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La familia de la víctima del 'caso Romanones' acusa al Arzobispo de "falta de apoyo"

Muestran su "desconfianza" hacia su persona para el esclarecimiento de este caso, después de que siete de los diez sacerdotes implicados en este asunto estén en estos momentos trabajando en las parroquias sin que hayan sido apartados

José Ramón Villalba

Lunes, 1 de junio 2015, 14:30

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La familia de la víctima de abusos sexuales cometidos presuntamente por diez sacerdotes y dos laicos han acusado al arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, de falta de apoyo y han mostrado su desconfianza hacia su persona para el esclarecimiento de este caso, después de que siete de los diez sacerdotes implicados en este asunto estén en estos momentos trabajando en las parroquias sin que hayan sido apartados.

Por otro lado, y continuando con el apoyo que el señor arzobispo dice dar a las víctimas, éste sólo estimó oportuno retirar del sacerdocio y ministerio público, a tres de los diez sacerdotes que fueron imputados, y retirar al laico la venia como profesor de religión 4 meses después de tener constancia de la denuncia y tras la detención y petición de prisión provisional del principal imputado. Cuatro meses donde, aún sabiendo el señor arzobispo todo lo que había pasado y teniendo constancia de la denuncia, dejó que este profesor, imputado por abusos, siguiera ejerciendo como profesor de religión y por tanto tratando con menores. Igualmente a día de hoy, y 10 meses después de trasladar la denuncia al arzobispado de Granada, 7 de los 10 sacerdotes que fueron imputados, continúan ejerciendo el ministerio sacerdotal en sus parroquias y por tanto, manteniendo trato con menores, sin haber adoptado el Arzobispado, ninguna medida de cautela o prudencia y obviando el hecho de la imputación por abuso sexual que se hizo sobre estos sacerdotes, explica la familia en un comunicado.

La familia de la víctima niega las afirmaciones mantenidas por el arzobispo hasta la fecha, en el sentido de que sus palabras diciendo que ha estado a disposición de las víctimas ofreciendo su ayuda en todo momento y dispuesto a colaborar, es lo más lejano a la realidad que podría afirmar, pues el denunciante principal, lleva sin recibir el más mínimo mensaje de apoyo, o de simple cercanía del arzobispo de Granada, 7 meses. Siete meses donde no ha habido ningún interés por parte del prelado granadino en conocer ni el estado ni la situación del denunciante principal, y por tanto, en meses de angustia, jamás se ha manifestado cercano ni queriendo dar su apoyo y colaboración, pues simplemente no ha mostrado el mínimo interés en comunicarse con las víctimas como también consta en todos los mails y comunicaciones que hubo con él y que figuran en sede policial.

Igualmente denuncian las lagunas existentes en la aplicación del protocolo eclesiástico para el tema de abusos sexuales por parte del arzobispo.. Con respecto al protocolo de actuación ante casos de abuso sexual por parte del Clero de la Conferencia Episcopal Española han sido múltiples las faltas cometidas por parte del señor arzobispo de Granada, pues jamás en las reuniones mantenidas con el ordinario de la diócesis, hubo un testigo o tercera persona que testificara lo que en ellas se hablaba, situación que el protocolo recoge de forma expresa. De igual modo, no hubo testigo cuando se entrevistó con otra víctima ni con los familiares del denunciante principal, siendo esto una pieza clave en el protocolo de la Conferencia Episcopal Española. Tampoco se hizo consciente al denunciante principal ni a sus familiares, así como a otras posibles víctimas con las que el prelado granadino se reunió, de un informe valorativo que debía redactar el señor arzobispo en base a la reunión mantenida con las víctimas y sus familiares, ni tan siquiera se informó de ese informe a las víctimas con las que se reunió ni a los familiares de estas, y por supuesto, en ningún momento, redactó dicho informe en presencia de las víctimas ni lo dio a conocer a día de hoy.

La familia del joven que presuntamente fue víctima de abusos cuando era menor de edad quiere dejar claro lo siguiente: Hablar de tolerancia cero a la pederastia dentro de la Iglesia, y adornar todo de una falsa colaboración con la justicia, cuando el señor juez instructor del juzgado de instrucción número 4 de Granada, viene solicitando información al Arzobispado desde el 4 de noviembre de 2014 y este alega diferentes excusas hasta en 5 ocasiones, resulta bochornoso, humillante al máximo para las víctimas de los delitos de abuso y agresión sexual cometidos por sacerdotes incardinados en la diócesis de la cual el señor Javier Martínez, como arzobispo es responsable.

Mantienen que la denuncia presentada por este caso fue a iniciativa de la víctima y no del Arzobispado. La denuncia por abuso y agresión sexual contra los diez sacerdotes incardinados en la diócesis de Granada y los dos laicos que con estos sacerdotes convivían, se realizó el día 14 de octubre de 2014, martes, a las 9 de la mañana en sede policial del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, ante el inspector jefe y el fiscal superior, D. Jesús García Calderón, por propia iniciativa del denunciante y sin haber recibido en ningún momento motivación para hacerlo por parte del señor arzobispo de Granada. Es radicalmente falso que el señor arzobispo de Granada animara al denunciante a interponer denuncia alguna ante los tribunales civiles. Prueba de esto, es que el señor arzobispo, recibió noticia de la denuncia, días después de haber sido interpuesta en la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Por tanto la afirmación del señor arzobispo: consta en la causa que yo (arzobispo) animé al denunciante, por ser él mayor de edad, a que trasladara la denuncia a la autoridad judicial, tal y como dijo en su día, es completa y absolutamente falsa. Jamás animó a trasladar la denuncia a la autoridad judicial, pues el denunciante, motu propio, efectuó la denuncia el día 14 de octubre, y hasta dos días más tarde, como demuestra el mail enviado por el denunciante y que consta en todos los expedientes civiles y eclesiásticos. El 17 de octubre de 2014, a las 9:09 de la mañana, el denunciante le comunicó: Querido Don Javier, creo que sería bueno, que pese a plantear yo la denuncia en las autoridades civiles, como ya está hecho en la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, usted se presenciara para dar parte de los hechos y manifestar así el conocimiento que desde la Iglesia se tiene de este delito. Además, de este modo, se garantizaría la protección de todas las victimas que ya hemos hablado, y las víctimas potenciales que pueden aparecer en diferentes sitios. También sería bueno, por el hecho de narrar las medidas de las que dispone la Iglesia y ponerse a disposición de la fiscalía para asegurarnos la completa protección de las víctimas y no dar quizá algún paso (aplicar las medidas cautelares o comunicarle a estos sujetos que se está llevando a cabo una investigación para esclarecer los hechos) que puedan sesgar la investigación de la policía judicial y por tanto sesgar el papel que a día de hoy desarrolla la fiscalía. ¿Cómo lo ve? ¿Sería posible? Muestra evidente y que consta en sede Policial de que el señor arzobispo de Granada ni animó al denunciante a presentar denuncia, ni motivó investigación civil y penal alguna, ya que fue el denunciante por propia iniciativa y sin la motivación del Arzobispado quien hizo efectiva la denuncia sin que el señor arzobispo conociera que se había presentado esta, entre otros motivos, por el temor y la desconfianza, a que se ocultaran datos o desaparecieran pruebas que sesgaran la investigación policial. A la petición que el denunciante realiza al Señor arzobispo tras haber interpuesto la denuncia, (que se presenciara para dar parte de los hechos y manifestar así el conocimiento que desde la Iglesia se tiene de este delito) el señor arzobispo respondió: Querido hijo, estate tranquilo. El asunto éste ya no está ni en tus manos ni en las mías, sino en las de la Virgen. Ella es madre y sabe de dolores y de lo que significa ser víctima, hasta la muerte.

La familia cierra el comunicado de prensa expresando y agradeciendo al juez instructor la labor que está desarrollando, así como a Prodeni, asociación de Derechos del Niño, y dejando claro su absoluta repulsa hacia los pederastas disfrazados de sacerdotes y a quienes se atreven a salir en los medios de comunicción insultando a las víctimas de abusos sexuales.

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