La Quema del Penas llena las fiestas de Santa Fe de calor e ilusión

Mayores y pequeños no se perdieron el momento en el que, por primera vez, se proyectaba un video-mapping sobre la portada del templo parroquial de la Encarnación, así como un gran espectáculo de luces y sonido, todo ello especialmente dedicado como homenaje a los fallecidos en la guerra de Ucrania. El azul y el amarillo de la bandera de este país cubrían el cielo, brillante momento al que se unió la actuación de la bailarina profesional Beatriz Romero, cuyos movimientos también se reflejaban en la fachada eclesiástica.

«Santa Fe, nuestro pueblo, reclama el respeto y la dignidad», dijo el alcalde, que llamó a «romper la rutina y llenar las calles de alegría», trabajo en el que también tiene mucho que ver Carlos Marcos, concejal de Fiestas, que ya me había adelantado lo especial del momento vivido –como lo será el resto del programa previsto-. Todo en un gran ambiente, el que vivieron Manuel Tabasco, al que me alegró ver junto a su familia –su mujer, Pilar Martínez, y los peques–, y al que pude felicitar por haber sido finalista en el concurso de carocas. Está muy contento de verlas expuestas –pueden disfrutarlas en la calle Real–, orgulloso de una tradición a la que le gusta contribuir con su «granito de arena». Carocas que llevan las pinturas de Miguel Ángel Fenoy, que es de la tierra; y que tiene a la firmada por Belén Segura como ganadora.

La cultura tiene mucha importancia en las fiestas santaferinas, en las que una cita ineludible es acudir al Instituto de América, Centro Damián Bayón, donde ayer mismo se inauguraban dos exposiciones; una firmada por Juan Ruiz y otra con artistas locales. Y más pintura hay hoy, con el concurso al aire libre. También este viernes se celebra otra de las novedades de la feria, el primer Santa-Festiva, homenaje a Fátima Espadafor.

Será un acontecimiento en el que «el blues, el jazz y el rock se darán la mano con la mejor programación en directo», llenando así de sones una localidad que tiene una tradición musical muy importante.

Hasta que de nuevo los fuegos artificiales llenen los cielos el domingo, hay muchas citas a las que acudir. Pero, volvamos al principio, a esa noche de fuego, en la que había otras familias que también se acercaron hasta la plaza para ver el espectáculo y contemplar cómo ardía El Penas; eso sí, a la distancia debida. «Madre mía, qué calor», me decía Luis, uno de los muchos fotógrafos improvisados que querían plasmar desde primera línea lo que allí ocurría.

Estábamos junto a las vallas, muy cerca de los profesionales –Bomberos, Policía local y Protección Civil– que se ocupaban de que no hubiera –como así ocurrió– ningún problema.

Les puedo hablar también de Ángel Márquez, que vive en Calahonda y que dejó las arenas por unas horas. «Mi madre me había hablado mucho de esta tradición», explicó.

«Espectacular» y «maravilloso» son algunos de los calificativos más repetidos en la noche y después en las redes sociales. «Estas son nuestras fiestas», pregonó el alcalde. Y en esas palabras nos ofreció la mejor de las invitaciones. Habrá que aceptarla.