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Un museo para vivir la ciencia
GRANADA

Un museo para vivir la ciencia

5.690 elementos científicos y 600 aparatos de física es el patrimonio de uno de los museos de ciencias más importantes de España

JUAN ENRIQUE GÓMEZ

Martes, 11 de junio 2013, 18:07

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Conservar y convertir en material de divulgación y enseñanza los elementos que un día sirvieron para entender el mundo que nos rodea y que ayudaron al avance científico, es la esencia de los museos de la ciencia, de los espacios didácticos y de investigación que tienen en el conocimiento su razón de ser. Recorrer los sótanos del Instituto Padre Suárez es realizar una inmersión en la historia, en la aventura de la ciencia, en las experiencias de decenas de observadores del universo. «Es conocer el legado que nos aportaron físicos, naturalistas, médicos, botánicos... Es conocer de primera mano una enorme cantidad de elementos científicos que nos ayudan a entender la realidad del universo en el que vivimos», dice el director del museo y catedrático de Ciencias Naturales, Luis Castellón, para quien pasear por el Museo de Ciencias del?Instituto Padre Suárez, es caminar por su particular ecosistema, mimetizarse con la historia.

Son cuatro salas especialmente diseñadas para albergar 6.290 elementos, que se encuentran divididos en dos grandes bloques, naturales, en los que el hombre no ha intervenido en su creación, y otros de arqueología científica, que sí han sido diseñados y fabricados por el hombre. De los primeros hay un total de 5.690 objetos, entre ellos animales disecados con técnicas del siglo XIX, colecciones de conchas, de moluscos tanto terrestres como acuáticos, fósiles, minerales, maquetas, tierras y un sinfín de materiales que forman parte de la historia de la Tierra.

No es un espacio silencioso y sin actividad, son estancias rodeadas de grandes estanterías, de mesas expositoras, de aparatos situados a los lados, al frente y en medio de un recorrido en el que Luis Castellón ejerce de cicerone. «Lo normal es que el museo esté lleno de gente, de alumnos de otros centros escolares que realizan visitas para incrementar su formación, y de jóvenes y mayores que acuden a conocernos por sí solos o formando parte de actividades de asociaciones. El resultado es un no parar», dice Castellón, que llama la atención sobre el hecho de que el sonido de los alumnos del instituto en las plantas de arriba es casi omnipresente, «sobre todo a la hora de los descansos, entradas y salidas», pero significa que este es un lugar donde la ciencia está viva. Un museo en el que «se pueden hacer fotografías, porque ayudarán a que los alumnos y visitantes aprendan y recuerden».

Reportaje completo, videos y fotos, en la revista de Medio Ambiente, Ciecnia y Naturaleza de IDEAL, Waste Magazine, pinchando aquí.

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