Un empresario se arruina tras alquilar su negocio turístico a una pareja morosa
Tras 18 meses de impagos, ha logrado expulsar a los inquilinos aunque es él quien está respondiendo con su patrimonio a todas las deudas que dejaron
LAURA SANTACRISTINA
Lunes, 6 de octubre 2014, 14:08
Lo que se perfilaba como una forma de lograr tranquilidad, se ha convertido en una auténtica pesadilla. Ignacio Navarrete regentaba el céntrico Hostal Cónsul, un ... negocio familiar localizado en la calle San Antón que llevaba en pie desde el año 1978. Durante más de 16 años fue él quien se hizo cargo como autónomo. Tanta fue su dedicación que llegó incluso a «vivir allí y dedicarle las 24 horas del día».
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Llegado el momento, decidió ocuparse menos del trabajo y más de sus dos hijos. Por eso buscó a quienes quisieran hacerse cargo del negocio a cambio de mantenerle a él como asalariado y pagarle un alquiler. Así fue como en enero de 2013, el Hostal Cónsul pasó a gestionarlo una pareja que le ha llevado «a la ruina», según relata.
Inicialmente, redactaron un contrato de arrendamiento y a continuación Navarrete les dio un mes de plazo para cambiar la titularidad de todos los recibos. Esos cambios nunca se realizaron y los nuevos gerentes del hostal jamás pagaron al empresario ni lo acordado en el contrato por el arrendamiento ni los gastos derivados de él. Así comenzó una verdadera odisea judicial que tuvo su primera sentencia el pasado 3 de septiembre, cuando «por fin» desahuciaron a los «inquilinos».
Embargado y con deudas
La sentencia ha condenado a la pareja a pagar 23.145 euros al dueño. Corresponden a los meses de impago del alquiler, la fianza, los consumos de agua, gasóleo, comunidad y los daños del inmueble. Sin embargo, los condenados no han abonado ni un solo euro y el empresario cuenta que ha llegado a «pensar en el suicidio», ya que ahora mismo es a él a quien reclaman todas las facturas y afronta al embargo de su casa.
Es más, cuando Navarrete solicitó a las compañías eléctrica y de agua que les cortaran el suministro, ellos «pincharon los servicios a la comunidad de vecinos». Entre él, su familia y la comunidad, han llegado a interponer «casi una denuncia por mes», detalla. Cuenta desesperado que esto supone «tirar a la basura años de trayectoria profesional», ya que las críticas al alojamiento son desastrosas tras la gestión que ha hecho la pareja. Además, es su padre quien está ayudándole «a sobrevivir con sus ahorros de toda la vida».
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El empresario ha seguido de cerca a quienes le han provocado este sinvivir y relata que han regentado varios bares en la ciudad en los que se comportaron de igual manera. En la actualidad, cuenta que están a cargo de un negocio en Gójar.
En este sentido, Navarrete adelanta que, junto a otros afectados por esta misma pareja, van a interponer una demanda por estafa e «informar a todos los dueños de cada nuevo establecimiento del que se hagan cargo» para que no les suceda lo mismo que a él.
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