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Josefa, con la libreta que ha convertido en libro. :: A. A.
GRANADA

«Nunca hubiera imaginado que mis libretas se convertirían en libro»

Josefa Ruiz Álvarez, una octogenaria de La Chana, rememora con ‘chispa’ su dilatada existencia para ejercitar su mente y su brazo

ANTONIO ARENAS

Martes, 9 de agosto 2011, 17:51

Josefa Ruiz Álvarez, Pepa para la familia, vecinos y amistades, todavía no se lo cree. Que a sus ochenta y pocos años el contenido de sus siete libretas en las que ha ido confesando sus pensamientos se hayan convertido en un libro no estaba en sus planes. «En la vida me podía imaginar que mis libretas se convertirían en libro», confiesa. Y es que para ella la escritura se ha convertido en la mejor actividad para ejercitar «la mano derecha y la mente izquierda». También en una válvula de escape frente a la rutina diaria de un ama de casa con tres hijos y para dar rienda suelta a sus inquietudes poéticas.

Entre junio de 1999 y diciembre de 2006 esta vecina de La Chana, nacida en 1928 en el Molino de San Fernando de Arenas del Rey, a escasos kilómetros de Fornes, fue plasmando en las hojas de un cuaderno escolar aquello que su mente le dictaba, pues «dicen que para estar realizada, la mujer tiene que haber plantado un árbol, haber tenido hijos y haber escrito un libro. Pues yo todo lo tengo hecho, con la pequeña diferencia de que en lugar de escribir un libro he escrito una libreta». Y para que no hubiera excepción, sus hijos acordaron en secreto con la colaboración de Antonio Robles, un profesor jubilado y autor del prólogo y natural de Santa Cruz del Comercio, donde también ha residido durante bastantes años la feliz autora, transformarlos en un libro que fue presentado en un emotivo acto en la Biblioteca Pública de su barrio, rodeada de su familia y en la que sus hijas y nietos le brindaron un momento que nunca olvidarán los que lo vivieron.

Aparte de su chispa innata, Josefa es una gran lectora. Siendo niña ya leía a su padre el periódico y ahora lo mismo se atreve con La mirada del otro, de Fernando G. Delgado, la biografía de Cervantes, Cómo dejar de fumar, El último judío o Los pilares de la tierra. También tiene en la radio una fiel compañera: La noche de los sabios, A su salud... y, por supuesto, la televisión, ya que reconoce emocionarse con algunas de las historias del Juan Y Medio y viendo la película E. T. La profunda afición por el flamenco y el fútbol de su marido, al que se refiere en sus cuadernos como «amor» y «compañero sentimental», fallecido a principios de año, han hecho de ella una mujer con un bagaje cultural poco corriente. E incluso se ha atrevido con Internet, que ha rebautizado como Ventanet, pues es la ventana por la que se entera de todo lo que pasa.

Confidencias

«Libreta: tu eres mi amiga, mi compañera, mi amante, por eso te cuento todas estas cosas», llega a confesar en una de sus planas esta mujer que se autodefine, y de ahí el título, como servidora: «Ya es por la tarde, servidora está aburrida y servidora no suele aburrirse; servidora está triste y no es habitual en servidora la tristeza, por eso servidora se va a tranquilizar. Entre otras cosas porque no me queda más remedio», escribe no sin antes rematar con una estrofa: «Y aquí se acabó la historia/ de servidora la triste./ Se va a poner a guisar/ con cebolla y ajo en ristre». Su interés por la caligrafía le han hecho escribir palabras con las letras p, d y t, que son las que peor le salían, en tanto que su preocupación por la ortografía le ha empujado a disponer siempre sobre su mesa camilla de un diccionario para buscar las palabras, sobre todo las que llevan b, v y h, al principio o intercalada. Mujer coqueta, orgullosa de sus canas, amante de los refranes populares a los que les suele sacar punta, y de la costura, pues lo mismo le mete a unos pantalones que hace unas toallas a punto de cruz y muñecas de crochet para cada una de sus nietas. Buena cocinera, muestra su predilección por platos sencillos como el gazpacho con mucho tomate, el ajoblanco, la ensaladilla de pimientos, las migas y, sobre todo, el pan con aceite, hasta el punto de indicar que «estoy pensando en escribir a los olivareros de Jaén para que me den una medalla por lo buena consumidora de ese alimento, y, más que todo, por antigüedad».

Futbolera

Amante de los pájaros, al parecer tiene una bandada de gorriones que todos los días se apuntan a comer las migajas que le ofrece en su ventana y que le inspiran estrofas no exentas de crítica social contra el machismo imperante: «Si yo fuera gorrión/ volaría de loma en loma / pero no puedo volar/ Soy gorriona». Ferviente conservadora de las tradiciones, en especial del Belén cada Navidad y de las procesiones de Semana Santa, que no se pierde ni una en la tele. También es una enamorada del otoño, con sus lluvias, caída de hojas y bajada de las temperaturas. Pero lo que más sorprende es como la afición de Pepe, su marido, le ha hecho estar al tanto de la Liga y de las evoluciones del Granada C.F. El 29 de abril de 2000 escribía (): «Mañana juega el Granada aquí, en Los Cármenes. Veremos si este año sube a Segunda A y el año que viene a Primera. Estoy delirando». Entonces no fue, pero en 2011 su delirio se ha hecho realidad, aunque su Majarón de la Isla no lo ha podido ver.

Este año se cumplirá otra de sus reflexiones, pues hace una década ya caía en que el 1 de noviembre de 2011 la fecha llevaría cinco unos, «y entonces pondré, qué fe tengo, 1-11-11». Eso sí, «de la punta de su boli» nunca saldrán palabras soeces. Y si se hacen imprescindibles lo hará de una forma original, por ejemplo: «Hoy tengo una mala efe encima que no me aguanto y no sé de qué es». Y es que algunas veces se lamenta de que no acuden las ideas o de que no sepa cómo expresarlas: «¡Qué daría yo por tener/ cultura para expresarme!/ Desnudaría mi alma./ El cuerpo no, que ya es tarde».

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«Nunca hubiera imaginado que mis libretas se convertirían en libro»