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Los trabajadores del Meliá festejan la recuperación del vado.
Los trabajadores del Meliá celebran la recuperación del vado

Los trabajadores del Meliá celebran la recuperación del vado

El anterior equipo de gobierno suprimió hace más de cinco años la autorización para la subida y bajada de pasajeros y equipajes

R. I.

Domingo, 2 de octubre 2016, 00:13

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Los trabajadores del emblemático Hotel Meliá Granada, que está ubicado en la céntrica calle Ganivet, han recibido con alborozo la recuperación del vado que autoriza la subida y bajada de pasajeros y equipajes en la puerta del establecimiento. Han tenido que pasar más de cinco años y producirse un relevo en el gobierno de la ciudad para que el Ganivet, inaugurado en 1957, volviese a contar con una señal que, según han mantenido siempre los trabajadores, es básica para que el negocio no se resienta.

Fue el anterior equipo municipal, el que dirigía el exalcalde José Torres Hurtado, el que suprimió el vado, una decisión que ahora ha revocado la corporación que preside Paco Cuenca.

Fuentes de los trabajadores, que celebraron en la calle la buena nueva, dijeron que los más de cinco años sin vado han supuesto una «pesadilla» para ellos.

La solución adoptada por el actual gobierno municipal ha consistido en retirar cinco maceteros para dejar espacio disponible para la carga y descarga de pasajeros y equipajes.

En este sentido, la plantilla expresó su agradecimiento al alcalde, Paco Cuenca a los concejales y a los funcionarios del Ayuntamiento, a los que describieron como los «verdaderos protagonistas de esta muy buena noticia para el establecimiento y en general para el turismo de Granada», declararon a IDEAL, entre muestras de indisimulada alegría.

Fue en diciembre de 2010, cuando el equipo de Torres Hurtado anuló el vado. De inmediato, el comité de empresa del hotel hizo público su temor a que ese acuerdo perjudicase la viabilidad del Meliá y, en consecuencia, comprometiera el futuro de los puestos de trabajo.

Sin embargo, el Ayuntamiento no rectificó y dio una solución que nunca convenció a la plantilla del Meliá: los pasajeros se bajaban de los autocares en la plaza de Mariana Pineda y luego debían caminar con sus equipajes hasta las puertas del establecimiento.

La resolución del Ayuntamiento coincidió con la remodelación integral de la calle Ganivet, unas obras que implicaron la transformación en una vía de aspecto prácticamente peatonal, pero sin serlo.

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