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Javier Díaz y Eduardo Ros sostienen el premio recibido y uno de sus dispositivos.
Tecnología granadina al servicio del CERN

Tecnología granadina al servicio del CERN

Una 'spin-off' de la UGR facilita la sincronización del tiempo a 60 aceleradores de partículas

Javier Morales

Martes, 24 de enero 2017, 01:25

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Tres compradores de bolsa pugnan por las acciones de una empresa española desde rincones distintos y distantes del globo. Aprietan el botón a la vez: ¿quién se hace con el lote? En este y otros muchos supuestos, una billonésima de segundo puede traducirse en la pérdida o ganancia de montantes de infarto. Con este ejemplo hacen ver Eduardo Ros y Javier Díaz, responsables de Seven Solutions, la relevancia de la línea de trabajo principal de esta empresa granadina. La sincronización del tiempo con márgenes de error ínfimos es esencial para determinados sectores.

Hace unas semanas, esta 'spin-off' de la Universidad de Granada (UGR), ubicada en el CETIC, obtuvo un galardón al mejor discurso de emprendedores en el marco de la 'SME Instrument Innovators Summit'. En este prestigioso evento celebrado en Bruselas participaron más de 300 empresas.

Tanto Eduardo como Javier son profesores de la UGR. Hace ya una década se lanzaron a la creación de una empresa dedicada a sistemas electrónicos. En 2006 abrazaron a la industria de la ciencia y emprendieron camino en el ámbito de la sincronización temporal. Entre sus logros desde entonces cabe destacar la participación de esta compañía granadina en los experimentos que se llevan a cabo en el Gran Colisionador de Hadrones instalado en el CERN, en la frontera entre Francia y Suiza.

En 2011, la comunidad científica celebró -con mucha cautela- un descubrimiento de calado: una partícula de tamaño inferior al átomo se movió más rápido que la luz. En el túnel de 57 kilómetros, los neutrinos viajaron a una velocidad hasta entonces impensable. Pero todo se debió a un error de cálculo. Y aquí es donde entró en juego Seven Solutions.

«En un acelerador de partículas como ese hay que monitorizar todo el producto, que es un haz de partículas: su tamaño, la intensidad, la energía, desvíos en la trayectoria... Y eso requiere una medición muy compleja con aparatos precisos», explican. Entre los aparatos que se incluyeron para mejorar la precisión en los experimentos que desmontaron el primer estuvo el sistema de Seven Solutions. Su compleja función se puede resumir así. El 'hardware' de esta empresa transmite por fibra óptica unas señales que permiten sincronizar relojes. Así, se puede saber casi con total exactitud la hora a la que una partícula sale despedida y a la que completa su recorrido. O el momento justo en el que un comprador 'pulsa el botón' para hacerse con determinadas acciones.

Entre las ventajas que distinguen a esta idea de otras similares está el canal de comunicación que utiliza. Se sirve de las redes de fibra óptica convencionales. Las que, por ejemplo, nos permiten acceder a Internet desde casa.

Esta y otras tecnologías asociadas aspiran a eliminar la «impensable dependencia» de los satélites, elementos vulnerables a tormentas solares y ataques terroristas que podrían dejar incomunicado a todo el planeta. «Distribuir el tiempo con fibra óptica es una alternativa. Si perdiéramos las señales satélite volveríamos en meses a la humanidad de siglos atrás»

En Seven Solutions trabajan 23 personas, la mayoría con edades cercanas a los 30 años y egresados de la UGR. «Estamos retornando talento, eso le da mucho valor a la empresa, porque la gente que ya ha trabajado fuera llega con otra visión». En su sede se encargan de diseñar los productos que luego fabrican en otras ciudades. «La aspiración de nuestra empresa es global. El mercado es internacional, ya que un 60% aproximadamente lo exportamos fuera de España».

En la cartera de clientes de Seven Solutions hay alrededor de 60 aceleradores de partículas. Entre ellos, el Ifmif, una instalación científica de alcance internacional cuyo eje de trabajo se sitúa en Japón. Granada aspira como candidata española a albergar uno de los tramos de ese proyecto. En el acelerador del Ifmif-Dones, como se conoce a esta fase, se estudiarían los materiales más adecuados para la construcción de los reactores de fusión.

Fruto de su experiencia, aseguran que la llegada de esta infraestructura sería «importante». «El valor que tienen los aceleradores para las ciudades, a nivel de empleo de calidad, recuperación y captación de talento, supone un efecto disruptivo».

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