El asadero de pollos El Príncipe reabre en Albolote tras el incendio que calcinó el local
Los dueños han recibido la ayuda de su familia para salir adelante durante estos dos meses de incertidumbre, y ahora vuelven con ilusión
Las lágrimas que hace dos meses desprendían impotencia ahora expresan emoción. El asadero de pollos El príncipe, que sufrió un devastador incendio el pasado ... 10 de diciembre, vuelve con fuerza después de una reforma total -el local quedó totalmente calcinado-. Sus dueños, Bernabé y Laura, han subido la persiana este viernes de nuevo. No pueden estar más felices y agradecidos: «Los vecinos se han volcado con nosotros», aseguran.
La vida se les torció de la mano del fuego. Se vivieron momentos de máxima tensión, puesto que Bernabé no salía del local e incluso resultó herido por inhalación de humo. «Un vecino entró a por él y lo encontró de rodillas apuntando a todas partes, estaba desesperado por apagarlo. Si llega a estar más tiempo le hubiera caído el techo encima. Fueron minutos desesperantes hasta que lo sacó», cuenta Laura, que huyó junto a su hija. El peligro era evidente, había siete bombonas de butano en el local. Bomberos de Granada extinguieron el incendio.
Lo que vino después se puede resumir en una palabra: preocupación. Gestionaban el asadero desde hacía ocho meses, ya que la madre de Bernabé era la anterior dueña. Los comienzos son siempre complicados y, cuando conseguían «ver la salida», el fuego devoró el local. «Han sido dos meses muy difíciles. El negocio ha seguido teniendo gastos, pero no ingresos», cuenta la pareja, que tiene dos hijas, una de ocho años y otra de veinte meses. Su obsesión era que ellas estuvieran bien. «Mis padres y mi hermano han estado apoyándonos, haciéndonos la compra y ayudando con los gastos. Para las fiestas están todos, pero qué importante es tener a gente que te quiere en los tiempos difíciles», asegura Laura.
Cuando se recuperaron emocionalmente del suceso se plantearon cuál sería el siguiente paso. Tenían claro que no querían trasladarse a otro local. El actual tiene muy buena ubicación y, al ser heredado, le guardan un cariño especial. Decidieron reformarlo y la renovación ha sido total. «Necesitábamos volver cuanto antes, tenemos mucha ilusión y ganas. Estamos muy agradecidos a los vecinos, que se han volcado con vosotros», apostilla la pareja.
Este viernes, desde primera hora, ya tenían algunos encargos. Volvían a cocinar, a atender llamadas, a sonreír a clientes desde el otro lado del mostrador. «Cuando supieron que abríamos este fin de semana algunos nos dijeron que no iban a preparar comida, que vendrían aquí a comprarnos a nosotros. Es tan bonito...», añade Laura emocionada. Por fin, después de tanto sufrimiento, han podido volver a trabajar.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión