad de kilos de comida, con lo que su ratio es prácticamente la mitad que en Granada», y aquí, ya no esconde Indalecio su satisfacción con la «solidaridad» y el «compromiso» de todos los granadinos con las funciones y objetivos del Banco de Alimentos.

Estos Reyes Magos que son los voluntarios del Banco de Alimentos trabajan a destajo este mes de diciembre, lógicamente. Pero su labor se prolonga a lo largo de todo el año, durante el que llegan a recoger hasta cinco millones de kilos de alimentos. Supone, para hacerse a la a idea, una infraestructura de distribución nutrida y compleja, que cuenta con trece vehículos «para llevar la comida a todos los puntos de la provincia, a todas las comarcas, a las localidades más pequeñas y perdidas en el mapa». También cuenta con tres naves gigantescas en la Carretera de Córdoba, que dona un particular, donde se almacenan, separan y empaquetan los alimentos para luego cargarlos en la flota y repartirlos por doquier. Hay que sumar la cesión gratuita por parte del Ayuntamiento de Granada de seis módulos en Mercagranada, «donde se trabaja con las asociaciones y con los productos perecederos, de salida inmediata».

La sorpresa es que el presupuesto anual del Banco de Alimentos apenas llega a los 200.000 euros. «Y por cada euro gastado repartimos 25 kilos de comida gratuita y en toda la provincia».