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GRANADA

Más rotondas, misma confusión

La inauguración de la glorieta de las Encinas descongestiona el tráfico en la avenida de Andalucía pero cada una de las redondas genera un conflicto viejo: ¿sabemos la prioridad al circular por ellas?

RAFAEL LAMELAS

Sábado, 17 de marzo 2012, 03:29

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Una nueva rotonda se perfila en Granada, tras la inauguración de la que conecta la calle Circunvalación de la Encina con la Avenida de Andalucía, en el barrio de la Chana. Pese a las dificultades pasadas para su apertura, lo sorprendente es que ha entrado en funcionamiento sin ruido, sorprendiendo a unos vecinos acostumbrados a pasar por el vial sin mirar a los lados, obligados a hora a respetar el ceda el paso de acceso a la glorieta. Una soluciones para descongestionar el tráfico que germinan en las grandes ciudades desde hace años como alternativa a los semáforos, ubicándose estas redondas en cada acceso al centro urbano. Sin embargo, no es extraño ver impactos de turismos en las rotondas, a pesar de que el límite de velocidad en las pequeñas es de 50 kilómetros por hora. Pero los siniestros suelen estar más relacionados con la ignorancia acerca de las prioridades en su circulación, lo que no solo provoca choques a lo largo de un día, sino que a la hora de poner en el parte lo ocurrido muchos conductores quieren considerarse víctimas de algo en lo que son culpables.

Una de las rotondas donde más golpes se producen de Granada es la de la salida de Málaga, en el final de la avenida de Andalucía. Todo por su diámetro, que concita que los vehículos la crucen a una velocidad mayor que la de otros accesos a la ciudad, donde el propio colapso ocasiona que circulen de manera más lenta, minimizando la posibilidad de toques. Pero en esta redonda que conduce hacia Santa Fe es común ver cómo los coches se rozan, entre aquellos que van por el carril de fuera y pretenden continuar hacia la circunvalación, en orientación hacia Motril, y aquellos que van hacia el oeste pero tratan de salir directamente desde el carril interior de la rotonda.

La norma básica de una rotonda es que el que está dentro de ella girando tiene prioridad sobre el que está fuera. Esto parece bastante claro para la mayoría de conductores. El conflicto surge cuando se está en ella y se pretende abandonarla. El código dice que cuando uno quiere irse por la primera salida o seguir recto, el acceso debe hacerse por el carril derecho y no abandonarlo, señalizando en el momento de paso. Sin embargo, cuando la salida que se quiere coger está a la izquierda o se pretende un cambio de sentido, en el acceso a la rotonda hay que ir hacia el carril interno, señalando con el intermitente derecho una vez pasada la salida anterior a la escogida. Ese desplazamiento hacia el exterior se debe hacer sin obstaculizar a los vehículos que ya circulan por este carril, dado que tienen prioridad. En caso de dificultad en la maniobra, nunca hay que detenerse, sino dar otra vuelta si fuera necesario. Muy pocas veces los conductores muestran esta prudencia, de ahí los problemas. Son muchos los que van de dentro a fuera sin mirar siquiera por los retrovisores.

Por fortuna, cada topetazo en una rotonda suele ser lateral, por lo que los daños humanos son muy diferentes a los que provocaría un choque frontal. Eso sí, el mal rato, el desperfecto para el transporte y la probable discusión no se la quitan a nadie, siempre que se tope con alguien que hace tiempo que olvidó lo que un día le enseñaron en la autoescuela.

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