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MARÍA AYLLÓN
Lunes, 7 de mayo 2012, 03:11
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Hay mucha gente que deja dicho dónde quiere ser enterrado, el lugar en el que quiere que depositen sus cenizas o incluso el epitafio de su lápida. Con la crisis estos deseos están cambiando. Está aumentando considerablemente el número de personas que deciden entregar su cuerpo a la ciencia para contribuir en la investigación y de paso ahorrarle a su familia los elevados gastos del entierro.
Descansar en formol es cada vez la opción más demandada por los granadinos. La facultad de Medicina de Granada recibe diariamente la visita de muchos interesados que dan su consentimiento para que cuando fallezcan los estudiantes hagan prácticas con su cuerpo.
No existe un perfil concreto de los donantes, tanto hombres como mujeres deciden hacerse el carné de forma altruista. Tampoco hay un tramo de edad específico, aunque la mayoría tiene entre 45 y 70 años. Predominan los usuarios de las zonas más urbanas de Granada, Almería y Jaén y destacan los extranjeros afincados en Andalucía Oriental.
En los últimos años ha habido un aumento importante de gente que quiere donar su cuerpo a las ciencias médicas. La media mensual está en torno a ocho o diez personas. En febrero de 2004, la facultad de Medicina de Granada hizo una campaña para atraer a donantes porque solo ingresaba uno o dos fallecidos al año en el banco de la facultad. Esa cifra era insuficiente para cubrir las necesidades de la universidad como las prácticas de Anatomía de los estudiantes de las carreras de Ciencias de la Salud, los ensayos de nuevos procedimientos médicos y quirúrgicos o los proyectos de investigación.
Hoy en día la gente está más concienciada, la sociedad le está dando más valor a la ciencia para resolver problemas. Hemos creado un Observatorio del Conocimiento Científico para fomentar la investigación, la capacidad de hacer patentes y realizar seminarios para concienciar a la gente de la importancia del conocimiento científico en la sociedad, asegura Antonia Aránega, catedrática y directora del Departamento de Anatomía y Embriología Humana de la facultad de Medicina de Granada.
Cada donante tiene sus propios motivos como ayudar en la investigación, no quieren que nadie les vele ni les pongan flores o en estos tiempos de crisis, ahorrarle a su familia los gastos del funeral que pueden ascender a 3.000 euros. Cuando un donante fallece, la familia no tiene que pagar nada. Una funeraria se encarga de trasladar el cadáver a la facultad de Medicina y a los dos años que es cuando se renuevan- la universidad corre con los gastos de la cremación.
La mayoría quieren ser estudiados por los alumnos, aunque muchos creen que es porque tienen alguna enfermedad, pero en realidad es para realizar el estudio de anatomía humana, señala Antonio, funcionario de este departamento y que diariamente atiende a personas que quieren informarse.
Los donantes tienen que ser mayores de edad y rellenar una declaración, acompañada por la firma de un testigo, se presenta en el Departamento de Anatomía y Embriología de la facultad de Medicina de Granada y se le entrega un carné que acredita esta voluntad. El pasado viernes, un matrimonio de mediana edad se acercó al departamento porque la mujer quería hacerse el carné de donante, sus padres también se lo hicieron.
La sociedad está cambiando y cada vez hay más personas que tienen este gesto altruista y por una buena causa.
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