Descampados, el 'plan b' del aparcamiento

Con independencia de recovecos y truquillos aprendidos, la manzana del depósito de la Policía Local, en el Camino de Purchil, se ha convertido en uno de los principales párquines alternativos. Alternativo... y con baches transformados en auténticas cárcavas a fuerza de neumáticos hoyando el terreno. Una prueba de fuego para los amortiguadores. Caben unos seiscientos turismos y lo normal es que, a eso de las once, ya cuelgue el cartel de completo. Es una de las primeras soluciones para los asiduos a estos circuitos paralelos. Desde ahí hasta Puerta Real, por ejemplo, hay un kilómetro y medio de distancia. Algo más de veinte minutos sin necesidad de andar con demasiadas prisas. Un paseo agradable. Se trata también de la única escapatoria por estos pagos tras el 'sellado' de parcelas colindantes a las salidas de Méndez Núñez y Recogidas que también fueron, años atrás, enormes aparcamientos. Algunos de ellos, incluso, asfaltados.

Campus de la Salud

Fotografías similares se pueden ver en el Parque Tecnológico de la Salud, donde trabajan o estudian unas siete mil personas, a las que hay que sumar desde hace unos meses todos los pacientes y familiares que acuden al nuevo hospital. A las once de la mañana, igualmente, todas las explanadas están repletas. Cientos de coches en medio de eriales a los que se accede por aceras rebajadas. Se da la circunstancia de que el centro hospitalario cuenta con 1.800 plazas de parking y un porcentaje importante de ellas no se cubre, según confirman desde la propia empresa concesionaria. El coste es 0,028 euros por minuto -a partir de ocho horas ya rige una tarifa plana-, aunque existen bonos para colectivos como enfermos crónicos, oncológicos y hospitalizados de larga duración a los que se aplica un saldo recargable desde cinco euros que permite que la estancia de veinticuatro horas tenga un coste máximo de 2,5 euros.

Éste es, en definitiva, el quid de la cuestión: rascarse o no rascarse el bolsillo. Aquí, en el PTS, o en cualquier otro punto de Granada, que cuenta con 23 aparcamientos públicos y 34 privados distribuidos por todo el casco urbano. Los primeros disponen de 6.308 estacionamientos en rotación. En el caso de los segundos resulta más complicado aportar cifras exactas al haber un cupo variable para alternancia, aunque la mayoría tienen una ocupación constante a cargo de propietarios y arrendadores -en el centro la mensualidad oscila entre los setenta y los cien euros-. Los más grandes son los vinculados a las grandes superficies comerciales.

Primera opción

En cualquier caso, la primera opción para la mayoría de conductores es el aparcamiento superficial. No es fácil. La presión sobre la zona blanca es enorme. También sobre las 2.427 plazas de ORA (azul, roja y verde), mientras que las 8.224 de carga y descarga, básicas para reparto de mercancía y aprovisionamiento de tiendas y establecimientos hosteleros, sólo están disponibles fuera del horario restringido. Tampoco tardan en llenarse. Hacerlo antes supone arriesgarse a una multa de doscientos euros, una sanción similar a la de aparcar en doble fila. Las 790 plazas para discapacitados son de uso exclusivo de quienes disponen de autorización por parte del Ayuntamiento de Granada.

Según la estadística de la aplicación Wazypark, que advierte sobre estacionamientos libres en la vía pública y que cuenta con 7.500 usuarios en Granada, la calle con más dificultades para hallar el ansiado hueco es Pedro Antonio de Alarcón, muy cerca del eje comercial formado por Recogidas, Reyes Católicos y Puerta Real. La situación se complicó mucho hace unos años a raíz de las obras del metropolitano.

En este punto conviene recordar que existe un proyecto, ahora paralizado, para el aprovechamiento de un espacio diáfano entre las estaciones de Méndez Núñez y Recogidas como parking para residentes (440 plazas). Esta estructura está delimitada por dos forjados o losas intermedias que dividen los diferentes niveles del túnel.