Un granadino "orgulloso" de contribuir al desarrollo de Omán

Juan va camino de cumplir 28 meses en este país de la Península arábiga debido a la diferentes necesidades laborales que se han ido planteando. "La duración del primer proyecto por el que vine era de 8 meses, pero luego se extendió 4 meses. Después, medio año y finalmente otro más". Y es que la vida de nuestro paisano se ha caracterizado por su espíritu nómada desde que empezó a estudiar en la UGR. Realizó un intercambio de un año en la Universidad de Ottawa (Canadá) y después de acabar la carrera completó un Máster en Transporte en el Imperial College de Londres. Gracias a sus diversas estancias en Reino Unido e Irlanda pudo aprender con fluidez el inglés, que ahora le es indispensable para el día a día. El árabe es otro cantar. "Voy manejándolo poco a poco", confiesa.

El ingeniero cuenta que su trabajo en Omán consiste en realizar diferentes estudios de consultoría, planificación estatégica y viabilidad de nuevas infraestructuras para desarrollar la red de transporte público en Mascate y en el resto del país. Tal y como reconoce, "es un proyecto muy importante para la evolución social y económica del país y es un orgullo poder ser partícipe en ello". Añade que le parecía "un reto interesante a nivel personal y una buena oportunidad profesional" aunque advierte que ya le queda poco allí: "En principio vuelvo a España para junio de 2016".

Explorando el territorio

Mientras que se apuran los plazos para su despedida, Juan disfruta de un territorio desconocido para la gran mayoría: "Omán es un país casi sin explorar y con una naturaleza espectacular". En este sentido, disfruta como un niño de su privilegiada naturaleza: "Tiene kilómetros y kilómetros de playas sin urbanizar, prácticamente vírgenes, así que mis hobbies aquí son acampar en la playa, con una barbacoa y música y pasar el fin de semana así. También conduzco por las montañas y el desierto y me baño en sus ríos".

A este respecto, el granadino precisa que, para él, "Omán es un país fascinante de Oriente Medio, muy distinto a sus vecinos Arabia Saudí, Qatar o Emiratos Árabes Unidos". Destaca que la población local "te hace sentir como en casa", por lo que su experiencia profesional y personal está siendo "magnífica".

El hecho de que esté gozando de lo lindo su aventura asiática no implica que Juan se olvide de sus amigos, su familia y su tierra y por eso señala que "la vida urbana o de barrio de Granada" es lo que más echa de menos. Añora "poder caminar por las calles, dar un paseo, ir a tomar un café o una caña con los amigos". Y nos avisa de que "el hecho de poder pasear por una ciudad y disfrutar de ella (sus plazas, miradores, fuentes) es algo que normalmente no valoramos, pero que es muy importante en la calidad de vida de una persona".

El consultor matiza en este punto que "Oriente Medio es una zona donde ese entorno agradable para pasear y vivir no existe", y lo justifica así: "Por un lado no es posible debido al clima, que durante 6 meses es de temperaturas y humedad muy altas. Por otro", agrega, "porque las ciudades no están hechas para pasear y disfrutar de ellas, sino únicamente para desplazarte en coche de casa a la oficina, al supermercado o al centro comercial".

Juan asegura que en el largo plazo le gustaría volver a Granada para "poder contribuir a su crecimiento con lo aprendido durante estos años". Hasta entonces, sin embargo, prefiere seguir acumulando experiencias internacionales por todo lo que está asimilando de ellas. "Aprendes a relacionarte con diferentes tipos de personas en distintas culturas, puedes viajar y conocer lugares a los que nunca te habrías planteado ir, descubres nuevas gastronomía... En definitiva", concluye, "tienes la oportunidad de hacer una inmersión cultural en todos los sentidos que acaba siendo muy enriquecedora".

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