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Los vecinos de Íllora abrazan su iglesia, una de las muchas actividades promovidas. :: FRAN DÍAZ
Íllora da el campanazo
PROVINCIA

Íllora da el campanazo

La movilización vecinal logra que comience la restauración de la torre de la iglesia

MERCEDES NAVARRETE

Sábado, 19 de abril 2014, 02:05

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Unos por fe católica, la mayoría por amor al arte, otros tantos movidos por la esperanza de que el pueblo levante el vuelo turísticamente y todos, sin excepción, porque quieren dejar en pie un patrimonio único a sus hijos. Las motivaciones para salvar la iglesia de Íllora son muy distintas, pero el loable fin ha logrado movilizar a un pueblo entero que, en apenas un año y gracias al empuje de la plataforma vecinal creada para salvar esta joya del siglo XVI, ha logrado lo que parecía imposible: las obras ya están en marcha. Por el momento el proyecto que se ha podido financiar afecta exclusivamente a la parte más urgente, la torre de la iglesia, que corría un grave peligro de desprendimiento. De hecho, en Íllora las campanas no suenan desde hace más de una década porque cualquier vibración provocaba desprendimiento de piedras y qué decir de las tormentas... La torre se desmorona, literalmente, pero el resto de la iglesia diseñada por Diego de Siloé en el siglo XVI también agoniza. Un perímetro de seguridad rodea el monumento y los accesos principales llevan años cerrados por riesgo de desprendimiento mientras el proyecto de restauración del monumento duerme en un cajón desde hace dos décadas. El mismo tiempo que los vecinos llevaban lamentándose hasta que unos cuantos ilurquenses valientes decidieron unirse y pasar a la acción creando la Plataforma pro restauración de la iglesia de Íllora que, en poco más de un año, ha demostrado de lo que es capaz un pueblo cuando trabaja unido. «La sensibilidad ante el problema de la iglesia estaba ahí y por fin ha salido, nosotros solo ha hecho un trabajo que había que hacer», comenta Reme Arcos, la tesorera de la plataforma.

Todos los miembros del colectivo están sorprendidos y agradecidos por el apoyo del pueblo que ha logrado lo que parecía imposible: poner de acuerdo a iglesia y políticos para que paguen a medias la obra. La propia parroquia ha pedido un préstamo de 132.000 euros, con el aval del Arzobispado, mientras que el Ayuntamiento de Íllora aportará otros 100.000. El alcalde socialista, Francisco Domene, ha entendido muy bien lo que quería el pueblo echándose para adelante con la financiación;, la diputada popular Rosa Fuentes, que es de Íllora, ha recabado el apoyo de la Diputación para la causa y también la Junta está remando. Precisamente, aunar voluntades ha sido el gran mérito de la plataforma.

Pero aunque en apenas un año hayan dado el campanazo con la restauración de la torre, saben que queda mucho trabajo por hacer. De ahí que la plataforma quiera implicar a niños y jóvenes en la conservación del monumento, «porque esta va a ser una tarea de años». Y en este campo tiene un papel fundamental la lechuza Rogelia, la mascota nacida de la mano del dibujante José Luis Prats, vicepresidente de la plataforma. «Rogelia es una lechuza que vive en la torre de la iglesia con el ratón Alfonso y lleva un casco para protegerse de las piedras que le caen», relata Prats, que recuerda que desde la plataforma siempre han sumado y unido al pueblo.

«Desde el principio dejamos claro que no éramos un grupo parroquial, ni políticos, ni nada que pueda excluir. Aquí estamos unidos todos, no defendemos un templo, defendemos un monumento de todos», apunta.

En la Navidad de 2013 se celebró la primera carrera popular que desbordó todas las previsiones de participación. El pueblo entero se echó a la calle para animar a centenares de corredores... Desde entonces la plataforma no ha dejado de triunfar en cada actividad que ha organizado y han sido muchas. Han llenado de lazos la iglesia, la han abrazado, han organizado espectáculos, viajes, una puja de acuarelas de la iglesia donadas por los propios artistas, han promovido el apadrinamiento de piedras... La plataforma se ha convertido en auténtico motor cultural y dinamizador del pueblo. Para el recuerdo quedan actividades tan originales como la resurrección de las marimantas illorunas que la noche de todos los santos recorrieron el pueblo recordando viejas leyendas e historias locales de fantasmas.

«Me ha sorprendido la unión y la movilización vecinal, estamos muy felices», añade la vicepresidenta segunda de la plataforma, Inma Navarro. La torre estará salvada en poco más de un año pero la plataforma va a seguir trabajando con más brío que nunca. Objetivo: salvar la iglesia.

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