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Página de la dedicatoria del manuscrito original de ‘Poeta en Nueva York’, realizado cuando el poeta estudió en esa ciudad americana, entre 1929 y 1930.
El incalculable legado de Lorca

El incalculable legado de Lorca

Lo que custodia la familia son más de 11.000 documentos escritos y dibujos, valorados como mínimo en 20 millones de euros, a los que hay que sumar cuadros de Dalí, De la Serna o de Palencia

Ángeles Peñalver

Lunes, 18 de enero 2016, 02:07

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Los folios, las cuartillas, las notas -algunas en papel endeble- donde Federico García Lorca plasmó por escrito- hace más de 80 años- palabras convertidas con el tiempo en un universo literario se custodian en el Centro de Documentación de la Fundación Residencia de Estudiantes, en Madrid. El legado pertenece a la Fundación Federico García Lorca, una entidad privada sin ánimo de lucro, vinculada a los herederos del poeta y presidida por su sobrina Laura. Hasta la totémica biblioteca, los archivos y los despachos donde se gestiona esa herencia cultural llegan cada año investigadores para acceder -excepcionalmente- a los originales o -lo más común- a las copias de los manuscritos del autor de 'Poeta en Nueva York'. La mayoría de las visitas trabajan con réplicas exactas de los textos auténticos, que además están digitalizados y expuestos al público en la web de la entidad. «Todo el archivo original se guarda y protege en la cámara acorazada del edificio», narra Laura García Lorca.

Andrés Soria, catedrático de Literatura de la Universidad de Granada, autor de libros sobre el poeta asesinado en el 36 y marido de Laura García Lorca, describe esos archivos como «la fabricación del mundo imaginario de Lorca». El experto ha accedido a ellos en incontables ocasiones y se siente sobrecogido por la humildad del material, «por ese papelillo donde está escrito por primera vez un poema que luego acabará traducido a todos los idiomas del planeta».

El profesor explica que los impresos, las fotografías y los dibujos «en su conjunto tienen un gran valor». Y ese exquisito material, si las negociaciones entre la familia y las administraciones públicas siguen por buen camino, vendrá a Granada, a llenar los archivos y la cámara acorazada del Centro Lorca, levantado para tal fin en la plaza de la Romanilla con un presupuesto que ronda los 25 millones. La relevancia cultural de los esperados documentos está a la par de su peso económico.

Según Laura García Lorca, cuatro expertos de Christie's - la casa de subastas más famosa del mundo, organizadora durante los últimos cuatro siglos de las pujas más importantes del arte- acudieron en 2007 a Madrid para valorar el legado de su tío. «Los manuscritos, dibujos, correspondencia y las obras de otros autores, firmadas o dedicadas a mi tío, o con anotaciones suyas, fueron valoradas entonces por 20 millones de euros. Eso se ha revalorizado», apostilla la heredera.

Pinacoteca

Fuera de la valoración de Christie's quedan cuadros de autores como Dalí, gran amigo de Lorca. «Algunos de los Dalís que había fueron vendidos para crear la Fundación Federico García Lorca y se exhiben ahora en el Museo Reina Sofía de Madrid. Otros, siguen formando parte del legado. Y obviamente, todo está asegurado», explica Laura García Lorca, quien recuerda que una primera edición del libro 'Impresiones y paisajes' -escrito por el granadino con 20 años- se subastó hace pocos años en Londres por alrededor de 10.000 euros, aunque desconoce quién la adquirió y quién la vendió.

En una polémica subasta en 2003, la familia del poeta pujó y compró el manuscrito original de la primera edición de 'Poeta en Nueva York' por 194.000 euros, algo más de 32 millones de pesetas. Y textos de ese calado hay muchos en los cajones de los herederos.

Recientemente -en declaraciones del concejal de IU de Granada, Francisco Puentedura- se supo que parte del legado permanece actualmente como aval de un préstamo de cuatro millones de euros -y pendiente de pagar- que la Fundación Lorca debe a La Caixa y que fue pedido para construir el edificio de la Romanilla. «Eso no lo puedo confirmar ahora», zanja Laura García Lorca.

Pero... ¿en qué consiste detalladamente el legado de Lorca? Según el Boletín Oficial del Estado 179, del 27 de julio de 2007, donde se recoge el convenio inicial entre las administraciones públicas, la Fundación Federico García Lorca y la Residencia de Estudiantes para la creación y puesta en marcha del consorcio que ha creado el edificio de la Romanilla, esos fondos, en una enumeración somera, comprenden:

46 dibujos originales del poeta.

2.343 cuartillas manuscritas con prosa, teatro y poesía.

La correspondencia de Federico García Lorca, con un total de 176 cartas dirigidas a su familia y amigos y más de 2.000 páginas de cartas a él dirigidas.

La biblioteca personal de Federico García Lorca, con una importante colección de revistas literarias de la época, unos 125 libros dedicados al poeta por sus autores, un fondo de 4.624 libros catalogados y más de 500 -entonces, en 2007- por catalogar.

Un importante archivo fotográfico con más de 900 fotografías ya catalogadas.

Material musical, que incluye partituras autógrafas de García Lorca y otras más de 300 coleccionadas por él; una colección compuesta por miles de recortes de prensa española y extranjera que se han recogido y catalogado de manera sistemática desde 1986.

En total, todo lo anterior suma 11.014 elementos documentales.

Además de eso, hay obras de arte propiedad del poeta que firman artistas como Salvador Dalí, Ramón Gaya, Ismael de la Serna, Rafael Barradas, Manuel Ángeles Ortiz, José Caballero, Benjamín Palencia, etc.

Se encuentran también disponibles ejemplares de todas las ediciones de las obras de García Lorca en castellano y en traducciones a todos los idiomas; igualmente, hay una importante colección de libros y artículos críticos sobre la vida y obra del poeta.

Desde 1987

Con todo ese material, la Fundación Federico García Lorca, con sede en Madrid desde su creación en 1987, ha promovido el estudio y la difusión de la obra del poeta, y de aquellas manifestaciones artísticas y culturales relacionadas con él. Para ello, la Fundación atiende a investigadores, organiza cursos y seminarios, realiza exposiciones, conciertos, actividades para niños y edita la revista 'FGL'.

«Por reproducir los originales se paga una tarifa y la negociación la lleva un agente de la Fundación», asegura una fuente que ha consultado los textos, pero que prefiere mantenerse en el anonimato.

Al margen de las cuestiones económicas, para Andrés Soria lo más emocionante del conjunto documental es el manuscrito Bergamín, escrito por Lorca entre Nueva York y Cuba. Lo integran poemas que son la base de 'Poeta en Nueva York'. En 1936, Federico puso en orden esas creaciones y un día de julio de ese mismo año fue al despacho de su editor, José Bergamín, y no lo encontró, por lo que le dejó una nota manuscrita junto al material: «Querido Pepe. He estado a verte y creo que volveré mañana. Abrazos Federico». Lo que depositó el autor de 'yerma' en la oficina de Bergamín fue el original manuscrito, mecanografiado, ordenado por partes y estructurado de lo que acabaría siendo una obra maestra que cambiaría para siempre la literatura: 'Poeta en Nueva York'.

«Lorca partió a Granada después de visitar el despacho de su editor y de dejar aquella nota. Estalló la guerra y lo asesinaron en Granada. Aquella última nota sigue hoy ahí, integrando el legado», apostilla Soria, cuya pieza favorita -el manuscrito Bergamín- es aquella que compró la Fundación por 194.000 euros en 2003.

Juan de Loxa

Juan de Loxa, director durante 20 años de la casa natal del poeta, en Fuente Vaqueros, también ha visitado en numerosas ocasiones el archivo madrileño donde se custodia el legado. «Yo valoraría del él, la notita más pequeña metida en una edición o el recorte más pequeño de una reseña periodística», espeta el escritor y periodista, quien hasta 2006 llevó a cabo una entusiasta labor de difusión del universo lorquiano desde Fuente Vaqueros, donde recibió a investigadores de todo el mundo.

«Me llevé alegrías como incorporar al archivo de la casa natal la Conferencia del Cante Jondo manuscrita por Lorca. Luego quisimos editar un libro sobre ese texto e hice consultas en el archivo madrileño, que por cierto está todo digitalizado con dinero público. Era muy bello leer a través de las tachaduras del poeta cosas que no se había publicado», rememora el granadino.

Para Loxa, no habría que rasgarse las vestiduras si el legado nunca llegara a Granada, ya que está todo digitalizado y es un material de consulta que no puede dar demasiadas sorpresas. «Aunque lo deseable es que acabe en Granada, porque de camino que vienen los investigadores se pueden acercar a la casa de Fuente Vaqueros, a Valderrubio, a los lugares lorquianos, a la Huerta de San Vicente, a los bosques de la Alhambra para comprender mejor 'El Diván del Tamarit'... Granada está llena de versos de Lorca por la calle a pesar de los asesinatos urbanísticos», se despide de Loxa, quien insiste en que el Centro Lorca de la Romanilla, gestionado con ambición, sería un proyecto espléndido, con o sin el legado. «Pase lo que pase, se va quedar una copia exacta de todo en Madrid», se despide.

El escritor Luis García Montero cree «muy importante para la ciudad y para el poeta que el legado esté en Granada». «Es algo justo. Hay que hacer de Granada la capital de la literatura de Andalucía, como Málaga lo es de la pintura», espeta el autor, hermano del actual gerente en funciones del Lorca, Juan García Montero.

«Creo que son muy importantes los manuscritos, pero a mí me ha emocionado especialmente la biblioteca familiar del poeta. Al utilizarla, he encontrado sus libros habitados, páginas subrayadas, dibujos, fechas de compra, poemas escritos a mano y escondidos. Uno ve a Lorca de joven leyendo a Unamuno, Óscar Wilde, a Machado y a Juan Ramón... Y luego están los libros dedicados a sus amigos. Es una parte decisiva de la memoria de su vida y de su obra», valora el Premio Nacional de la Crítica en el año 2003.

Laura, la sobrina de Lorca, cierra la conversación diciendo: «De todo el legado, me emociona mucho la última página manuscrita de 'La Casa de Bernarda Alba'». Y recita: «'¡Silencio, silencio he dicho! Silencio'».

Se para y prosigue: «Fin. Telón. Julio de 1936»

«Me impresiona lo dramático», se despide la heredera.

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