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Juande Ramos, a la derecha, no se muestra inquieto pese a la baja de Cannavaro (izquierda).
Juande se espera un Athletic como el Liverpool
FÚTBOL

Juande se espera un Athletic como el Liverpool

Roto en defensa sin Cannavaro, y en el centro sin Gago ni Guti, el Madrid se agarra a la Liga como tabla de salvación

AMADOR GÓMEZ

Sábado, 14 de marzo 2009, 03:25

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Juande Ramos asegura que está «personalmente muy bien», que no le afectan las críticas, que ya tiene olvidado el varapalo de Anfield y que sólo tiene en mente el partido de hoy contra el Athletic (22.00 h. La Sexta) para «luchar por la Liga con la máxima ilusión», pero es consciente de que «ya sólo vale sumar de tres en tres» y se espera en San Mamés a un rival con las mismas intenciones que el Liverpool. Un Athletic que no se encerrará, sino que saldrá desde el primer minuto a apretar, volcado al ataque para intentar aprovecharse de un Real Madrid que se aferra a la Liga como única tabla de salvación y ya está sometido a máxima presión.

Además, roto en defensa por la baja por lesión de Cannavaro, y también en el centro del campo, por la ausencia del sancionado Gago y del también lesionado Guti.

«El Athletic empuja mucho apoyado por su público. Ese es su tipo de fútbol y creo que ese será el equipo que nos vamos a encontrar», aseguró este viernes el técnico blanco que se vio sorprendido por el juego ofensivo del equipo de Rafa Benítez que bailó y ridiculizó a los madridistas en una espectacular primera parte en Liverpool.

Ahora toca San Mamés, un estadio con un ambiente equiparable al de Anfield, en el que el Madrid ha ganado las tres últimas temporadas pero que ahora se presenta como un escollo difícil de superar para un campeón muy tocado anímicamente y sin soluciones futbolísticas.

Juande dice que le encanta jugar en San Mamés, «donde el ambiente, con un público muy entendido, es excelente, se vive el fútbol con una gran intensidad y no es un campo gafe para el Madrid», pero la primera de las 12 finales que le quedan al Madrid no puede llegar en peor momento. Con el técnico sentenciado y más de la mitad de la plantilla fuera del equipo, naufragando en medio de un optimismo ficticio. «La gente no tiene la alegría de antes, pero estoy convencido de que volverá a su nivel», apunta el entrenador manchego.

En una jornada que se presenta decisiva para que el Madrid se despida de forma definitiva del campeonato o pueda sobrevivir y se rearme moralmente, lo que atenaza al equipo, agobiado también por la grave crisis institucional de la que no escapan los futbolistas, es que ya no hay margen de error. «Ya no nos podemos permitir ningún tropiezo», reconoce Juande. Sin embargo, la situación no puede ser nada esperanzadora cuando el propio técnico declara después de llevarse un 5-0 en la eliminatoria ante el Liverpool: «Tengo la satisfacción de que hemos hecho todo lo que estaba en nuestra mano y que hemos puesto todo lo que teníamos que poner.

Toda la ilusión. No hay que darle más vueltas. Unos ganan y otros pierden».

«No me veréis hundido»

Quizás considera que este Madrid no da más de sí, aunque, pese a que se le insistió varias veces la víspera de enfrentarse al Athletic, no quiso abrir ninguna polémica. Tenía la lección muy bien aprendida. «No me veréis hundido, porque no lo estoy», sentenció quien dice que ni siquiera le preocupa que se hable de un sustituto para el banquillo porque él prefiere centrarse «en todo lo positivo».

Para medirse al Athletic la situación, sin embargo, no puede pintar en teoría peor, porque tendrá que buscar un sustituto para Cannavaro, que, esta vez sin experimentos como frente al Atlético, será Metzelder; y otro para Gago, y sin Gago, Guti ni Javi García, Sneijder parece ser el único recurso para acompañar al incansable Lass. «No es lo mismo jugar contra Forlán y Agüero, pequeños y rápidos, que contra Llorente, que tiene más envergadura y va muy bien de cabeza. Vamos a jugar contra un equipo muy distinto al Atlético», recordó. Esa es una de sus mayores preocupaciones, intentar anular por alto al delantero internacional del Athletic, la mayor amenaza de un once local que se presume será el mismo que logró la histórica clasificación de Copa frente al Sevilla.

En la medular seguirá faltando el necesario organizador que dé algún sentido al fútbol gris del Madrid, pese a las 10 victorias consecutivas que se consiguieron antes del empate frente a los rojiblancos y la debacle de Liverpool. El mensaje a los futbolistas ya está lanzado por el entrenador: «Hay tiempo suficiente para recortar la diferencia de seis puntos. Lo que tenemos que hacer es trabajar, porque no podemos dejar que el trabajo se desperdicie en dos o tres meses». Sólo falta comprobar si la presunta conjura del vestuario surte efecto, o empieza y acaba en San Mamés.

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