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SOCIEDAD

Mala hierba

Desvelan que un famoso botánico engañó a la comunidad científica al 'descubrir' en una isla escocesa una planta ue previamente había sembrado

E. F.

Viernes, 3 de octubre 2008, 11:59

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El respetado botánico británico John Heslop-Harrison (1881-1967), que se hizo famoso por el descubrimiento de docenas de especies vegetales en las Islas Hébridas escocesas, plantó las semillas de las plantas que después aseguró haber descubierto. Según publicaba ayer el rotativo británico 'The Times', el Museo de Historia Natural de Londres tiene en su poder archivos confidenciales que indican que el botánico reunió semillas durante sus viajes, las plantó en las islas escocesas y luego falseó sus descubrimientos. Todo por la fama.

Sus catalogaciones de raras plantas, que apoyaban la hipótesis de que la Edad de Hielo no llegó a Escocia, le permitieron forjarse una gran reputación en el mundo de la botánica hace sesenta años.

Sus hallazgos más importantes se dieron en la isla de Rúm (oeste de Escocia) a finales de los años 40, donde 'descubrió' la existencia de ejemplares de la especie 'Carex bicolor', una extraña juncia, y el junco 'Capitatus'. Algunas de las especies descubiertas eran comunes en los Alpes, pero nunca se habían encontrado tan al norte.

La presencia de 'Carex bicolor' en Escocia apoyaba la hipótesis de que la Edad de Hielo no había alcanzado las islas y por eso muchas especies de plantas habían sobrevivido a aquel largo invierno.

Esconder el fraude

Las primeras dudas respecto al trabajo de Heslop-Harrison surgieron entre algunos colegas contemporáneos, como John Raven, quien manifestó en un documento que el 'Carex' y el junco parecía que acababan de plantarse y dijo no haber encontrado más muestras en Rúm que las documentadas por el botánico.

Sin embargo, la reputación e influencia de Heslop-Harrison, que era académico y miembro de la Royal Society y cuyo hijo ostentaba el cargo de director de los Jardines Botánicos Reales de Kew, impidió que se destapara el fraude.

Según explica 'The Times', se descartó poner al descubierto su engaño porque el botánico estaba al final de su carrera y sería un «duro golpe» hacerlo.

Las sospechas de Raven quedaron enterradas en una biblioteca de Cambridge hasta que en 1999 el autor Karl Sabbagh las publicó en un trabajo que sacaba a la luz las sospechas acerca de Heslop-Harrison. Su libro hizo que una legión de admiradores del botánico salieran en su defensa. Pero Sabbagh, empeñado en descubrir la verdad, ha tenido acceso a documentos que demuestran que el hasta ahora respetado botánico falseó sus descubrimientos.

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