Edición

Borrar
SOCIEDAD

Benedicto XVI asegura que quiere gobernantes «creyentes y creíbles»

El Papa realiza su último viaje del año con Malta, Fátima, Madrid y Londres en 201o

ÍÑIGO DOMÍNGUEZ

Martes, 29 de septiembre 2009, 03:50

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Benedicto XVI regresó ayer a Castelgandolfo, donde ya terminará su retiro estival esta semana, tras hacer en la República Checa un último intento de recordar al país sus raíces cristianas y de reclamar el regreso de la fe a la vida pública. El Papa había elegido las fechas de la visita para que coincidiera ayer con la fiesta nacional checa, que pese al ateísmo dominante, un 59% de la población, es el día de San Wenceslao. El padre de la patria es un monarca del siglo X asesinado por su hermano. Aquellos eran buenos tiempos para la Iglesia, pues se unían santidad y poder político, y en su última misa Ratzinger utilizó el patrón checo como modelo actual, «especialmente para quienes guían las suertes de los pueblos». Dijo que el mundo necesita «personas creyentes y creíbles».

La prensa italiana vio un filón. La frase venía al guante a Silvio Berlusconi. Pero el portavoz vaticano, Federico Lombardi, se apresuró a matizar que el pontífice hablaba de los ciudadanos en general, aunque sus palabras ofrecían pocas dudas. De hecho, utilizó como ejemplo negativo la caída del comunismo y otros poderosos que en el siglo pasado negaron a Dios «y por tanto no respetaban al hombre».

Fue el tema central de la homilía del Papa en la misa celebrada en Stará Boleslav y a la que acudieron unas 40.000 personas. Había muchos jóvenes y el pontífice les advirtió que no se dejaran engañar por «paraísos artificiales». Asistió el presidente checo, Vaclav Klaus, que es husita, una confesión minoritaria que sigue a Jan Hus, otro héroe nacional. Sólo que éste no sirve como modelo a Ratzinger: era un reformista antecesor de Lutero, que criticó la riqueza eclesiástica y el mercado de indulgencias, y fue quemado vivo por la Iglesia católica en 1415. Tiene un gran monumento en la plaza central de la ciudad vieja de Praga. Juan Pablo II ya pidió perdón por el desliz.

La belleza de la fe

Benedicto XVI se despidió por la tarde de la República Checa citando a Kafka: «Quien mantiene la capacidad de ver la belleza no envejece». El Papa le dio el sentido de la belleza de la fe, en su último guiño para convertir a los checos, que han permanecido totalmente indiferentes a la visita, salvo la minoría católica movilizada el sábado en Brno.

En un plano más viable el viaje ha servido para rebajar la tensión entre la Iglesia y el Gobierno. El Estado checo posee aún las propiedades eclesiásticas, heredadas del régimen comunista, y el acuerdo para devolver un tercio y pagar una compensación de 3.000 millones de euros está bloqueado. El Vaticano ha cedido y está dispuesto a esperar que pase la crisis, gesto muy bien recibido por el Ejecutivo y que quizá desbloquee la firma de un concordato, también paralizado.

Así concluye el último viaje del Papa este año. La agenda de 2010, de momento, se limita a desplazamientos europeos: Malta en abril, Fátima en mayo, Madrid en agosto y Londres en septiembre. Están en estudio Berlín y dos visitas exóticas: Bielorrusia y Vietnam.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios