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Ganz posa en un mirador de la bahía de Las Palmas, donde fue galardonado. / EFE
«Alemania se atreve al fin a mirar de frente a su Historia»
BRUNO GANZ ACTOR

«Alemania se atreve al fin a mirar de frente a su Historia»

La mayor estrella del cine germano, clon de Hitler en 'El hundimiento', es homenajeado en Las Palmas

O. L. BELATEGUI

Domingo, 8 de marzo 2009, 03:06

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Cuando reconcentra el gesto y clava los ojillos en el interlocutor, surge un escalofrío. Ahí está el Adolf Hitler de 'El hundimiento', el personaje que ningún actor alemán se atrevió a encarnar y que Bruno Ganz revivió con estremecedora verosimilitud. Nacido en Zúrich (Suiza) hace 67 años, el intérprete más reputado del cine germano se temía que el führer fuera «el papel de su vida», pero después de haber trabajado a las órdenes de Coppola, Wenders y Herzog todavía conserva la capacidad de sorpresa.

Ganz, que mantiene en la cartelera 'El lector', ha aprovechado el homenaje del Festival de Cine de Las Palmas para presentar 'RAF. Facción del Ejército Rojo', otro largometraje de los responsables de 'El hundimiento' que ha vuelto a conmocionar Alemania. La crónica de la banda terrorista Baader-Meinhof ha reabierto heridas en un país que, tras revisitar con culpa el nazismo, afronta desde la pantalla sus turbulentos años 70. Ganz encarna al jefe de la Policía alemana Horst Herold en esta violentísima cinta que se estrena en España el próximo viernes.

-Protagoniza las dos películas más impactantes de los últimos tiempos en Alemania por su revisión de la Historia reciente.

-Bueno, hasta hace poco la Historia se abordaba siempre desde un punto de vista documental. Ahora hemos descubierto que también se puede colar la ficción. Alemania se atreve al fin a mirar su Historia de frente, sin sentirse culpable como antes. También sucede con los americanos que vienen a rodar a nuestro país: Tom Cruise con 'Valkiria' y Tarantino con 'Inglorious Basterds'. Ya no hay tantos estereotipos y tópicos en las historias de nazis. Hay mucha tela que cortar, no tenemos por qué dejársela a Hollywood.

-¿Le afectó por igual recrear dos períodos como el nazismo y el terrorismo del 'otoño alemán'?

-'El hundimiento' no me afectó tanto a nivel personal porque no viví aquella época. Pero cuando leía el guión de 'RAF' lo iba comparando todo el tiempo con mis recuerdos de cuando vivía en Berlín. Llegué a asustarme, porque comprendí que un pequeño grupo terrorista mantuvo una guerra contra 60 millones de alemanes. Y reviví con nitidez aquellos actos violentos. Entre bomba y bomba, los jóvenes alemanes se preguntaban si podían simpatizar con aquella gente.

-Contaban con apoyo social.

-Sí. Una generación entera se sentía representada por activistas a los que se les suponía el valor, que provenían de los movimientos estudiantiles de Mayo del 68. Después llegó el terror, pero al principio sus objetivos eran compartidos por muchos: rechazo a la política imperialista de EE UU y a la guerra en Vietnam, hartazgo por el eterno desastre todavía vigente entre israelíes y palestinos, y un tema específicamente alemán como era el enfrentamiento con una generación anterior que de una u otra manera había tenido vínculos con el nazismo. Preguntabas a tus padres qué habían hecho en aquella época y se callaban. Ese era el espíritu de entonces: vosotros calláis, pero nosotros vamos a levantar la voz y a cambiar las cosas.

-Muchos alemanes no se creyeron la versión oficial del suicidio en la cárcel de Andreas Baader y Ulrike Meinhof.

-Viví de cerca los sucesos de la cárcel de Stanheimm, en Stuttgart. Yo tampoco me lo creí durante mucho tiempo. Entiéndame bien, era absolutamente contrario a sus actos, pero llegó a darme vergüenza que el Estado alemán fuera capaz de matarlos. Años después surgieron otros datos y me convencí de que se suicidaron.

-En Europa todavía sufrimos la barbarie de un grupo terrorista.

-Sí. Sé que ETA quiere separar el País Vasco de España a base de bombas. Ignoro las motivaciones de su independentismo, sería incapaz de opinar sobre el tema. Pero sus medios me parecen espantosos. Matar a una persona por ideas políticas es una aberración inaceptable.

-¿Por qué nunca se ha dejado tentar por los cantos de sirena de Hollywood?

-Yo he querido llegar a ser buen actor, y eso sólo se consigue en Europa. He hecho un papel en 'El lector', que es una película europea con moldes americanos, y los actores Jonathan Demme y Denzel Washington estuvieron a punto de convencerme para que hiciera 'El mensajero del miedo'. Mi contacto con Hollywood ha sido muy pequeño hasta el momento.

-¿Sigue amando su oficio?

-Cuando vuelvo a ver 'El amigo americano' me sigue gustando, me doy cuenta de que lo poético y sensible de narrar historias está desapareciendo en favor del espectáculo. Un actor nunca llega a su meta. He hecho trabajos como 'El hundimiento' que se han acercado a ella. Yo soñaba con esto de niño. Si quieres transmitir al mundo las emociones que experimentas de crío, tienes que ser actor.

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