Médicos reducen una joroba de 135 a 60 grados de un niño para evitar su muerte
La unidad de Columna del Hospital Virgen de las Nieves atendió al paciente
JOSÉ R. VILLALBA |
Lunes, 6 de abril 2009, 10:36
Adonías es un niño de Guatemala con ocho años y seguramente pueda seguir cumpliendo más. Hace tan solo doce meses ese horizonte no existía. La ... escoliosis idiopática (una desviación de columna) que padecía, cada vez oprimía más su corazón y sus pulmones: los huesos de la columna tenían una desviación de 135 grados. La mitad de un círculo tiene 180 grados. El equipo de la unidad de Columna del Hospital de Traumatología del complejo Virgen de las Nieves logró reducir a 60 grados esa chepa o joroba que sentenciaba la vida de Adonías. Tenía los días contados.
La oenegé Senderos de Maíz trabajó lo indecible para traerse a este niño de Guatemala a Granada para ser operado en el Hospital Virgen de las Nieves. Un niño que fue diagnosticado cuando tenía cuatro meses de vida, pero la falta de recursos económicos, su pobreza, fue agrandando la desviación de columna hasta que hace pocos meses Merche, la pediatra de Senderos de Maíz, lo descubrió en una aldea del municipio de San Pablo de la Laguna en Guatemala. Esperanza, la responsable de Senderos de Maíz en España, logró convencer al Hospital para que asumiera este caso como el de otro paciente andaluz.
Una vez aceptado, la valoración y el tratamiento de dicho paciente por el servicio de Traumatología y Cirugía Ortopédica, dirigido por el doctor Martínez Montes, encarga la ejecución a la unidad de Columna.
La intervención quirúrgica de la escoliosis idiopática suele realizarse para deformidades que superan los 45 grados y viene dada por la progresión acelerada de la deformidad a partir de esas cifras con el consiguiente riesgo para la función pulmonar y neurológica de los pacientes, a parte de la clínica dolorosa que suele acompañar a la progresión de dichas deformidades. Adonías no tenía 45 grados de desviación, sino 135. «En España hace muchos años, sí atendíamos casos como el de este chico pero el cribaje infantil y la atención médica en general han permitido superar este problema», comenta el jefe de la unidad de Columna, el doctor Acosta Collado.
El pequeño Adonías pasó un mes ingresado antes de ser intervenido, debido a un cuadro de anemia y una infección de orina. Una vez corregidos estos problemas se preparó al paciente con una tracción halo-femoral, una especie de casco con una pesa en un extremo que ayuda a estirar los huesos de la columna. La cirugía se llevó a cabo en dos tiempos. La primera intervención sirvió para llegar a la columna desde la parte delantera del cuerpo, a través de los pulmones, que sirvió para quitar pequeños trozos de huesos que permitían flexibilizar más la columna. Más tarde, se efectúa una segunda intervención quirúrgica por la espalda para introducir una instrumentación metálica que ayuda a enderezar la zona ósea.
La cirugía la llevan a cabo los doctores Pérez Abela y Acosta Collado y el doctor Pérez Grueso del Hospital La Paz de Madrid invitado a colaborar en el caso por su gran experiencia en este tipo de deformidades. También han contado con el apoyo de los servicios de Pediatría, Dietética, Anestesiología (doctor Garzón) y de Neurofisiología (doctor Galdón) para la preparación del paciente para este tipo de cirugía que conlleva un alto riesgo.
«Podíamos haberle dejado la columna sin desviación, pero el alto riesgo de lesión medular nos limitaba», explica el doctor Pérez Abela. El pequeños Adonías se recupera de forma favorable, aunque permanecerá un mes más aquí. Ahora tiene futuro para vivir.
ONG Senderos de Maíz - 958 125176
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