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Las asignaturas pendientes de Paco Cuenca tras 100 días como alcalde

Paco Cuenca puso fin el 5 de mayo a 13 años de gobierno popular en la plaza del Carmen. Tres meses después, ha acercado posturas y retomado el diálogo en algunos frentes pero los grandes proyectos siguen sin resolverse del todo

carolina rodríguez

Lunes, 15 de agosto 2016, 00:08

Paco Cuenca llegó al Ayuntamiento de Granada con la firme intención de «abrir ventanas y levantar alfombras». Fue el compromiso que adquirió el 5 de mayo en el pleno de investidura, cuando el PSOE recuperó la Alcaldía de la ciudad tras 13 años de José Torres Hurtado. Paco Cuenca alcanza los 100 días que se conceden de margen a todos los gobernantes antes de someterle a examen. Ni tregua ni excusas.

Han pasado tres meses en los que Cuenca ha querido imprimir otro aire a la plaza del Carmen. Lo dejó de manifiesto cuando, el mismo 5 de mayo por la tarde, se colocó detrás de una pancarta de la Marea Amarilla. Quiere que las palabras «consenso, diálogo, transparencia y perseverancia» sean la nueva banda sonora que rija al equipo de gobierno. Aunque en tan sólo cien días ya se han producido algunas notas desafinadas.

El nuevo alcalde socialista llegó al Ayuntamiento tras la sacudida de la Operación Nazarí, que provocó la dimisión del anterior regidor, José Torres Hurtado, la concejala de Urbanismo, Isabel Nieto y, de rebote, la del primer teniente alcalde y presidente del Partido Popular, Sebastián Pérez. Se alzó con el bastón de mando gracias a los votos de los concejales de su partido, los cuatro de Ciudadanos, los tres de Vamos, Granada y el de Izquierda Unida. Dieciséis votos de 27 que le dieron un gobierno en minoría para liderar un Ayuntamiento que tenía bloqueados los proyectos de mayor envergadura como la llegada del AVE o el traslado del legado al Centro Lorca; perseguido por la alargada sombra de la corrupción urbanística y con una situación económica más que precaria.

El nuevo alcalde socialista ha intentado marcar distancias con el anterior equipo de gobierno: en el fondo y, visiblemente, en las formas. Si su predecesor mantenía con Fomento un diálogo roto sobre la llegada del AVE, Cuenca descolgó el teléfono y logró una cita con el gabinete de la ministra. Las conversaciones tampoco se han traducido en ningún avance y el alcalde ha pasado a la fase de la movilización.

También quiso poner blanco sobre negro en materia económica, sobre todo, en la gestión. Recortó parcelas que, si bien no son abultadas, sí resultan simbólicas; por ejemplo, el parque móvil municipal. Cuenca propuso al resto de los partidos «racionalizar» el uso de los coches oficiales. Desde el primer momento, el alcalde renunció al suyo, justo al contrario que Torres Hurtado, que disponía de un vehículo y dos chóferes para él. El resto de la corporación monta en los 10 vehículos oficiales cuando es necesario y no por norma.

Y por último, si el Urbanismo estaba en duda, Cuenca se apresuró en poner en marcha una auditoría que se extendió al área de Economía para esclarecer todos los expedientes que puedan estar bajo sospecha.

En sus primeras semanas de trabajo también mostró su impronta más social llevando a la práctica el lema «Granada, ciudad libre de desahucios» y anunciando que la Policía Local no intervendría en ellos. Además, paralizó el desalojo de los 11.000 nichos que tenía previstos el equipo de gobierno anterior.

La soledad de la minoría

Pero los gestos y las fotos no siempre le han funcionado. Aunque persiste machaconamente en el diálogo, consenso y acuerdo, los resultados de todas esas negociaciones abiertas están aún por llegar. Y, además, está por ver cómo administra su minoría en el pleno.

Desde que los concejales socialistas se estrenaron en el gobierno, el Ayuntamiento de Granada ha celebrado tres sesiones (el 30 de mayo, el 24 de junio y el 29 de julio) y es ahí donde han podido comprobar que gobernar se puede poner muy cuesta arriba. Ya en el primer pleno, la abstención del PP, Vamos, Granada e IU dejó sólo al PSOE con su propuesta de organización de directores y coordinadores de área municipales. Primer revés.

La embestida se hace más evidente cuando el Partido Popular y Ciudadanos se dan la mano. Juntos suman 15 votos y su mayoría se hizo efectiva en uno de los asuntos más espinosos con los que se ha topado en equipo de Cuenca: el nombramiento del nuevo jefe de la Policía Local de Granada, José Antonio Moreno.

La designación por decreto de alcaldía del intendente vinculado a unos supuestos insultos machistas a quien fue su jefa con el anterior equipo de gobierno, María Francés, pusieron de nuevo al equipo de gobierno al límite. Aunque la moción conjunta presentada en el pleno no tenía efecto real, fue el ejemplo perfecto de que la pinza PPy Cs pueda marcar el ritmo en algunos momentos.

Pero no es necesario acudir a un asunto controvertido para ver que los partidos no se ponen de acuerdo fácilmente. Para algo aparentemente positivo, como que Granada sea candidata a la Agencia del Medicamento tras su salida de Londres por el Brexit, tampoco hubo consenso y la declaración institucional preparada para aprobarse en el pasado pleno no salió adelante por discrepancias con el texto. Pequeños detalles que se traducen en el retraso para la tramitación de una candidatura a la que Granada no es la única aspirante y compite con ciudades como Málaga, Alicante o Barcelona la elegida por el Gobierno central.

No obstante, quizás, lo importante en la línea del tiempo que lleva Cuenca en el Ayuntamiento no sean los primeros cien días sino todo lo que le queda por hacer. A partir de septiembre llegará el verdadero examen para el equipo de gobierno, donde además del propio Cuenca, han adquirido influencia y protagonismo Baldomero Oliver, Ana Muñoz, Miguel Fernández Madrid y Raquel Ruz.

El gobierno municipal tendrá que abordar la elaboración de un difícil presupuesto para el 2017; afrontar el cierre del botellódromo y buscar alternativas convincentes a la oleada de universitarios que está por llegar. La movilidad también está pendiente y la reorganización del transporte será una prueba de fuego para la edil del área, Raquel Ruz, y para el modelo de transporte que el equipo socialista tiene en la cabeza; al igual, que la ordenación de vía pública también está a la espera para el otoño.

La lista de tareas pendientes que tiene Cuenca es larga y la necesidad de acuerdo entre los grupos, imprescindible. Los cien días con vacaciones incluidas y una puesta al día en todas las áreas por parte de los nuevos corporativos en realidad han sido sólo un precalentamiento para el invierno de alto voltaje que le espera al alcalde y todo su equipo.

Primeros compromisos

LAC

La remodelación del sistema de transporte público de autobuses urbanos de la ciudad era uno de los primeros objetivos de Cuenca. Criticado desde la oposición, una vez al mando, el área de Movilidad gestionada por Raquel Ruz ya se encuentra manos a la obra para introducir las modificaciones necesarias que devuelvan al transporte los viajeros y la solvencia económica que, según el PSOE, se esfumaron con la LAC. Nunca hablaron directamente de erradicarla pero ya han adelantado un sistema de autobuses lanzaderas exprés que eviten uno de los puntos negros que tiene ahora la movilidad: los transbordos. Además de mejorar la movilidad otra de las cuestiones básicas es reducir el gasto y la deuda municipal con la empresa adjudicataria del transporte público, que a 30 de abril de 2015 ascendía a 15,3 millones de euros.

Botellódromo

Su cierre se empezó a gestar antes de que Paco Cuenca llegara a la Alcaldía, pero será él quien materialice su defunción definitiva. El botellódromo dejará de funcionar el próximo 1 de septiembre y desde ese día en Granada ya no habrá ningún espacio habilitado para beber alcohol. Una vez que se ha acordado que el recinto no puede tener más vida, el Ayuntamiento ha creado una comisión de trabajo formada por diferentes grupos políticos además de asociaciones culturales y juveniles y otras instituciones como la Universidad de Granada para elaborar una propuesta de ocio alternativa a toda la población joven y universitaria que legará Granada a partir de octubre. A final de este mes hay previstas tres comisiones especificas para empezar a elaborar el boceto de propuestas que tiene que estar listo para octubre.

La Vega

Uno de los primeros encuentros que tuvo Cuenca tras ser nombrado alcalde fue con la delegada del gobierno de la Junta, Sandra García. Con ella fue donde expuso una de sus líneas de trabajo: la Vega. El alcalde quiere elaborar estrategias de protección de toda la zona verde de Granada y para ello pretende contar con todas las instituciones necesarias. No en vano, el Ayuntamiento es uno de los firmantes del llamado Pacto por la Vega, un documento que supone el compromiso de recuperar el pulmón verde de Granada con medidas prácticas que fomenten el empleo agrícola y productor, entre otras cosas.

Rescatar el IMFE

Una de medidas populares con las que socialistas más se enfrentaron fue con la desaparición del Instituto Municipal de Formación y Empleo (IMFE). El PSOE en su programa ya propuso rescatarlo y convertirlo en una herramienta válida para los granadinos desempleados. Asimismo, buscan impulsar el pacto local por el empleo para coordinar políticas entre los diferentes agentes sociales y convertir al Ayuntamiento en mediador para el uso, por ejemplo, de locales vacíos en los que los emprendedores puedan iniciar nuevos proyectos y colaborar a promover la economía granadina.

Asignaturas pendientes

AVE

Cuenca entró con buen pie en el terreno de las infraestructuras y lo que no había conseguido Torres Hurtado en los últimos años, lo logró él a las pocas semanas de llegar a la Alcaldía: una reunión en el Ministerio de Fomento, en Madrid. Finalmente, el encuentro se celebró el 21 de junio en Granada tras varias cancelaciones con el secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez-Pomar, y se cerró con un ultimátum de 20 días para que Fomento solventara el problema económico en Loja y el proyecto avanzara. El ultimátum pasó, la Mesa del Ferrocarril se trasladó a la obra paralizada, la Marea Amarilla sigue protestando y en Granada, por ahora, no se sabe cuándo llegará el AVE ni el resto de los trenes.

Presupuesto

Uno de los huesos más duros que tiene el equipo de gobierno es arreglar el desbarajuste de las arcas municipales con un presupuesto «equilibrado, coherente y que de solvencia» al Ayuntamiento. Llegar a un acuerdo para cuadrar las cuentas será complicado porque los responsables de la contabilidad municipal, tanto el anterior concejal, el popular, Francisco Ledesma, como el actual, Baldomero Oliver, coinciden en poco cuando analizan la economía municipal. Granada arrastra una deuda hipotecaria de 300 millones de euros y una deuda con proveedores que llega a los 80 millones. A todo esto, a la plaza del Carmen han llegado sentencias desfavorables que a las que tienen que hacer frente económicamente sí o sí y que dejan aún más tiritando la economía municipal. Hasta la fecha, el área de Economía se está encargando de «sanear y depurar» en el papel todos los números más rojos que verdes que hay en el Ayuntamiento para poder presentar un boceto económico en los próximos meses.

Legado Lorca

Fue otro de los golpes de efecto del equipo de gobierno nada más llegar. El 18 de mayo, el encuentro entre Paco Cuenca y Laura García Lorca daba algo de luz al traslado del legado del poeta desde la Residencia de Estudiantes madrileña al Centro Federico García Lorca de la plaza de la Romanilla. Los problemas económicos que afectan a la Fundación Lorca están retrasando un traslado muy esperado. El último paso al respecto se negoció en julio entre La Caixa y la Fundación y pretende llegar a un acuerdo de patrocinio con la entidad que puede suponer un avance en el proyecto y que lleguen los esperados documentos. Aunque por ahora, no se ha cerrado nada definitivamente.

Albaicín

Despejar todo atisbo de duda sobre el Urbanismo y dar un especial impulso al Plan Albaicín es otro de los retos pendientes del equipo de gobierno. Entre sus primeras medidas dedicadas al barrio estuvo el recuperar la Casa Ágreda para el Ayuntamiento asunto que ahora está en manos de los juzgados y llevar a efecto la instalación de cámaras de seguridad, algo que se prometió para julio y que se ha retrasado por la falta de fondos. El estudio del Plan Pepri Albaicín también está sobre la mesa a la espera de debate. Lo que sí se ha puesto en marcha ha sido la auditoría urbanística.

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