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El juez Emilio Calatayud y Jaume Vives, antes de iniciar la charla en la Escuela de Padres.

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El juez Emilio Calatayud y Jaume Vives, antes de iniciar la charla en la Escuela de Padres. ALFREDO AGUILAR

Del Balcón de la Resistencia a la Escuela de Padres

Jaume Vives narra en Granada sus experiencias con los sin techo y con los cristianos perseguidos en Líbano e Irak

Jorge Pastor

Granada

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Martes, 31 de octubre 2017, 01:17

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Faltaban unos minutos para que se iniciara la última charla del año en la Escuela de Padres de IDEAL. Fuera, en la puerta del Teatro CajaGranada, un joven barbudo, embutido en una sudadera con capucha, se liaba apresuradamente un cigarrillo. Un joven que normalmente hubiera pasado desapercibido. Pero no. La gente se acercaba para saludarle, hacerse fotos e intercambiar con él algunas palabras. Aquel joven barbudo era Jaume Vives, uno de los inquilinos del celebérrimo 'balcón de la resistencia'. Ese balcón de la calle Balmes de Barcelona donde, frente al ruido de las caceroladas independentistas, suena el 'Viva España' de Manolo Escobar' o el himno de la Guardia Civil. Un balcón donde Jaume, su familia y otros vecinos de la calle Balmes acuden por las noches para hacer la contrarrevolución de las risas. Para luchar desde la chanza contra las 'verdades' de los nacionalistas y sus políticas de hechos consumados que, según el propio Jaume, han convertido a Cataluña en la República Bananera de Cataluña.

Jaume Vives fue el invitado ayer de la Escuela de Padres de IDEAL. Junto a él, apostillando y moderando, el maestro de ceremonias Emilio Calatayud, juez de Menores de Granada. Y fue don Emilio el encargado de introducir a Jaume, la persona comprometida y el personaje que, sin quererlo, desde su balcón de la calle Balmes, más campaña ha hecho en contra del separatismo y la sucesión de episodios delirantes que han desestabilizado la convivencia en Cataluña. «Un agitador social y un ser divertido», comentó Calatayud antes de ceder la palabra a Jaume, que relató de sus experiencias vitales. Las vivencias de un chaval educado en los valores del catolicismo, que se fue de casa con trece años, que fumaba porritos para creerse mayor, pero que cambió radicalmente la vida tras ver cómo trabajaban con los sin techo los voluntarios de la parroquia de San José, que luego se fue al Líbano e Irak para rodar un documental sobre los cristianos perseguidos y que ahora, gracias la viralidad de las redes sociales, 'combate' el catalanismo excluyente desde el balcón de su domicilio familiar tirando de música y mucho sentido del humor.

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Rebelde contra la autoridad

«Tuve una infancia normal, recuerdo cosas bonitas, pero siempre me costó aceptar la autoridad», comentó. «No la soportaba y entonces me rebelé contra mis padres». Apenas tenía trece años. Tomó el camino equivocado. Regresó al hogar, pero volvió marcharse dos años después. «Me fui de ermitaño, a la montaña viviendo junto a las cabras». Y retornó nuevamente al nido con diecisiete. Hasta que una buena noche, estando de fiesta con los amigos por el centro de Barcelona, vio a «una gente muy alegre que repartía comida y mantas a los que vivían en la calle, gente que daba su tiempo a los demás». Según Jaume, aquello le cambió el chip. «Me di cuenta de que mis padres llevaban razón, de que les había fastidiado muchos años de su vida, de que me sentía vacío, de que quienes me acompañaban en las juergas probablemente no estarían en los peores momentos», relató. A ellos, a los jóvenes de San José, los que sonreían, les dedicó su trabajo de fin de bachillerato.

Luego entró en Ciencias Políticas. Lo dejó a los seis meses porque no le gustaba. Después de abrir siete blogs, entre ellos uno de cocina y otro de erratas periodísticas, empezó Periodismo. Puso en marcha un diario digital junto a los compañeros y, fruto de su relación con los que no tienen nada, escribió el libro 'Las putas comen en la mesa del rey', «un título que sólo tiene cierta relación con el contenido», confesó. Y entonces volvió a pegar el portazo, «aunque esta vez fue la primera que lo hice sin odiar a mis padres». «Yo sabía que ellos me esperarían, pero los que yo entrevistaba no sabían si algún día podrían volver». «Todo lo que tenemos es un regalo», concluyó Jaume. «Todo el mundo queremos amar y ser amados; buscamos llenar el vacío de nuestro corazón con lo que nos ofrece la sociedad, el ruido, el alcohol, las drogas...; lo único que nos diferencia a nosotros de ellos es que tenemos unas normas». Otra de las grandes lecciones que enseña la calle, según Jaume, es que «dentro de las enormes dificultades para abandonarla, sólo se puede salir de ella si existe amistad».

«Me di cuenta de que mis padres llevaban razón, de que les había fastidiado muchos años de su vida»

«Tuve una infancia normal, pero siempre me costó aceptar la autoridad»

«Sus palabras son verdaderas porque no se puede soportar tanto dolor»

«La calle sólo se puede abandonar si median relaciones de amistad»

Fruto de estos encuentros, o quizá desencuentros, con la realidad -en esta ocasión a través de los medios de comunicación-, Jaume Vives viajó con 21 años al Líbano y con 22 a Irak para documentar la persecución hacia los cristianos. «Cuando estás con ellos te das cuenta de que estás equivocado; no se trata de lo que nosotros podemos hacer por ellos, sino de lo que ellos son capaces de hacer por nosotros», afirmó Jaume, quien reconoció que una de las cosas que más le chocaron es que contaban sus terribles vivencias con una sonrisa. «No hay que admirarles por ser héroes, son como nosotros, sino lo realmente admirable es que hubo un momento en que dijeron 'sí' y lo perdieron todo, hasta la vida». «Sus palabras son verdaderas porque humanamente es imposible soportar tanto dolor», comentó Jaume Vives este lunes en Granada. Hicieron el documental y el pasado verano regresaron para mostrarlo allí mismo, en Irak, con subtítulos en árabe, en ciudades asoladas por los yihadistas como Mosul.

Después, a partir del 21 de septiembre, con los primeros altercados del 'procés', ya vino lo del balcón. Y los vídeos con millones de reproducciones en Youtube. Y las entrevistas en las televisiones nacionales. Y la Escuela de Padres de IDEAL. Y todo lo que está por venir en la biografía de este catalán contrarrevolucionario.

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