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Pinel ajusta cada año el reloj de la Plaza del Carmen para las campanadas de Nochevieja.
Las campanadas están en hora

Las campanadas están en hora

Manuel Pinel revisa días antes del 31 de diciembre el reloj de la Plaza del Carmen para que los toques suenen en el instante preciso en la noche de fin de año

Antonio Sánchez

Viernes, 2 de enero 2015, 01:13

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Manuel Pinel tiene en sus manos el sonido más esperado de la noche del 31 de diciembre: las campanadas. Es el hombre encargado de que el engranaje del reloj de la plaza de Carmen no falle cuando tienen que sonar los doce toques que marcan cómo hay que comerse las uvas para el nuevo año. Lo hace desde 2010 y asegura que es muy complicado que el mecanismo pueda 'romperse'.

En las tripas del reloj de la plaza del Carmen hay, según narra Manuel Pinel, un mecanismo suizo que se instaló en 1948. Desde entonces no se han cambiado los engranajes que dan la hora en el Ayuntamiento y «solo han fallado cuando se ha tocado lo que no se debía». El mecanismo que hay que revisar antes de Nochevieja es un dispositivo digital que amplifica un sonido artificial de campana y que permite creer a quien celebra el Año Nuevo en la plaza del Carmen que es original. «Es un equipo digital que reproduce casi a la perfección el sonido de las campanadas», explica Manuel Pinel. Son tres módulos del tamaño de un vídeo, aproximadamente. El primero registra de forma digital la hora que marca el reloj y envía a los engranajes analógicos 'toques' para que se mueva el minutero. El segundo es el encargado de generar el sonido de las campanadas y el tercero amplifica la 'música' que genera el segundo.

El reloj, por tanto, es una suma de mecanismos analógicos y digitales. Sus engranajes están escondidos y en una pequeña caja en la planta más alta del Ayuntamiento se guarda la tecnología digital. El primero de los módulos no se puede tocar y el segundo es el que se tiene que ajustar cada cierto tiempo. Manuel Pinel lo hace cuatro o cinco veces al año, cuando hay que realizar los cambios de hora y en Navidad. La tarea, por tanto, mezcla la labor 'relojera' con la técnica domótica: «Si estos mecanismos se tratan bien, nunca darán problemas. Se ajustan cada cierto tiempo, que es lo que hacemos, y el reloj funciona sin problemas».

La tarea de este trabajador de una eléctrica antes de Nochevieja consiste en revisar si hay algún fallo en relación a la hora real: «Los posibles adelantos o retrasos son por falta o exceso de luz y esto es lo que obliga a su revisión periódica». Para ello cuenta en su móvil con un reloj astronómico con el que asegura que ajusta sin error cada año la hora para Nochevieja. Además comprueba que la amplificación del sonido de las campanadas se realice de forma correcta.

Manuel Pinel reconoce que si el mecanismo analógico falla, él no puede hacer nada y hay que llamar a la empresa su suiza que hace más de 65 año colocó las piezas internas que dan la hora a Granada. «Nosotros llevamos cinco años con el mantenimiento y apenas tenemos que hacerle nada. Es un mecanismo que debe ser duradero», señala.

El reloj, aunque pueda parecerlo, no es infalible. Dado que las campanadas funcionan a través de un dispositivo digital, si la luz se fuera a escasos minutos de que se llegara el momento de las uvas se desajustaría y no habría campanadas en hora. Pero si la electricidad no sufre cortes, las campanas darán las uvas sin fallos.

Manuel Pinel acostumbra a pasar a última hora de la tarde cada 31 de diciembre por la plaza del Carmen para comprobar que el ajuste que realizó días antes no se ha trastocado. Es la última revisión del año para confirmar que el tiempo transcurre de forma correcta hasta la noche.

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