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La crisis aumenta el robo de droga entre bandas organizadas en la provincia

La crisis aumenta el robo de droga entre bandas organizadas en la provincia

El asesinato del joven de La Zubia destapa el problema de los ‘vuelcos’ o sustracciones de droga entre miembros de clanes

José Ramón Villalba

Martes, 3 de junio 2014, 02:56

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Durante la madrugada del pasado lunes murió asesinado un joven de 32 años en una vivienda de La Zubia donde estaba previsto efectuar una compraventa de 9,5 kilos de marihuana. Todo saltó por los aires cuando una de las partes intentó robar a la otra para lograr el dinero y que se marcharan sin la droga. El saldo final, un muerto. La Guardia Civil busca en estos momentos a cinco personas acusadas del crimen.

Este caso ha sacado del fondo del cajón un fenómeno que no es nuevo, pero sí ha crecido bastante desde el estallido de la crisis económica. «Los vuelcos o robos de droga entre clanes han aumentado con la crisis y con la proliferación de los invernaderos de marihuana. Cada vez nos encontramos con más frecuencia armas de fuego en manos de soldados o gente que cuida estos cultivos de marihuana a los dueños o perros muy agresivos». Las palabras son del inspector, jefe del grupo V de Pequeño Tráfico de Drogas de la Policía Nacional de Granada, Carlos M., quien tiene una dilatada experiencia en este terreno.

Sin ir más lejos, el pasado 15 de abril agentes de la Policía Nacional detuvieron en la ciudad a cuatro personas después del intento de robo de una vivienda donde había 200 plantas de marihuana, 185 gramos de cocaína y 900 gramos de sustancias para el corte de droga.

«Con estos robos, los delincuentes se ahorran la inversión de tener que estar cuidando las plantas de marihuana mientras crecen, evitan el riesgo de ser detenidos por tenencia ilícita de estupefacientes y se aseguran que nunca los van a denunciar», explica este inspector de Policía.

Hace un par de años el suministrador de un kilo de cocaína fue abordado en un garaje de Peligros por los camellos que iban a comprarle la cocaína y, tras ser agredido y secuestrado, logró salvar la vida gracias a una patrulla de guardias civiles que se encontraban en una gasolinera de esta localidad, donde sus secuestradores habían parado unos minutos. El vendedor de la cocaína se acercó a los guardias y les dijo que había sido secuestrado. Poco después, se descubrió que llevaba asido al cuerpo un kilo de cocaína. Finalmente quedaron todos detenidos.

Estos robos de droga o en su defecto, intentos se efectúan entre clanes conocedores de dónde hay droga; cuándo hay previstas operaciones de compra-venta o cuándo existen desembarcos de fardos de hachís, sobre todo, por la zona del litoral. En este tipo de atracos no hay denuncias ante la Guardia Civil o Policía Nacional; los clanes resuelven sus diferencias a través de venganzas donde suelen mediar los secuestros, asesinatos, los tiroteos u otro tipo de extorsiones.

Ajuste de cuentas

La retina de la memoria aún conserva la imagen de los treinta gramos de cocaína esparcidos sobre el cadáver de J. F. C., de 24 años; a su lado, yacía el cuerpo sin vida de su colega, M. F. A. de 25 años. Los dos asesinados aparecieron maniatados con cuatro balas, dos para cada uno, las suficientes para poner fin a sus vidas. Esa fue la tarjeta de presentación dejada la madrugada del 2 de abril de 2009 por un par de narcotraficantes colombianos en el Camino de Purchil, donde mataron a quemarropa a dos vecinos de Almanjáyar quienes acudieron al lugar, presuntamente engañados por un tercero, para efectuar una venta de drogas. Los dos mafiosos colombianos quisieron dejar claro un mensaje para navegantes: con ellos no se juega. Al parecer no era la primera vez que estos colombianos veían desaparecer su mercancía por culpa de un robo.

Tanto Guardia Civil como Policía Nacional se vienen encontrando con este tipo de robos o vuelcos, como se le conocen en el argot popular, con más frecuencia desde el estallido de la crisis económica. Y el fenómeno no es exclusivo de Granada. El asalto a los depósitos de droga en el Puerto de Málaga, donde dos bandas presuntamente una de Fuengirola y otra de Madrid pudieron unir sus esfuerzos, lograron llevarse del depósito malacitano 120 kilos de cocaína. Atrás quedan otros robos de droga como los mil kilos de hachís sustraídos en el depósito judicial de la Aduana de Huelva. Un fenómeno en auge.

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