La alemana que visitó Granada por un juego de mesa sobre la Alhambra famoso en su país
Su familia lo compró cuando Carolin era una adolescente y comenzó a interesarse por la ciudad, lo que la empujó a viajar en 2018 y enamorarse de ella
Llevamos tanto tiempo sin viajar libremente que están difuminados los recuerdos de cómo preparábamos una escapada, por qué elegíamos una ciudad u otra, o cuántas ... horas pasábamos comparando los precios de los vuelos. A veces escogíamos un destino con el que llevábamos tiempo obsesionados, mientras que otras simplemente poníamos el dedo sobre el mapa. Pero hay casos en los que la elección del viaje viene supeditado por algo mucho más profundo o curioso. Es el caso de Carolin Schroeter, una alemana de 34 años que fijó en su lista de destinos pendientes Granada siendo una adolescente. El motivo: un juego de mesa llamado 'El palacio de la Alhambra' que le hizo interesarse por la ciudad.
Carolin, nacida en Berlín y residente en Londres, trabaja en el sector del marketing creativo y el diseño de eventos, y cuenta además con un blog de viajes. Según recuerda, su familia compró en 2003 el juego de mesa, muy popular en Alemania, «que había ganado muchos premios y estaba reconocido como uno de los mejores de la industria del juguete». Similar al juego llamado 'Catán', consistía en una lucha entre los jugadores, que representaban distintas nacionalidades, por construir la Alhambra. Las fichas representaban las partes del palacio, como los jardines o las fuentes. «Siempre me encantó el diseño del juego, los dibujos realmente me transportaban al palacio. Desde que empecé a jugar puse a Granada en mi lista, ya que me inspiró y me hizo sentir curiosidad por su cultura y cómo fue construido», explica la berlinesa.
Antes de visitar Granada en 2018 buscó información sobre la ciudad, «más desconocida» a su juicio que otras como Sevilla o Málaga. «Para mí era muy importante quedarme a dormir allí y que no fuera un simple viaje de un día, quería experimentar la ciudad», indica. Eligió cinco días de agosto, en un verano muy caluroso en el que descansó durante el día y se activó más por la noche, «cuando las temperaturas eran más soportables». En aquel viaje la joven visitó también San Sebastián y Mallorca. «Me decidí por Granada porque no era tan típico, tenía muchas ganas de explorar una ciudad que fuera tan popular como, por ejemplo, Madrid o Sevilla. Mi elección estuvo realmente influenciada por el juego, para recordar aquellos momentos felices y saciar mi curiosidad sobre la Alhambra. Era hora de ir a Granada», admite.
La alemana encontró una ciudad «muy interesante, con mucho más que ofrecer además de la Alhambra». Como curiosidad, le llamó la atención que el símbolo de la granada (el fruto) está muy presente «y se puede encontrar en cualquier parte, como en las alcantarillas o en platos». «La ciudad me resultó limpia y segura, y me atrapó su bullicio. Me encantó el helado de 'Los Italianos', oír tocar a un guitarrista en el Albaicín, un atardecer viendo la Alhambra cambiar de color, una boda que me encontré y hasta la tormenta que una noche se apreció sobre Sierra Nevada desde la terraza de mi hotel», manifiesta. Ni siquiera la intoxicación alimentaria que sufrió el último día trastocó el buen recuerdo que mantiene de Granada.
In Germany, I grew up with a board game called “Alhambra” (similar to Settlers of Catan but you built the palace of Alhambra).
Carolin | Solo Travel Story (@SoloTravelStory) February 17, 2021
Inspired by the game, it was on my bucket list to visit Granada. I did so in 2018!
Do you have any #travel stories motivated by childhood memories? pic.twitter.com/q2A6XjcG0h
En cuanto a la Alhambra, la culpable de su visita, invirtió 8 horas en conocer «cada esquina de la fortaleza, y mereció la pena». «Los jardines eran preciosos, exactamente como los había imaginado por el juego de mesa. Me encantó el estilo de la arquitectura y la mezcla de culturas. Además, las vistas desde la fortaleza (del Albaicín) son unas de las mejores que he visto de una ciudad», asegura.
La única queja de Carolin es lo difícil que le resultó comunicarse. Ella habla un poco de español, y resalta que «en general es complicado comunicarse en inglés». «Todos fueron muy amables y serviciales, eso me encanta de los españoles: hacen lo que sea para que te sientas bienvenida y tengas una buena estancia», insiste. Porque para la alemana, este país es mucho más que «verano, fiesta y alcohol barato: es un lugar en el que crear grandes recuerdos». Ya está deseando volver a España, y en concreto a Granada. Además, un amigo le ha enseñado cómo pedir un helado en Español, así que no tendrá problema cuando haga una parada en 'Los Italianos'.
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