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José Ramón Villalba
Domingo, 21 de diciembre 2014, 00:24
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«Oímos una explosión a las cuatro de la madrugada, nos asomamos a la ventana y vimos a cuatro individuos encapuchados huir en un coche oscuro».Los vecinos de la urbanización Camposol lo tuvieron difícil la pasada madrugada del jueves para conciliar el sueño, después de que cuatro individuos volaran el cajero automático con una carga de gas mezcla de acetileno y oxígeno y destrozaran la sucursal del Banco de Santander de la avenida de Andalucía, ubicada junto a la sede de los sindicatos. Los especialistas en explosivosTedax y agentes del grupo de Robos de la Policía Nacional se desplazaron a la sucursal asaltada pasadas las cuatro de la madrugada.Lo único que encontraron fueron los restos de la deflagración.
Los cacos inyectaron gas acetileno mezclado con oxígeno combinación que se emplea para realizar trabajos de soldadura con el juego de bombonas de ambos elementos- a través de un tubo por alguna de las ranuras del cajero, ya sea la de las tarjetas de crédito o la de las cartillas de ahorro, taponándolas con algún elemento para que los gases se acumulasen y no se saliesen por ellas y, a continuación, procedieron a detonar la mezcla gaseosa a distancia por medio de un cable conectado a una pila de petaca para producir una chispa. Estos delincuentes no estuvieron finos a la hora de calcular la carga. La deflagración generó grietas en el techo del portal número uno de la urbanización Camposol y dañó a tres vehículos que se encontraban aparcados en la zona.
No hubo heridos, ni daños en los pisos ubicados encima de la sucursal bancaria de la avenida de Andalucía. Tampoco ha trascendido la cantidad exacta de dinero que lograron llevarse, pero fuentes cercanas a la investigación aseguran que la cantidad oscila entre los 9.000 y 20.000 euros.
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La Policía Nacional ha iniciado una investigación para averiguar quién está detrás de este robo. Uno de los primeros pasos será comprobar si alguna de las trece personas encarceladas en Málaga entre febrero y marzo del presente ejercicio acusadas del robo en 18 cajeros automáticos de la provincia malacitana mediante detonaciones de gas acetileno siguen en prisión o están en la calle. En esta operación desarrollada en Málaga, los agentes arrestaron a W. R., un italiano bautizado como el pionero en aplicar esta técnica en Europa. Aunque no se descarta ninguna hipótesis, todo apunta a que los ladrones pudieran haberse desplazado desde la Costa del Sol para cometer este robo. De hecho, eligieron una sucursal muy próxima a la autovía que enfila en dirección a Málaga. De los trece detenidos en la provincia malagueña el pasado mes de marzo por hechos similares, al menos, ocho son de nacionalidad británica y de ellos cuatro tenían cuentas pendientes con la justicia inglesa. Aunque esta práctica, según fuentes policiales consultadas, no empleada hasta la fecha en Granada, sí está bastante extendida entre otras provincias españolas. Así, en Barcelona también fue detenido otro italiano Antonio C. acusado de emplear esta técnica para reventar cajeros en la Costa Brava.
La anécdota del suceso estuvo protagonizada por los 20 euros que los cacos se dejaron olvidados en el interior del cajero y que un obrero halló en torno a las once y media de la mañana. La imagen de la fotografía da una clara muestra del estado en el quedó la sucursal bancaria tras la deflagración registrada la pasada madrugada del jueves.
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