7.000 kilómetros para no dejar solo a Breogán
Los aficionados gallegos no faltan a la Copa y ponen a prueba otra vez esta temporada el cuentakilómetros en su viaje hasta Granada
Ángel Mengíbar
Jueves, 17 de febrero 2022, 20:00
Son las seis de la mañana y la noche aún inunda cada rincón de la pequeña Lugo. Mientras unos duermen, las cremalleras de centenares de ... maletas se cierran por última vez. En su interior podrán faltar muchas cosas, pero nunca la camiseta celeste del Breogán.
Esta es la rutina de los aficionados del club gallego cada fin de semana que el Pazo dos Deportes queda vacío. El público lucense se echa a la carretera para seguir alentando al Breogán en cada uno de sus desplazamientos. Solo esta temporada, los aficionados de la Peña Breogán han realizado cerca de 7.000 kilómetros, pues en ninguna salida los jugadores han estado solos. Adri, Joel, Eva y los demás son algunos de ellos, y la Copa del Rey en Granada no iba a ser la excepción.
«Hemos hecho más de 930 kilómetros desde Lugo para llegar hoy a Granada. Hemos llegado sobre las cinco de la tarde, más de diez horas después. Todo sea por animar al Breogán», narra Joel, que ha conducido junto a Dani el coche de su amigo Roca, también en Granada. «Eva no ha parado de dormir», ríe el propietario.
Estos peñistas del Breogán han quemado el cuentakilómetros en una odisea desde su ciudad, pero no son los únicos. Sentados en una terraza granadina con una merecida cerveza en la mesa, al rato se incorporan Adri, María y Noe. Salieron de medianoche hasta Madrid para coger allí el segundo autobús del viaje para recalar en Granada a tiempo para el partido de cuartos ante todo un Real Madrid.
«No va a ser fácil, pero ya que estamos en Granada, a la que volvemos algunos tras el ascenso del año pasado, la Copa nos la tendremos que llevar, ¿no?», espeta Adri a los suyos con sorna. «La verdad es que estamos haciendo una temporada de ensueño. Recién ascendidos, clasificados en Copa... parece de película», responde Dani. Todos superan la veintena y, por tanto, algunas obligaciones les acompañan hasta el Zaidín, pero no serán un lastre.
Compromisos ineludibles
«Tengo un examen telemático de la facultad a la hora del partido, así que me va a tocar hacerlo en el Palacio. Espero que haya buena conexión a internet, aunque una asignatura se recupera fácilmente. Una Copa pasa una vez en la vida», expresa Eva dejando claras las preferencias. Los breoganistas, identificados de manera sencilla por la bandera que decora la mesa, tienen clara su misión. Entre sorbo y sorbo, sus palmas y cánticos son la banda sonora del barrio junto con los de otros aficionados, como los del Joventut, que tampoco se pierden la cita. La fiesta es total.
«Si perdemos, nada de darse la vuelta. Aquí seguiremos hasta el lunes. Tenemos ganas de pasarlo bien», revela Noe, mientras que María le da un codazo para recordarle que la que tiene examen el lunes es ella. Con más de 930 kilómetros por delante, que los perdone la Universidad de Lugo. Ya podrían haberles dado libre, que la Copa no se puede recuperar. Eterna juventud. Bendita pasión.
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