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Policía Nacional y Guardia Civil impartieron el pasado año más de un millar de charlas en centros educativos para prevenir situaciones de acoso escolar.
Acoso en las aulas, asignatura pendiente

Acoso en las aulas, asignatura pendiente

El 7% de alumnado de Primaria y el 10% de Secundaria han sufrido algún tipo de vejación de sus compañeros | La asociación Contra el Acoso Escolar dice que el pasado año recibió 400 llamadas telefónicas desde Granada vinculadas a problemas de este tipo

José Ramón Villalba

Martes, 2 de junio 2015, 00:39

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. «Estoy cansada de vivir». Ese fue el último mensaje emitido por Arancha a sus amigas del instituto Ciudad de Jaén de Madrid antes de suicidarse el pasado lunes, víctima del acosos escolar. Los padres se enteraron del problema de su hija a través de la dirección del centro y decidieron presentar una denuncia en comisaría el 29 de abril, casi un mes después y cuando todo aparentemente estaba controlado, la menor decidió quitarse la vida. Hay dos menores imputados en esta causa. La muerte de Arancha ha generado un tsunami en todo el país para tomarle la temperatura a un fenómeno presente en las aulas de Granada, de Andalucía y del resto de España.

¿Cuántos casos se registran en la provincia granadina cada año? La delegación provincial de Educación dice no disponer de cifras porque cada centro educativo gestiona estos problemas de forma autónoma, «salvo en aquellos casos extremos en los que nos toca intervenir a nosotros», apuntan. En este curso, la delegación provincial de Educación no ha registrado ninguno.

Encarna García es madre de un menor víctima de las garras del acoso escolar en el aula y tras la muerte en 2004 de Jokin por las humillaciones a que era sometido en un instituto del País Vasco se puso manos a la obra para fundar la asociación Contra el Acoso Escolar. «Este problema estuvo más presente en los centros educativos de lo que nos pensamos, solo el pasado curso recibimos unas cuatrocientas llamadas desde Granada pidiendo asesoramiento porque hijos de los padres y madres que llaman lo están pasando muy mal por culpa del acoso». Su asociación, a tenor de las denuncias presentadas y de las llamadas recibidas a diario, asegura que las comunidades autónomas de Madrid, Valencia y Andalucía están a la cabeza del acoso escolar en España. «En Granada, como en el resto de Andalucía estimamos que el 7% del alumnado de Primaria y el 10% en Secundaria han sufrido en algún momento de sus vidas algún episodio de acoso escolar». Esos porcentajes traducidos a cifras absolutas tendrían una traducción en más de 15.000 escolares granadinos.

No todo el acoso escolar es del mismo tipo. Hay casos extremos, otros son fruto del roce en la convivencia diaria en los centros y un buen número son situaciones que con una rápida intervención del profesorado se acaba solucionando. «Lo más importante en estos casos es tener conocimiento de la existencia de un problema de esta índole. Muchas veces, la mayoría, de esas situaciones de acoso no se producen dentro del aula, sino en el recreo, en los pasillos o a la entrada y salida del centro. Si al profesor no se lo comunica el alumno o la familia, puede pasar totalmente desapercibida. Eso sí, si el caso es comunicado se actúa sobre la marcha y en una gran mayoría de ocasiones el problema se soluciona sin necesidad siquiera de activar el protocolo reglamentario». Las palabras son de Francisco Fernández, orientador en un instituto de Secundaria de Granada, quien se muestra convencido de que los profesionales de la educación «actúan bien», en líneas generales, cuando se encuentran con casos de este tipo. «Una rápida intervención es importantísimo para evitar males mayores. Nos podemos encontrar con un caso o dos al año, y no todos son acoso escolar como para poner en marcha el protocolo, sino problemas más livianos que pueden solucionarse con un toque de atención a tiempo».

El problema es no llegar a tiempo o arrastrar un caso de acoso no resuelto cuando surgió. En estos momentos, hay un alumno de Secundaria en Granada a quien la delegación de Educación le facilita un profesor en casa después de haber sido diagnosticado de fobia social. Un problema de acoso escolar en Primaria, no solucionado, le ha generado un grave trastorno que le impide acudir al instituto a diario. Tiene miedo, pero sin que sus compañeros actuales le hayan originado ningún problema. Este adolescente arrastra un problema no tratado en su día que le ha dejado importantes secuelas. El profesorado de su instituto no sabía nada del asunto. Una vez conocido el problema, tanto el centro como la delegación de Educación le pusieron a su servicio todos los medios disponibles para evitar un posible fracaso o retraso escolar.

«No hay un perfil tipo de acosador. Pero la experiencia nos dice por los casos atendidos a lo largo de los años que hay más acoso escolar en centros educativos de alto standing o donde acuden menores de familia de clase media alta, alta, donde con más frecuencia se repite este problema», señala la presidenta de la asociación contra el Acoso Escolar, quien subraya que este fenómeno en España es una «asignatura pendiente» sin el tratamiento adecuado. «No he escuchado aún a ningún político ni he visto a ningún partido incluir en su programa electoral medidas para combatir este problema que en España genera mucho sufrimiento tanto en la víctima, menor de edad, como en su entorno familiar».

Los centros educativos de Secundaria de Granada, en función del número de alumnos dispone de uno o dos orientadores, así como de un protocolo de actuación para casos de acoso escolar. Los más grandes de la provincia, aquellos que superan los mil alumnos, suelen disponer de dos orientadores. Estos orientadores son los psicopedagogos que echan una mano al profesorado para tratar aquellos problemas suscitados en el aula que superan las capacidades lectivas del docente, caso del acoso escolar, del fracaso escolar y atención a alumnado con cualquier otro tipo de problema. «En los centros resulta muy importante que no estén sobredimensionados y que dispongan del espacio suficiente. Institutos de Secundaria con mucho alumnado, donde las aulas están saturadas y el espacio es mínimo, se convierten en caldo de cultivo de estos problemas. Mientras las plantillas estén bien estructuradas y no se superen las ratios, a la hora de detectar estos problemas siempre resultará más fácil».

Otra variante del acoso en las aulas son las nuevas tecnologías. «Nosotros podemos recibir al año una media de cuatro o cinco casos, hay un ligero incremento pero no demasiado significativo», asegura Antonio, uno de los responsables del Equipo de Delincuencia Informática y Tecnológica de la Guardia Civil de Granada. «Suelen utilizar las redes sociales, sobre todo el wasap, para difundir bulos o dañar más la imagen de la víctima. Incluso últimamente nos hemos encontrado con algún caso de acosadores que ponen el teléfono de la víctima en páginas de contactos sexuales para fastidiar aún más a la adolescente». Uno de los casos más duros atendido en la provincia de Granada en los últimos años fue el de una adolescente que vio cómo fotos de ella desnuda circulaban por el wasap de buen número de adolescentes en su instituto. El equipo de Delitos Tecnológicos de la Guardia Civil, tras contactar con la dirección del centro educativo, logró identificar a los autores de la fechoría y acabó deteniéndolos, uno de ellos menor de edad. «Cuando surgen estos problemas lo importante es que lo denuncien de forma inmediata para poder actuar con celeridad», apostilla este agente.

Modelo finlandés

En qué espejo debe mirarse España para mejorar la atención sobre este problema. «Sin duda alguna en Finlandia. Allí se les habla a los alumnos desde muy pequeños de este problema, se les conciencia sobre cómo deben actuar y les inculcan que no deben apoyar nunca al maltratador, sino todo lo contrario. Además, disponen de numerosos protocolos para saber cómo actuar y tienen specialistas dedicados exclusivamente al acoso escolar. En España estamos muy lejos, yo diría que a años luz de lograr acercarnos a la forma de trabajar de los finlandeses en este terreno», advierte Encarna García. El orientador Francisco Hernández subraya que cada caso es un mundo y debe tratarse de forma muy particularizada. «Hoy en día, el profesorado sobrepasa con creces su jornada laboral para mantener un contacto fluido con las familias. Este trabajo no es reconocido pero está ahí y es ese contacto directo con la familia del alumno el que no debe perderse. Después la clave para que el menor traslade el problema a su tutor o a cualquier otro profesor, es que se sienta escuchado, que sepa que su problema será atendido. La cooperación entre familia, alumno y profesor es fundamental».

Medidas cautelares

Sobre las consecuencias de los acosadores cuando son cazados no suelen resultar baladíes. El juez de Menores Emilio Calatayud se ha convertido en todo un maestro a la hora de aplicar medidas cautelares con un marcado matiz pedagógico para estos adolescentes, desde obligarlos a colaborar con organizaciones no gubernamentales que trabajan con enfermos o personas necesitadas a mandarlos a limpiar pintadas para rebajar los aires de grandeza de muchos de estos acosadores.

La asociación granadina 3sesenta, especializada en el trabajo con menores problemáticos, también está haciendo una importante labor en Granada a través de los talleres, charlas y demás actividades encaminadas a prevenir este tipo de problemas entre los adolescentes o a tratarlos cuando ya se ha presentado el fenómeno del acoso.

La comunidad escolar de Granada ronda los doscientos mil alumnos, más catorce mil docentes. Si se admite la comparación es una ciudad de tipo medio, fiel reflejo de la sociedad donde vivimos. Ignorar o no trabajar adecuadamente este problema de acoso escolar sería como ponerse una venda en los ojos y permitir que las víctimas vivan en silencio con este problema. Arancha ha sido la última joven de 16 años que no ha logrado soportar las humillaciones y vejaciones a que era sometida a diario.

Medios hay, «pero quizá haga falta más interés por parte de las Administraciones para combatir esta lacra sería muy importante, en Finlandia los niveles de acoso escolar se han reducido a algo casi insignificante desde que empezaron a implementar programas para tomarse más en serio el acoso escolar, esa es nuestra asignatura pendiente. Sacar del armario el acoso escolar y afrontarlo cara a cara», concluye la presidenta de la asociación contra el Acoso Escolar.

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