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JOSÉ R. VILLALBA
Granada
Sábado, 18 de agosto 2018, 00:48
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Los cementerios no son los mejores sitios para montar la marimorena, menos aún para lanzar amenazas de muerte contra los allí congregados. En el camposanto de Granada se vivió una escena de auténtico pánico la mañana del pasado jueves cuando un individuo de 60 años comenzó a lanzar improperios y amenazas contra los asistentes a un funeral a las 8.40 horas.
El varón, armado con una navaja y un abrenueces, sembró el temor entre los asistentes a un velatorio, quienes para defenderse decidieron encerrarse en la sala donde estaba de cuerpo presente la finada. Allí esperaron la llegada de la Policía Local, porque tenían miedo de que este hombre, finalmente detenido, pudiera cometer algún tipo de atrocidad contra los allí congregados.
El arrestado se encontraba en el cementerio porque un familiar suyo había fallecido. El resto de asistentes eran amigos y otros miembros de la familia. Cuando los gritos y las amenazas contra los allí reunidos fueron subiendo de tono, decidieron encerrarse en la sala y comunicar con la Policía Local.
Una pareja de agentes se personó en el cementerio y lo primero fue preguntar a los amenazados por lo ocurrido. Acto seguido, se dirigieron hacia el varón que había originado el desaguisado en el camposanto para cachearlo, pero antes le preguntaron si portaba algún tipo de objeto o sustancia que le pudiera comprometer. El ahora detenido dijo a los agentes no llevar nada, pero cuando comenzaron a registrarle se volvió para darle un codazo a uno de los policías locales e intentó seguir agrediéndolo pero el policía local tuvo la suficiente habilidad como para esquivar los puñetazos que le trataba de propinar este sujeto. Un compañero del agente se acercó y logró reducir a este varón. Tras el cacheo posterior a este individuo, le encontraron una navaja y un abrenueces.
Una vez calmada la situación, los amenazados confirmaron a los policías locales que este individuo había estado en prisión condenado por un homicidio anteriormente y que tenía amenazada de muerte a toda la familia, incluida la fallecida a quien estaban velando en una sala del tanatorio del cementerio de San José de la capital granadina.
Tras lo sucedido, este individuo fue entregado en dependencias de la Policía Nacional donde quedó detenido e ingresado en los calabozos pendiente de pasar a disposición judicial. La calma volvió al cementerio tras lo sucedido.
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