La Baldwin no quiere morir en vía muerta

El portavoz de IU, Manuel Ortiz, la ha retomado. IU presentará una moción al próximo pleno municipal en la que insta al Consistorio a solicitar una escuela taller -o figura similar- para recuperar los vagones de la máquina de vapor conocida popularmente como Baldwin. IU solicita además que el carbón vuelva a la caldera de la Baldwin para que eche a andar con fines turísticos y la recuperación de las vías muertas de la comarca.

IU recuerda en su moción la historia reciente de la locomotora. El 28 de julio de 2001 la máquina a vapor regresó a Guadix después de someterse a una restauración que duró 20 meses y costó 90 millones de la época. Manuel Ortiz rememora que «a este evento acudió un gran número de personas con la ilusión de verla circular por algunas de las vías abandonadas por las que la Baldwin podría pasear a los turistas que podrían emular a los protagonistas de tantas películas y viajeros de épocas pasadas».

Una vida de película

La moción de IU incluye una llamada de atención sobre el «olvido» al que se ve sometida la locomotora porque, dice, «no nos consta que por parte del Ayuntamiento se esté llevando a cabo ningún tipo de mantenimiento periódico». Junto a la Baldwin también se «encuentran dos vagones pertenecientes a esta singular locomotora, de los cuales solo queda ya la base metálica y algunas maderas carcomidas por el tiempo y el sol», según denuncia.

La Baldwin es además famosa por haber intervenido en películas como 'La India en llamas', 'El sol rojo', 'El bueno, el feo y el malo', 'La muerte del presidente', 'La muerte tenía un precio', 'Indiana jones y la última cruzada', 'Rojos' o 'Doctor Zhivago'.

Aunque la máquina es conocida popularmente como Baldwin, más técnicamente se trata de la locomotora 140-2054 y fue construida los talleres de Babcock-Wilcox de Bilbao en 1928. En realidad no es una Baldwin de las de Filadelfia.

Izquierda Unida defiende que la locomotora forma parte de la historia socioeconómica de la comarca de Guadix. Este es el motivo por el cual el Ayuntamiento accitano inició en 1996 los contactos con el Museo del Ferrocarril para gestionar su cesión a la ciudad y de cuatro coches depositados en la Estación de RENFE de Guadix.

No fue sencillo. Tras salvar numerosas dificultades administrativas, el día 3 de diciembre de 1998 se firmó un convenio con la Fundación de los Ferrocarriles de España. En el convenio se recogía la cesión de la locomotora, dos coches de pasajeros y dos coches de carga, así como la restauración y rehabilitación de la locomotora.

Once años después Ortiz considera «una falta de respeto al sentido común el no utilizar y sacarle rendimiento público y turístico a estos elementos tan singulares de nuestra ciudad que, con su puesta en valor, serían sin duda, un elemento más de reclamo para un sector desaprovechado en nuestra ciudad como es el turismo».