Los 35 años de lucha de Aldeas Inclusiva para normalizar la vida de las personas con discapacidad
La organización sigue teniendo como retos una mayor obtención
María Dolores Martínez
Martes, 9 de diciembre 2025, 23:39
Lo explica de manera muy gráfica Chema Burgaleta, director general de Aldeas Inclusiva, a la hora de referirse a las personas con discapacidad. «En mi ... cabeza me imagino un puente. Las personas con discapacidad siempre recorren un lado de ese puente, cargados de buena voluntad, sacrificio y superación, pero la sociedad tiene que recorrer también esa misma distancia desde la posición que le corresponde». Es decir, «con sensibilidad, tolerancia, empatía, proximidad y la conciencia de que todo el esfuerzo para tener una sociedad inclusiva le corresponde también a la comunidad».
Nos encontramos en la línea de Manipulados de esta organización en el Polígono de Asegra, donde trabaja personal con discapacidad. Es el Día Internacional de este colectivo y en su opinión supone «una oportunidad, un escaparate y un altavoz para todas estas personas que todavía, en el siglo XXI, experimentan un montón de dificultades para ejercitar derechos que son básicos e incuestionables, como el derecho a la participación, al empleo, las relaciones, la autodeterminación o decidir por sí mismos que tipo de vida quieren tener».
Para Burgaleta entre los principales retos se encuentra la financiación y hacer una política pública más ágil y cercana. La gestión del día a día a veces «es muy costosa y compleja y acaba afectando a las personas». Los recursos «son limitados y no se actualizan tan rápidamente, cuando los costes de la vida se disparan». Junto a ello, es esencial la reivindicación del derecho a la normalidad y que se den las condiciones necesarias para que esto ocurra como sociedad.
Para lograr la plena inclusión, la base es un empleo «decente, de calidad y bien pagado», sobre el que se construye todo lo demás. Por ello, el corazón de Aldeas Inclusiva es un centro especial de empleo, consistente en una empresa normal con una serie de peculiaridades. «El 70% de nuestro personal son personas con un 33% o más de discapacidad certificada. Esta empresa compite en el mercado ordinario con otras empresas convencionales. También tenemos un servicio a través del cual nos aseguramos que personas con discapacidad llegan al puesto de trabajo y se desarrollan en él con los apoyos necesarios para poder cumplir con sus funciones».
Según los datos del último año, la organización dio empleo a 69 personas, de las que 35 son fijas, si bien la plantilla aumenta en función de picos de producción y demanda. Sus cuatro líneas de negocio son la fabricación de embajales de cartón ondulado; la finca Casería Verdeval de producción agro ecológica en Zujaira; manipulado industrial y Educa, que son servicios educativos a centros escolares y otros colectivos.
KAIRÓS
Dentro de la línea Educa, en 2024 se inauguró KAIRÓS, la primera Escuela de Ocio y Tiempo Libre Inclusiva en Granada en la que personas con discapacidad pueden obtener el titulo de monitor/a homologado por el Instituto Andaluz de la Juventud. «Generamos una oportunidad inclusiva porque un tercio del alumnado tiene discapacidad intelectual, otro tercio son jóvenes con otros perfiles vulnerables y el tercio restante es población normalizada».
Hay que remontarse a 1990 para encontrar el origen de Aldeas Inclusiva, puesta en marcha por Aldeas Infantiles para generar una entidad que ofreciera trabajo a los chicos y chicas «que habían pasado por aldeas infantiles en su minoría de edad, tenían discapacidad intelectual y dificultad para lograr un empleo empleo. 35 años después son dos entidades diferentes con población destinataria distinta pero muy coordinadas entres sí, al compartir mecanismos de colaboración y formación».
Para el director territorial de Aldeas Infantiles SOS en Andalucía, Francisco Javier González Vigil «es un reto tremendo» ayudar a todos estos chicos y chicas e insertarlos laboralmente. Sobre todo, cuando tienen un porcentaje de entre el 33 y el 65% de discapacidad. La oportunidad empieza desde la misma sociedad y el sector empresarial. «Cuesta mucho apostar por gente con discapacidad y creer en lo que son capaces de hacer. Si conociéramos chicos y chicas con discapacidad veríamos la valía tan grande que tienen. Hace falta muchísima financiación para formarlos y mantener estos puestos de trabajo» pero, sobre todo, «demostrar que son completamente capaces para insertarse en el mundo laboral en igualdad de condiciones. Lamentablemente, «logramos insertar pocas personas y al final acabamos convirtiendo el trabajo en protegido cuando lo ideal es que se inserten en empresas externas».
Germán Gómez García: «Somos iguales y trabajamos y cumplimos como el que más»
Germán Gómez García trabaja desde hace 24 años gracias a Aldeas Inclusiva. Un logro muy importante por lo que supone de «libertad y autonomía». Se siente contento porque «es uno de los pocos beneficiaros de poder trabajar con discapacidad. Conozco a gente que hoy por hoy siguen buscando trabajo porque no lo encuentran o no le dejan trabajar por el montón de requisitos que les piden». Para él y para todos cuantos tienen discapacidad reclama «todos esos derechos que nos quitan». Hoy en día tenemos trabajo «pero a base de mucho esfuerzo y de defenderlo. A la sociedad hay que enseñarle lo que hacemos. Somos iguales y trabajamos y cumplimos como el que más».
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