Edición

Borrar
Un participante en una despedida de soltero, en Puerta Real.
Los partidos planean un frente común para frenar las despedidas de soltero en la capital

Los partidos planean un frente común para frenar las despedidas de soltero en la capital

El Ayuntamiento estudia modificar la ordenanza de la convivencia para controlar los desmanes que provocan y que dañan la imagen turística de la ciudad

CAROLINA RODRÍGUEZ

Lunes, 17 de agosto 2015, 00:33

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

No están dispuestos a que Granada se asocie a las despedidas de soltero o soltera y los diferentes partidos del Ayuntamiento de Granada ya se han puesto manos a la obra para frenar uno de los problemas que, últimamente, más daña la imagen de la ciudad. La situación se ha agravado de tal manera que apunta a ser el primer motivo que haga cambiar la ordenanza de la convivencia, aprobada en 2009 y que hasta el momento no se había modificado.

La llegada de nutridas pandillas con ganas de despedir la soltería en la ciudad ha ido en aumento en los últimos meses y zonas como el centro -calle Navas y Albaicín- son testigos habituales de los excesos de ruido y alcohol, entre otros desmanes, que han suscitado las quejas de vecinos, turistas y de gran parte del sector hostelero, que ya ve a estos grupos de chicos y chicas como una seria amenaza que más que beneficiarles, les perjudica. Todos lo tienen claro y antes de que el descontrol sea mayor quieren tomar medidas y que se materialicen a partir de septiembre. La idea es que a la vuelta de vacaciones todos los grupos puedan tratar el asunto y presentar las propuestas que ofrecen para debatirlas en una comisión que tome cartas en el asunto. El concejal de Cultura y portavoz del gobierno municipal, Juan García Montero, hace una comparación y recuerda el 'caos' que hubo con fiestas como el Día de la Cruz. «Hubo que hacer frente a una fiesta que se fue de las manos. Al final, las Cruces se celebran pero sin barras. Habría que tomar una medida parecida, sacar las despedidas de soltero del centro o de las partes históricas, podría ser una, pero habrá que consensuarlo con el resto de partes implicadas».

El portavoz municipal reconoce que el asunto va más allá y que requiere un debate a nivel turístico más profundo ya que «aunque algunas despedidas dañan la imagen de la ciudad, otras ayudan a mover otros sectores de la economía como taxistas, comerciantes o los propios hosteleros. De todos modos, si hay que modificar la ordenanza para mejorar, se cambiará».

En cualquier caso, los resultados de las últimas visitas de solteros a la ciudad no se han saldado con datos muy positivos . Desde el pasado mes de abril, la Policía Local ha puesto 60 sanciones por ruidos, 7 por consumo de alcohol en la vía pública, 6 retiradas de megáfonos y 1 por uso de animales en este tipo de festejos, siempre con base en la ordenanza de la convivencia.

Por su parte, la Federación de Hostelería también es drástica en este sentido y explica que las despedidas que dañan a la ciudad y espantan a clientes de los establecimientos no son bienvenidas. Desde el colectivo mantienen que no están en contra de las fiestas organizadas -ya que son los primeros que reconocen beneficios para el sector de la restauración y la hostelería-, pero apuestan por una regulación férrea y muestran su frontal oposición a los grupos que están dando a conocer a Granada como la 'ciudad de las despedidas' «cuando lo es de otras muchas cosas». Antonio García, secretario general de la federación, subraya que ya son muchos los hosteleros que no quieren atender a estos grupos porque «espantan» a todos los demás.

Más contundencia

En la misma línea, incluso más contundente, habla el portavoz de Izquierda Unida, Francisco Puentedura, quien directamente apuesta por crear una ordenanza específica contra las despedidas. «La ordenanza de la convivencia está claro que se ha quedado corta y, ante lo que está ocurriendo, hay que atajarlo de raíz». Entre las medidas que sugiere, propone que se pida licencia o algún tipo de permiso, aumentar la presencia policial si fuese necesario y que se haga un control específico a los problemas que ocasionan.

Francisco Cuenca, portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento de la capital, también muestra su total oposición a las despedidas que vuelven a traer a la palestra el turismo de borrachera y desenfreno. «Prohibir es complicado pero modificar no lo es tanto. De hecho, nosotros consideramos que la ordenanza cívica actual habría que modificarla y volver a hacer una nueva que incluya aspectos tan importantes como este y elimine otros completamente banales». Cuenca recuerda que su grupo fue el primero en sacar este tema a la palestra «porque ya veíamos que iba a causar problemas» y apunta que la comisión responsable no debe flaquear a la hora de ser contundente y apostar por una promoción turística de calidad.

Desde Ciudadanos Granada también consideran que hay que ponerle freno al problema. Raúl Fernández, edil de este grupo, reivindica que «se cumpla escrupulosamente la actual ordenanza, se pongan las sanciones que contempla o que se endurezcan si finalmente se considera necesario». Del mismo modo, cree que Granada tiene muchos atractivos más para ser protagonista que las despedidas «por lo que, desde nuestro grupo, apostamos por otro tipo de turismo».

Por último, Vamos Granada, subraya que las despedidas son consecuencia de las políticas implementadas por el Gobierno de Torres Hurtado, que ha fomentado un tipo de turismo concreto, de baja calidad, sin que el asunto de las despedidas sea una moda o una casualidad, sino «otro ejemplo de la mala apuesta que se ha hecho en Granada», indica un portavoz. Desde esta formación defienden que las despedidas y el botellón como modelo, perjudican a la mayoría de la ciudad y que para solucionar este problema, «hay que ofrecer otras alternativas y, más que prohibir, es necesario desincentivar estas iniciativas a todos los niveles».

Todos los grupos coinciden que las medidas que se adopten deberán aplicarse a toda la ciudad y no a espacios concretos. Apuntan que 'blindar' ciertos barrios es desplazar el problema a otros y que las decisiones que se adopten deberán ser contundentes y para el conjunto de la ciudad.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios