El aparejador que se tiró al barro para montar su propio taller de cerámica en Granada
En la calle Reñidero podemos crear en pocas horas piezas exclusivas para el desayuno o el aperitivo
María Dolores Martínez
Granada
Sábado, 11 de octubre 2025, 09:57
Amasar el barro, decorar un plato o crear una pieza exclusiva pueden convertirse en una experiencia fascinante si nos dejamos guiar por manos expertas como ... las del cordobés Antonio Aguilera Gavilán, 'Tony Potter'. Basta apuntarse a su taller de cerámica en la calle Reñidero, número 4, para darle rienda a nuestra creatividad y aprender paso a paso todas las técnicas de este arte. Su amplio y precioso local es ya una invitación a perderse en alguna de sus clases por el buen ambiente que se respira entre sus alumnos. En sus estanterías lucen piezas bizcochadas, óxidos colorantes, esmaltes, pinceles y toda suerte de útiles en cajas perfectamente ordenadas y etiquetadas para hacérnoslo aún más fácil. En un futuro cercano Tonny tiene previsto inaugurar un taller de tornos alfareros, un espacio para organizar charlas sobre cerámica y otro expositivo por las muchas posibilidades que ofrecen las dos alturas de este establecimiento.
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La cerámica ya formaba parte de la vida de Tonny cuando trabajaba como aparejador en Córdoba. Era un hobby pero llegó un momento en que su profesión no le llenaba del todo. «Tras darle muchas vueltas» dio un cambio a su vida. «Había ido a muchas clases de cerámica, pero nada oficial», y decidió hacer un ciclo superior de cerámica artística en la Escuela de Arte de Granada. Después montó su primer taller de 30 metros cuadrados en el número 3 de la calle Reñidero, le siguió otro en la calle Santiago y desde 2024 en la ubicación actual. «Me pareció perfecto cuando lo ví porque buscaba un local diáfano y grande para tener las actividades por separado». El único miedo de Tonny era como encajaría su madre «dejar un trabajo tan bueno como el que tenía para tirarme al barro, nunca mejor dicho, después de todos los esfuerzos que había hecho con mis estudios. Se lo planteé y me dijo que para adelante. Al final, la vida es una».
La atención personalizada es uno de los grandes valores de este taller al respetar el ritmo de aprendizaje de cada alumno y la mayor o menor destreza que muestren en un primer momento con sus manos o con los pinceles. En la actualidad tiene ocho grupos de siete alumnos cada uno. «No llevamos a todos a la vez. Para mí sería cómodo porque explicas y luego se ponen a trabajar, pero puede llegar un momento en que algún alumno se aburra o le coja manía a alguna técnica. De lo que se trata es de que el alumno esté cómodo».
Las clases de cerámica se distribuyen en ocho horas semanales en las que cuenta con la ayuda inestimable de sus compañeras Alicia y Karen. Cuestan 80 euros, con material y cocciones de las piezas incluidas al poseer el taller hornos propios. En ellas se aprende como primer paso «la técnica del pellizco para conformar un par de tazas con los dos tipos de barros con los que trabajamos, uno con chamota y otro sin ella. De esa manera el alumno se hace con el espacio, los compañeros y el material que vamos a usar». Esto ayuda mucho «a ver la destreza que tiene. Eso nos sirve mucho cuando el alumno trae sus propios proyectos. Es entonces cuando les aconsejamos que sea más grande o más pequeño o las técnicas que deben aprender para llevarlo a cabo».
Dentro de su alumnado hay ya algunas artistas aventajadas que empezaron con Tonny hace cuatro años. «Esto permite experimentar un poco más y hacer cosas más avanzadas y profesionales».
Junto a estas clases mensuales, en el taller se ofertan también otro tipo de actividades como 'Pinta tu pieza'. «Dura hora y media y tenemos piezas desde 15 euros hasta 40 euros. Se reserva a través de la página web con un coste de 15 euros, que se descuenta de la pieza que se elija». Luego, el taller se encarga de esmaltarla y hornearla para que se pueda recoger en unos días. Otra opción son los talleres privados para celebraciones o team building ya que hay mucha gente que teletrabaja y no se conoce. Es una forma de juntarse con cierta frecuencia». En el caso de los talleres monográficos, «tenemos el de taza. En él se hace una taza en dos horas y media y se decora, el de set de desayuno con un plato y un cuenco, y el de aperitivo, con una tabla para servir embutidos y un par de cuencos pequeños».
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