11 años de malos tratos en la voz de Ana Bella en el Congreso: «Me llamaba 250 veces al día»

Una superviviente de la violencia de género fue la mujer que se saltó el protocolo antes de la lectura del artículo 14 de la Constitución española en el acto de conmemoración de su 45 aniversario en el Congreso de los Diputados. Ana Bella Estévez aprovechó la oportunidad para contar su caso delante de las cámaras y autoridades, con el objetivo de darle voz a todas las mujeres maltratadas que todavía no han roto su silencio.

Ana Bella Estévez (Sevilla, 1972) es una activista contra la violencia machista. Tras once años sufriendo malos tratos por parte de su marido, un pintor granadino, decidió crear la Fundación Ana Bella; una red de 28.000 voluntarias que actúa en 88 países del mundo para ayudar a mujeres maltratadas y madres solteras. La sede se encuentra en la capital hispalense, aunque cuenta con varias organizaciones en otras ciudades de España.

«Tuve que leer el artículo relacionado con la igualdad y a mí me ha tocado experimentar su cara más amarga», manifiesta, a lo que añade que se sintió muy «emocionada» expresándose delante de tantas personas influyentes de país que tienen la posibilidad de cambiar las leyes. «En España, solo una de cada cinco víctimas piden ayuda. Apenas el 15% en menores de 24 años«, enfatiza.

Fue Quim Torres, jefe de Gabinete de Francina Armengol, el encargado de invitar a Ana Bella al acto solemne en la Cámara Baja tras la publicación del libro «Rompamos el silencio: Juntas somos más fuertes». Una obra de la Fundación Ana Bella y del grupo editorial Penguin Random House, compuesto por las voces de mujeres maltratadas y escritoras, con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la violencia contra la Mujer.

Ana Bella es madre de cuatro hijos: Yaiza, Aimara, Tairo y Shelton. El 13 de septiembre de 2001 fue la primera vez que denunció a su marido. Su hija mayor tenía 10 años y el pequeño apenas nueve meses. Acto seguido, tuvo que marcharse a una casa de acogida y, posteriormente, a una de emergencia; aunque el progenitor tenía régimen de visitas los fines de semana.

La Audiencia Provincial de Málaga no le concedió la separación hasta el año 2007. «Mi maltratador estuvo llamándome 250 veces al día durante años», confiesa, a lo que hace hincapié en que su proceso de divorcio fue muy complicado; en un momento en el que todavía no se había aprobado la Ley de Protección Integral contra la Violencia de Género de 2004. «Hoy día las medidas provisionales suelen tardar un mes. En mi caso, fueron nueve meses», señala.

En 2002, decidió aparecer públicamente en un programa de Canal Sur para narrar que había sufrido malos tratos durante once años por parte de su marido. Fue una de las primeras víctimas, tras la intervención de Ana Orantes, que contó su testimonio a cara descubierta y con nombre y apellidos en televisión. «El miedo debe tenerlo el que maltrata. Yo quise salir diciendo que hay vida después de la violencia y que se puede salir de ahí», acentúa.

«Me llamaron más de 1.000 mujeres tras mi intervención y estuve un año entero devolviendo llamadas», revela, agregando que fue en ese momento cuando decidió crear la fundación. Hasta la fecha, la red ha ayudado a más de 45.000 mujeres maltratadas.

«Pido a la gente de alrededor que denuncie porque la mayoría de las víctimas no lo hacen», hace hincapié, a lo que subraya que en 2022 solo el 1,83% de las denuncias fueron puestas por el entorno de la víctima, según datos del Observatorio Estatal de Violencia sobre la Mujer.

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