Cristina Fernández de Kirchner, presidenta de Argentina se quedó sin ver la Alhambra por tercera vez
Tiene previsto regresar este jueves a Granada
Daniel Olivares
Miércoles, 22 de abril 2015, 12:17
Cristina Fernández de Kirchner sigue sin conocer la Alhambra por dentro. La presidenta de Argentina se marchó este martes de Granada en dirección ... a Moscú sin visitar el monumento más famoso de España. Se esperaba que lo hiciera antes de tomar su vuelo hacia Rusia, pero, sin embargo, desde el Patronato de la Alhambra confirmaron que se fue sin pisar los patios, los palacios nazaríes o los jardines del Generalife. Aunque quizá lo haga a la vuelta, porque en su viaje de vuelta, que es este jueves, tiene previsto hacer también noche en la ciudad, según fuentes que han estado junto a la dirigente argentina.
Su escala en Granada no estaba prevista en la agenda oficial. Se trataba de una visita sorpresa y totalmente al margen de sus responsabilidades como presidenta de su país. La comunicación previa de su gabinete sobre el viaje oficial a Rusia no recogía escala alguna aquí. Pero el avión presidencial, el Tango 01, aterrizó en el aeropuerto Federico García Lorca el pasado domingo a las 13.07 horas. A partir de ese instante, el secretismo de la parada y fonda de Fernández de Kirchner ha presidido su estancia en la capital granadina. Mutismo absoluto por parte de su séquito, compuesto entre otros por el ministro de Defensa argentino. La discreción ha sido máxima, por parte del gobierno argentino y también de los responsables del hotel donde se ha alojado.
No obstante, las medidas de seguridad han rodeado su paso por Granada. Además de sus guardaespaldas, un discreto dispositivo de contravigilancia de la Policía Nacional supervisó sus pasos y otro de la Guardia Civil inspeccionó previamente las vías por donde se iba a desplegar la comitiva. El embajador argentino en España, Carlos Bettini, ejerció de anfitrión. De hecho, ayer por la mañana, sobre las diez y media y antes de regresar a Madrid, Bettini, amigo de juventud de la viuda de Néstor Kirchner y uno de sus hombres de confianza fuera del gobierno argentino, le acompañó en el vehículo que trasladó a la mandataria al aeropuerto para continuar su viaje a Moscú.
Cautela de estado
Durante su estancia en Granada, Cristina Fernández ha logrado mantener a salvo su privacidad. Los motivos de su escala son, de momento, un secreto de estado más. El misterio ha envuelto su segunda visita en cuatro años. En 2011 ya pisó suelo granadino, también para conocer la Alhambra después de que en un viaje oficial como primera dama no pudiera hacerlo. Entonces, igual que ahora, estuvo muy cerca del monumento nazarí, puesto que se alojó en el Parador Nacional de San Francisco, pero no llegó a completar la visita al sentirse indispuesta y regresar de inmediato a su país. Esta vez, al menos, ha conocido el Palacio Carlos V y, de camino, la exposición de Álvaro Siza sobre el proyecto Atrio. La visita a todo el conjunto palatino estaba prevista, Generalife incluido, pero, sin embargo, fuentes del Patronato de la Alhambra apuntaron ayer que el recorrido finalmente se suspendió el pasado lunes.
Desde que se le viera paseando por el centro histórico, la Catedral y la Capilla Real el pasado domingo, la dirigente argentina, que llegó a hacer un par de compras en alguna tienda y charló con dos niñas que le reconocieron en Gran Vía, no ha pisado la calle. El hotel donde se ha hospedado, el Alhambra Palace, ha sido su refugio. La embajada argentina, que ha negado conocer los detalles de la visita a pesar de que su titular se desplazó desde Madrid unos días antes para gestionar la escala, pidió expresamente a la dirección que no se facilitara información porque se trataba de «una visita privada». Lo cierto es que desde el pasado lunes no se ha movido de allí y ha cenado y almorzado en el hotel.
En Buenos Aires relacionan su estancia en la capital granadina con su delicado estado de salud, después de haber sufrido recientemente algunos contratiempos físicos y una operación en la cabeza. Cristina Fernández de Kirchner, de 62 años, apuntan medios bonaerenses y españoles, prefería descansar y hacer turismo antes de continuar su ruta con destino en Moscú, donde aterrizó ayer sobre las seis de la tarde. Su escala en Granada no fue la única. Antes de llegar al aeródromo granadino, el Tango 01 hizo otra parada en Recife (Brasil), según apuntaron fuentes del Gobierno español a este periódico.
Un golpe de calor interrumpió su última visita
Las estancias de Cristina Fernández de Kirchner en Granada suelen ser breves. La presidenta argentina nunca ha llegado a estar más de dos días en suelo granadino, ya sea como turista accidental o como jefa de Estado. De hecho, esta última es su escala más larga hasta la fecha. En julio de 2010 desembarcó en la capital granadina en su primera visita privada. Apenas estuvo unas horas en la ciudad. Un golpe de calor a su llegada al aeropuerto fue la causa de una fantasmal aparición y desaparición de la entonces primera dama argentina. Su paso por Granada iba a durar un fin de semana, con el objetivo de recorrer la Alhambra. Era un deseo que guardaba desde una anterior visita oficial. Sin embargo, nunca se produjo. Debido al intenso calor del julio granadino, Fernández de Kirchner sufrió una indisposición y necesitó asistencia médica. El galeno que le atendió le recomendó reposo y ella no salió ya del Parado Nacional, donde por la tarde recibió al director de orquesta argentino Daniel Barenboim, cuya actuación iba a presenciar esa noche. Pese a ello, la viuda de Néstor Kirchner, entonces presidente argentino, se quedó en el Parador, donde cenó antes de marcharse a medianoche.
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