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La crisis 'expulsa' a 13.000 granadinos

La crisis 'expulsa' a 13.000 granadinos

Son más de 47.000 y constituyen el 5,2 % de la población de la provincia, la segunda de Andalucía con más ciudadanos fuera de España

Antonio Sánchez

Martes, 9 de diciembre 2014, 00:58

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El número de granadinos en el extranjero se ha disparado en los últimos cincos años. La cifra que en la actualidad marca el padrón provincial -47.730 granadinos fuera de España- ha aumentado un 40 por ciento en este lustro -34.071 en 2009- y ahora mismo constituyen un 5,2 por ciento del total de la población. Granada es la segunda provincia andaluza con más emigrantes, solo superada por Málaga y muy por encima de Sevilla.

13.000 paisanos han dejado la provincia desde que comenzó la crisis para probar suerte en otros países. 2014 cerrará, según los datos, como el año de mayor éxodo desde 2009. A fecha de enero, había 15.296 granadinos en Argentina, frente a los 10.612 de 2009; y 8.465 en Brasil, 4.341 más que hace cinco años. En Europa, los destinos más recurrentes son Francia (6.959), Alemania (3.963) Bélgica (1.017), Suiza (2.112) y Reino Unido (1.235).

Los datos reflejan que la creciente salida de granadinos hacía el exterior no solo no se detiene sino que aprieta el acelerador. La ausencia de trabajo es el principal argumento que invita a los ciudadanos a cambiar de país.

Francisco Javier García, catedrático de Antropología Social y responsable del Instituto de Migraciones de Universidad de Granada, analiza que las escasas mediciones estadísticas de este fenómeno dificultan la tarea de valorar cómo está afectando a la ciudad la emigración. No obstante, considera que la evolución del mercado laboral nacional será la que determine que la salida al extranjero se pueda acentuar o que se detenga en los próximos años. García analiza también que el fenómeno podría estar sobredimensionado. «Las encuestas dicen que un número muy importante de personas jóvenes estaría dispuesta a marcharse a trabajar fuera, pero la realidad es que la mayoría no lo hacen», sostiene.

Opina igual Sebastián Rinken, investigador del CSIC y durante seis años director del Observatorio Permanente Andaluz de las Migraciones. «Una cosa es pensar en emigrar y otra es realizarlo», argumenta. Por esto Rinken analiza que la imagen de emigración masiva que se ha consolidado sigue sin sostenerse en los datos estadísticos. «Está claro que hay una tendencia, pero su impacto todavía es limitado», explica.

Rinken y García coinciden en que emigrar es una solución que se plantean miles de personas, pero que la gran emigración de la que se habla está todavía por venir. Para algunos ya ha llegado. Por ejemplo para estos cinco granadinos.

Alberto Medina | Londres

«No es tan fácil volver como se piensa»

«Estar desempleado y no encontrar trabajo en España» hizo que en 2013 hiciera la maleta y se marchara a Londres. Había vivido gran parte de sus años en Beas de Granada, un municipio de mil habitantes que cambió por una de las ciudades más importantes del mundo, «de las más 'locas' que existen». Añora la tranquilidad que le aporta su pueblo y ver al Granada CF cada quince días en directo. Ha tenido que cambiar el chip para adaptarse al cambio y tiene asumido que solo es una ciudad «de paso». Una experiencia «enriquecedora» que no aletarga sus ganas de volver. «Tener lejos a la familia y a los amigos es una losa que pesa cada vez más», pero asegura que no es «tan fácil volver como la gente se piensa». Ve a España desde la lejanía «igual o peor» que cuando se marchó.

José A. Tercedor | Santiago de Chile

«Aquí España se ve como un paraíso»

Emigró hace nueve meses para darle sentido a todos sus años de estudio y encontrar un buen trabajo. Quería salir de casa, experimentar la independencia, la responsabilidad «y cuanto más lejos, mejor, así que arrepentirse no era una opción». Tiene un familiar que lo acogió durante el primer mes, pero reconoce que no fue sencillo al pasar de una ciudad pequeña a una enorme. «Ahora necesito un taxi para ir a tomarme una cerveza», reconoce entre bromas. Asegura que tuvo suerte al aterrizar, ya que consiguió trabajo a los pocos días de estar allí. No sabe si volverá de forma estable en algún momento a Granada, pero ahora se encuentra «feliz y con buen trabajo». Las tapas, la gente, las calles, el acento, la cerveza, el ambiente o la comida de su madre componen una larga lista de motivos por los que volvería a Granada. En Chile, España se ve como «un paraíso» y para los ciudadanos de Santiago es extraño que se instalen en Sudamérica. «Los que venimos de allí sabemos que no es el paraíso, pero te das cuenta de que hay cosas muy buenas en España y en Granada», afirma.

Agostina Romano | Brighton

«Aquí sabía que podía encontrar trabajo»

Hace más de dos años se marchó a trabajar a Brighton, al Sur de Inglaterra. La situación laboral en España «estaba muy mal» y decidió irse a trabajar fuera un verano para ahorrar y seguir con sus estudios, debido a que se redujeron las becas de Doctorado en España. «Aquí por lo menos sabía que podía encontrar un trabajo, mejorar el inglés y buscar nuevas posibilidades», cuenta.

Las primeras semanas en Inglaterra fueron complicadas para ella, pero cuando consiguió dominar el idioma encontró su sitio en Reino Unido. Durante cuatro meses se levantaba cada mañana pensando que se había equivocado y se tendría que haber quedado en España, pero ahora valora más las oportunidades que le ofrece su nuevo hogar. No tiene la intención de regresar en breve, a pesar de que sus amigos y familia quedan lejos. Cree que tanto España como Granada necesitan un cambio.

Isabel Casas | Darmstadt

«Emigrar es un empezar de nuevo»

Llegó a Darmstadt en marzo de este año en busca de su marido José, que se encontraba allí desde finales de enero. Los dos estaban sin trabajo en España y buscaban una solución «antes de que se acabaran los ahorros». A su pareja le surgió la posibilidad de irse a Alemania con un contrato de trabajo y ambos dieron el paso. Se sienten afortunados por haber tenido suerte con la gente que han conocido allí y con varios españoles con los que se marcharon a la vez. «La mayor dificultad sigue siendo el idioma alemán», explica. Aunque han dejado parte de su vida en Granada, no se arrepienten del paso dado: «Es un empezar de nuevo». En los próximos meses no regresarán a España, porque están convencidos de que la situación laboral del país «va para largo». «Pasará bastante tiempo hasta que se note algo de mejoría y podamos volver». Las nuevas tecnologías hacen que los seres queridos estén más cerca en una ciudad cosmopolita, muy diferente a Granada.

Fabiola Sánchez | Tetuán

«Me gustaría montar un hostal en Marruecos»

Se marchó Tetuán en octubre de 2013 y no tiene pensado volver a Granada a corto plazo. Unas prácticas en una oficina de traducción de árabe la llevaron a Marruecos. Reconoce que en su nuevo hogar «no hay marcha nocturna», echa de menos las tapas con los amigos, pero asegura que este país «tiene sus cosas buenas». Por ejemplo, cuenta que se está aficionando al parchís, que es considerado el «juego estrella» de Tetuán. Los oriundos la tratan bien y no ha tenido ningún problema para adaptarse. «Me gusta muchísimo Granada, pero no me arrepiento del pasado dado. Me gustaría montar un hostal algún día y lo veo en Marruecos. El futuro me tendrá aquí una buena temporada si finalmente los planes salen bien», dice. Porque ve que en España no hay futuro: «Hay mucho que cambiar y mucha gente que debería hacerse a un lado y dar paso al cambio».

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