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Zonas hostiles en Granada

Zonas hostiles en Granada

Las cámaras de IDEAL.ES ponen a prueba la accesibilidad de Granada por algunos puntos del centro | Situaciones que pueden beneficiar o afectar a cualquiera

Ángel Orte

Martes, 29 de septiembre 2015, 17:24

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Plaza Nueva, calle Elvira, Calderería, la calle Pan o la parada de la LAC, son algunos puntos donde se pueden encontrar situaciones "hostiles" no solo para personas de movilidad reducida, sino para cualquier ciudadano de a pie. La accesibilidad de Granada fue puesta a prueba durante un recorrido por zonas céntricas acompañando a Juan Luis Marfil, uno de los activistas del proyecto La ciudad accesible que preside Antonio Tejada, quien también estuvo junto a las cámaras de IDEAL.es a lo largo del trayecto. El fin, "valorar si Granada es una ciudad amigable a la diversidad humana", como reconocía el propio portavoz de la organización. Esta apunta hacia un 80 por ciento de la población que se ve afectada o favorecida por situaciones "hostiles" o "amigables" ante la configuración del entorno. "Muchas de las denuncias que reciben los ayuntamientos son por caídas producidas en los espacios públicos por bolardos o alcorques no señalizados que pasan desapercibidos", asegura Antonio.

En Plaza Nueva espera Juan Luis en una silla de ruedas eléctrica en compañía de su madre para iniciar el recorrido a primera hora del día. Poco antes de iniciar el paseo, Tejada reconocía que "en Granada existen muchas cosas bien que se desconocen y se deben valorar". Por ello aboga por establecer una conexión a fin de generar "un verdadero itinerario accesible para que los granadinos y quienes visitan la ciudad puedan disfrutar de ella".

Uno de ellos se encuentra justo en las proximidades de calle Elvira, donde se anuncia una fuente habilitada también para personas de movilidad reducida. Hasta ella se acerca Juan Luis para beber agua pudiendo acceder con su silla sin ningún tipo de problema. Una configuración que, como recordó el portavoz, también beneficia a niños y a personas de baja estatura. Sin embargo, justo en las proximidades, el recargo del mobiliario urbano dibuja un camino tortuoso. En pocos metros confluye un puesto de lotería, un kiosko, un árbol, un banco y una cabina móvil que sirve como cuarto de baño. Tras el árbol se levantan dos contenedores de reciclaje de vidrio justo frente a un paso de peatones presidido por los famosos bolardos. Mientras en la otra acera, un camión se detiene para llevar a cabo sus labores de carga y descarga, obstaculizando notoriamente la visibilidad para quienes quieren cruzar a la otra orilla.

Con el semáforo cediendo el paso a los peatones, un número considerable de personas -en su mayoría turistas- proceden a cruzar la vía hacia la posición donde se encuentra Juan Luis. En ese instante se observa cómo se produce un efecto embudo que bien obliga a modificar la dirección o a sortear obstáculos para seguir la marcha de frente. Para el joven, en su silla de ruedas, se convierte casi en un circuito de obstáculos.

"La mejor prueba para los actores estratégicos principales que se encargan de diseñar la ciudad del futuro es que vayan a Puerta Real y vean quiénes hacen uso del espacio público. Qué tipo de personas son las que caminan. Personas mayores que caminan con un bastón, matrimonios con el carro de su hijo o que portan un carro de la compra () todos ellos deben ser valorados", insiste Tejada.

Falta de mantenimiento en calle Elvira

El máximo representante de La ciudad accesible recalca la necesidad de solventar diferentes problemáticas "lo más pronto posible" y llama al compromiso de la clase política para "detectar estos puntos negativos que rompen esa cadena de itinerarios accesibles y solventarlos para hacer una gran oferta al granadino y a quienes nos visitan".

Unas declaraciones que llegaron tras comprobar que en la calle Pan, personas en silla de ruedas, obesas o cualquier individuo de avanzada edad, pueden tener problemas para caminar. Se trata de una zona peatonal que mantiene su configuración, con un bordillo de dimensiones considerables. Allí el golpe de un vehículo mermó la estructura de uno de los elementos férreos que se levantan por las calles. En este caso, imposibilitó que Juan Luis continuara con su marcha.

En calle Elvira justo en la esquina con calle Pan, dos huecos dan fe de la existencia de dos elementos que fueron suprimidos en su momento. Desniveles que aún conviven con el empedrado de la vía. Frente a ellos, el verdoso contenedor de reciclaje se entromete en un recorrido imaginario dibujado por los diferentes bolardos, que van estrechando el paso al transeúnte hasta el punto de obligarle a invadir la calzada para continuar su paso. Jóvenes, adultos, personas mayores, personas de movilidad reducida y cualquier otra tienen que variar su trayectoria, no sin antes cerciorarse de no intervenir en la circulación de algún vehículo para evitar males mayores.

"A veces todos somos culpables"

Desde allí se busca el acceso a Gran Vía desde la calle Cárcel Baja mientras se ve cómo un repartidor se inmiscuye en la calle Calderería con un carro de carga, teniendo que superar los numerosos escalones de la mencionada vía. Al llegar a las inmediaciones de la Catedral, en una parada de la Línea de Alta Capacidad (LAC), el hueco de un árbol lo tapa una plancha con huecos justos por donde cualquier bastón, muleta o el tacón de un zapato se pueden introducir generando algún tipo de conflicto. "Cabe perfectamente, esto es un peligro", aseguraba una mujer que portaba una muleta mientras esperaba el autobús.

"También hay que analizar en qué fase real de transporte accesible nos encontramos en Granada y comenzar a solventar cualquier tipo de situaciones. A veces somos todos culpables. Administración, conductores y los propios usuarios del servicio. Fechas atrás, Juanlu no pudo subir a un autobús al no accionarse la rampa de acceso a personas de movilidad reducida, y la gente tampoco se mostró condescendiente. Todos le ignoraron y aquí no podemos ignorar a nadie, ya que somos ciudadanos y pagamos nuestros impuestos", sentenció Tejada.

Suelos con pavimento deslizante, escalones, desniveles, carteles, señales luminosas o auditivas, la ubicación de contenedores, bolardos o el hueco de los árboles. Todos ellos son factores que a simple vista pueden pasar desapercibidos, pero que a fin de cuentas favorecen o perturban esa red de itinerarios accesibles. Situaciones hostiles como las comentadas también confluyen en la ciudad con otras amigables com la disposición de Reyes Católicos para evitar cualquier tipo de resbalón.

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