«Podríamos hablar de muertos hoy por el incendio de contenedores en Halloween»

Los que peor parte se han llevado han sido los negocios situados en la planta baja y en el primer piso. Muy cerca de María Dolores hay una oficina compartida por ARarquitectura, la Inmobiliaria Kabuki y los abogados Juan Antonio Marcos y Francisco Lozano. Está con los cristales rotos, sin línea de Internet -el cableado se quemó- y con el techo teñido de negro. Además, el agua que los Bomberos emplearon en su actuación estropeó varios dispositivos electrónicos. «Menos mal que no entró el fuego, porque tenemos muchos papeles y expedientes», asevera Rafael Girón, de ARarquitectura.

En su oficina dejaron de trabajar sobre las 21.00 horas, dispuestos a descansar en la víspera del festivo. A las dos horas recibieron la alerta de que los contenedores ardían y el primer piso, donde se encuentra el local, estaba afectado de lleno. «Vinimos rápidamente porque no sabíamos si dentro había fuego, accedí y el despacho estaba entero lleno de humo. Por suerte no entró el fuego, menos mal, porque con la de personas mayores que viven aquí podía haber sido una catástrofe», añade el arquitecto técnico.

En la planta baja, justo enfrente del lugar de los hechos, se encuentra la tienda de moda Edén. Las letras que señalan el nombre del negocio están completamente calcinadas. Su dueña, Gloria Angulo, amanecía este miércoles «cansada e indignada». Se da la circunstancia de que no es la primera vez que ocurre. El pasado mes de mayo también ardieron contenedores, pero en esa ocasión no provocaron daños materiales. Estos días no deja de pensar en que podía haber sido mucho peor. «Los escaparates aguantaron, pero si llegan a reventar el edificio se prende entero y hoy estaríamos hablando de muertos. Pudo ser una tragedia», lamenta Gloria.

Ardió el cableado y la cornisa antes de que los Bomberos pudieran extinguirlo. También el cristal, que dejó el escaparate sin protección. «Conseguimos que el seguro nos pusiera un guarda porque después intentaron entrar a robar», apostilla. Calcula que durante una semana no podrá abrir con normalidad, ya que la calle es un trasiego continuo de trabajadores que se esfuerzan en reparar los daños. En cuanto recuperen la línea de Internet seguirán con las ventas online. «Esperemos que nos compren, esto es lo que nos da de comer a mí y a mis niñas, como llamo a mis dependientas», manifiesta.

Francisco Jimenez, dueño de Papeltech, destaca sobre todo el daño moral. La impotencia de ver cómo su negocio peligraba por la acción de unos vándalos. Tiene el escaparate roto y dispositivos electrónicos afectados por el agua -una de sus tareas es la reparación de aparatos-. Lo peor, el insoportable olor a quemado que le recuerda constantemente lo que ocurrió. «Tardará en irse de tres a cinco meses», recalca.

La tienda permanecerá cerrada un par de días y, después, volverá a la carga con más fuerza que nunca. Sus clientes están pasando por el local para darle ánimos. «Espero que sigan viviendo a comprar, ahora es cuando más falta hace», concluye.

Por su parte, el Partido Popular de Granada ha exigido «una investigación y responsabilidades» ante la «falta de previsión» del Ayuntamiento de Granada para coordinar la seguridad de la ciudad en la noche de Halloween; mientras que VOX ha pedido «contundencia» contra los autores de los actos vandálicos y que paguen los daños causados.