Retiran el coche 'ponemultas' en plena polémica por el exceso de sanciones

No resulta demasiado descabellado pensar que la retirada de este coche es una fórmula para atenuar la crispación originada por la polémica ante el importante volumen de multas de tráfico que soportan los granadinos a diario. Solo el mes de estreno del ponemultas, el pasado febrero de 2014, el área de Movilidad endilgó 457 sanciones a los granadinos, circulando solo dos horas al día. El mosqueator funcionaba hasta el pasado jueves en turno de mañana y tarde, de lunes a viernes. Los fines de semana descansaba.

IDEAL publicó el pasado domingo un artículo sobre el toque de atención que el Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, dio al equipo de gobierno municipal por el «desproporcionado» volumen de multas de tráfico registradas en Granada y las numerosas quejas remitidas a esta oficina por este motivo. Sin ir más lejos, el mismo sindicato de la Policía Local, Sipan, mandó un comunicado a este periódico quejándose de la mala imagen de este cuerpo policial ante la ciudadanía por el exceso de multas que impone el Ayuntamiento de Granada. «Los agentes ponemos menos del 15% del total, el resto de denuncias viene de otros sistemas como las cámaras, las sancionadas por el coche ponemultas y las de la ORA», advertía.

La edil de Movilidad y Seguridad Ciudadana,Telesfora Ruiz, comentó ayer tarde a este periódico «desconocer» si el coche ponemultas estaba funcionando o no en estos momentos. De todas formas, quiso dejar claro que este vehículo no circula todos los días, solo aquellos estipulados por un responsable policial del área de Tráfico. La edil trasladó a este periódico que podría disponer de la información para hoy por la mañana.

Las fuentes consultadas por IDEAL tanto en el Ayuntamiento de Granada como en el seno de la Policía Local confirmaron ayer el estacionamiento del ponemultas desde la pasada semana.

Doble fila

Casi tres de cada cuatro vehículos son sancionados por estar aparcados en doble fila o en zonas donde impedían la circulación de otros turismos, con sanciones que por lo general no suelen bajar de los doscientos euros.

Dentro del mosqueator va un conductor y un agente de la Policía Local, que es quien concede validez legal a la sanciones que fotografíe el vehículo. Capta imágenes en color del automóvil supuestamente infractor y de su matrícula, así como la posición geográfica exacta en la que se encuentra a través de un GPS. El agente tiene la decisión última sobre la infracción, es decir, hay un componente humano y no se deja todo en manos de la tecnología. Las denuncias se envían por vía telemática a la unidad sancionadora, que procede a su tramitación administrativa y a su notificación.

El sistema que equipa al coche ponemultas también puede realizar tareas de identificación de vehículos buscados por la Policía Local, como coches sin seguro, sin pasar la ITV o robados. Cada vez que detecte una matrícula, el sistema contrasta la placa con la base de datos municipal de vehículos buscados y advierte al agente mediante un mensaje de que ese coche incumple alguna normativa o de que el dueño ha denunciado su robo.

La retirada temporal del ponemultas no ha sido la única medida adoptada tras la polémica suscitada por el exceso de multas y casualmente a un mes de las elecciones municipales. Los controles de velocidad que a diario se efectuaban en distintos puntos de la ciudad, dos al día y diez a la semana, también se han recortado drásticamente limitándose ahora a uno a la semana, según ha podido saber este periódico de fuentes consultadas en la Policía Local. Este tipo de controles suelen derivar en más sanciones que vienen a engordar las arcas municipales del Ayuntamiento de Granada.