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Fachada principal del edificio que albergará el hotel y que se encuentra cubierta por las obras en su interior.
Un hotel de lujo ocupará la parte inferior del polémico edificio de Isabel la Católica

Un hotel de lujo ocupará la parte inferior del polémico edificio de Isabel la Católica

Cultura ha exigido al nuevo propietario que mantenga la 'cortina de espejos' de la fachada al hallarse en un entorno BIC

Miguel Allende

Martes, 8 de diciembre 2015, 01:42

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Han pasado casi trece años desde que el Banco Santander vendiese la parte del inmueble de la plaza de Isabel la Católica que ocupó su sede central durante largo tiempo. Un edificio que arrastra una agria polémica ciudadana desde que fue levantado en los primeros años de la década de los 70 por su fachada de espejos, en la que se refleja el monumento del que toma nombre la citada plaza, y que causó un gran impacto por el contraste de modernidad que supuso frente a otras edificaciones.

Desde diciembre de 2002 y hasta hace pocas semanas, las tres primeras plantas del inmueble, la baja rasante que da acceso a la plaza así como a otras calles, y tres plantas de sótano, han estado cerradas a cal y canto sin que ninguno de los proyectos pensado para este espacio fructificase. Hoy, por el contrario, la actividad en el interior de ese espacio del inmueble es frenética. La empresa propietaria de ese recinto, la granadina Poyatos S.L., se ha embarcado en la construcción de un hotel de cuatro estrellas que ocupará una superficie total de 2.641 metros cuadrados, de los cuales 704 corresponden a las plantas de sótano y los 1.937 restantes a las plantas sobre rasante, según consta en la licencia otorgada por el Ayuntamiento de Granada en agosto.

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Este nuevo hotel que se incorporará a la planta de alojamiento de la capital a mediados del próximo año, contará con 29 habitaciones dobles y dos suites, con 62 plazas fijas y 12 convertibles. Será por tanto de pequeño tamaño pero con un equipamiento de auténtico lujo, acorde con el sitio excepcional que ocupará en el centro de la ciudad. Dispondrá en la planta baja de cafetería y restaurante, con acceso tanto a los clientes del establecimiento como a cualquier otro. Se pretende que sea un local de referencia en toda la ciudad.

Condicionantes

La puesta en marcha de este proyecto hotelero ha estado condicionada no solo por las características del inmueble de que se trata sino por la protección que tiene. Según ha podido conocer este periódico, la autorización de la Consejería de Cultura -que tiene fecha de 28 de julio pasado- ha obligado a la promotora a mantener la fachada acristalada del inmueble tal y como se encontraba desde que se levantó el mismo. La denominada 'cortina de espejos' no puede sufrir alteración alguna salvo para reponer los que estuviesen deteriorados. La razón por la que Cultura ha decidido mantener intacta la fachada obedece formalmente a que el edificio se encuentra en el entorno BIC del Palacio de Abrantes y no debe modificar sustancialmente el mismo.

Lo anterior hubiese ocurrido si el diseño arquitectónico planteara ventanas propias de cualquier establecimiento hotelero, puesto que con las luces interiores se rompería el 'efecto neutro' de la fachada de espejos. En definitiva, la imagen exterior del inmueble no va a cambiar en nada, salvo la inclusión de la rotulación exterior con el nombre del hotel -que no ha trascendido- pero que no debe ser sumamente agresiva por idénticas razones a las expuestas.

Uno de los handicaps de este nuevo establecimiento hotelero es que no dispondrá de parking, salvo que los gestores del hotel puedan conseguir algún acuerdo con la comunidad de vecinos del edificio y haya plazas disponibles o en rotación.

Discreción

La promotora del proyecto, la empresa Poyatos S.L., ha hecho de la discreción con el mismo su bandera. No solo no ha facilitado información sobre el monto total de la inversión para la ejecución del hotel, sino que su máximo responsable, Antonio Poyatos, ha declinado cualquier comentario al respecto. Lo cierto es que esta empresa ha abierto nuevas líneas de negocio en el sector hotelero. Es el segundo proyecto que acomete en el mismo tras la compra del hotel Rally del Camino de Ronda, su rehabilitación integral y su puesta en el mercado.

Poyatos S.L. era conocida hasta ahora por ser una potente compañía fabricante de maquinaria para la construcción de prefabricados de hormigón, especialista en soluciones integrales para la implantación de plantas de producción de bloques y otros prefabricados de hormigón. Sus instalaciones están ubicadas en el polígono industrial de Juncaril.

Pero no será Poyatos quien gestione el establecimiento. La empresa Urban Dream Hotels será la encargada de ello. Esta nueva cadena hotelera se ha estrenado en el mercado con un primer establecimiento en Granada, el citado hotel Rallye, que abrió sus puertas el pasado año tras una profunda renovación integral. La firma tiene sólidos planes para incorporar otros establecimientos, manteniendo negociaciones muy avanzadas en la Costa del Sol y Lanzarote.

De lo que no cabe duda es que la operación en Granada habrá supuesto una elevada inversión. Hay que recordar que el entonces Banco Santander Central Hispano (BSCH) formalizó la venta de la propiedad de la parte del inmueble que era suya en diciembre de 2002 por un importe, entonces, de 5,4 millones de euros. La firma adquiriente fue la empresa malagueña Marlomar.

Posiciones dispares

La puesta en marcha del nuevo hotel, la recuperación de la parte del edificio abandonada durante tantos años, enfrenta posiciones entre partidarios y detractores de su recuperación. Entre los primeros se encuentra el decano del Colegio de Arquitectos de Granada, Luis Alberto Martínez, quien opina que el proyecto presentado por Antonio Ángel Sotes -colegiado en Sevilla- «respeta escrupulosamente» las exigencias planteadas por Cultura. «Me parece totalmente acertado mantener la configuración del edificio, por no alterar la memoria visual de un inmueble que forma parte del ideario de la ciudad». A su juicio, se trata de «una operación limpia, aséptica», que no varía nada en el inmueble en lo que a su imagen exterior respecta.

Martínez destaca el valor arquitectónico del inmueble. Recuerda que es obra de Mariano Bayón, arquitecto que fue Premio Nacional y conservador del Congreso de los Diputados, entre otros referentes de su largo curriculum. «Es un trabajo muy importante, hecho por un arquitecto de primera fila como fue Bayón y que la ciudad lo ha asimilado como ha ocurrido en otras intervenciones que en su momento fueron también polémicas», asevera.

No opina lo mismo César Girón, presidente de la Asociación Granada Histórica. Aunque valora en principio de forma positiva la intervención en la parte inferior del inmueble de cara a revalorizar la propia plaza de Isabel la Católica, «dentro del respeto a la sensibilidad histórica y patrimonial del lugar», considera que el Ayuntamiento debería haber aprovechado esta circunstancia para exigir a los propietarios de las últimas plantas su adecentamiento, «porque además de su mal aspecto, están muy deterioradas».

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