'La abuela artesana', los herederos de Conchifrit llevan las mejores patatas fritas al centro de Granada
El nuevo local de Zacatín ha incorporado nuevas variedades de fritos y dulces típicos
María Dolores Martínez
Miércoles, 24 de septiembre 2025, 09:38
Concha García Moreno se muestra «muy contenta» de que su nieto José Antonio López Sánchez inaugurase el pasado 28 de febrero 'La abuela artesana. Desde ... 1965'. Toda una muestra de cariño y el mejor homenaje posible a esta entrañable mujer de 82 años, recordada por todos por su negocio de churros y patatas fritas en Gran Capitán, muy cerca del ambulatorio. El famoso Conchifrit, que nació en una pequeña churrería de San Juan de Dios y heredó de su abuela. Hace 34 años Concha se hacía eco en IDEAL de la fama que habían adquirido en Granada. Durante mucho tiempo «hubo un dicho que decía 'para pasteles los del sol, y para churros los de la calle San Juan de Dios'». Sigue al pie del cañón, pero ahora fuera del mostrador «porque ya he trabajado mucho durante 50 años».
José Antonio es ahora el responsable del negocio familiar, al que ha querido darle un aire nuevo y más actual con este establecimiento en la calle Zacatín. Su carta de presentación, como no podía ser menos, son esas patatas fritas que entran por los ojos a través del escaparate, crujientes y un poco más gruesas de lo normal. No en vano, José Antonio es la tercera generación que vende este producto y la quinta desde que su familia empezó a hacer churros. La idea era «darle una mayor visibilidad a todos los productos e incorporar otros nuevos», explica. Por ello, junto a todas las variedades de patatas fritas, también se encuentran otras exquisiteces salidas del obrador que tienen en La Zubia. Todo está hecho en casa. Se trata de dulces típicos que quieren vender durante todo el año para no ceñirse tan sólo a épocas concretas como la Semana Santa. Ese es el motivo de que en sus expositores haya roscos, torrijas, leche frita y pestiños bañados en chocolate o rellenos de diferentes cremas.
Claudia Tapia, encargada del negocio, nos cuenta que la seña de identidad «son las patatas fritas» y que raro es el día que no les hacen fotos. La evolución que ha sufrido el negocio a lo largo de los años ha quedado patente en la oferta de otras muchas variedades. Junto las clásicas patatas fritas, las cortezas de trigo o los aritos de cebolla, se encuentran las patatas light, «muy demandadas para los niños por tener muy poca sal», el cocktail, los torreznos, las palomitas clásicas o con caramelo hechas en la palomitera que tienen en el local, las pajitas, los gusanitos y los raritos (masa con harina de maíz envuelta en queso).
Los frutos secos tienen también una gran presencia en 'La abuela artesana' en sus formas más apetitosas. Podemos encontrarlos de forma aislada en bolsitas individuales (almendras o pipas saladas) o como mix de frutos secos. También en garrapiñados, de pipas, almendras o maní (este último con sésamo) o cubiertos de chocolate negro o blanco.
Visto lo visto, no es de extrañar que la abuela Conchi esté de lo más feliz con este homenaje y el éxito del negocio entre la clientela. No merecía menos.
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